viernes, 12 de mayo de 2023

¿Cómo saber si debo de ir al psicólogo?

 

«La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar». 

Carl Rogers.

Muchas personas, en algunos momentos de su vida, particularmente si son situaciones nuevas o estresantes, pueden llegar a preguntarse: ¿puedo gestionar estos problemas por mí mismo/a o necesito acudir a algún profesional? ¿En qué ocasiones se puede/debe acudir a un psicólogo? ¿Existe alguna señal de alerta en estas circunstancias?

A lo largo de nuestra vida y en nuestro desarrollo personal, todos los seres humanos pasamos por determinadas circunstancias difíciles y complicadas que nos hacen sentir y encontrarnos mal, tristes, solos, desmotivados, nerviosos, agobiados.

Este malestar puede llegar a bloquearnos, dificultando encontrar soluciones e interfiriendo en nuestro funcionamiento habitual.

Aunque es algo muy personal, estas circunstancias donde las emociones que nos hacen sentir mal aunado a los problemas que nos impiden vivir la vida que deseamos o que nos generan un gran sufrimiento, son un punto de inflexión donde suele ser conveniente pedir ayuda para poder identificar y analizar el problema y encontrar soluciones adaptativas.

 

Algunos de los indicadores más comunes para saber cuándo acudir al psicólogo son:

1-La apatía, cuando se ha perdido o reducido considerablemente la ilusión, las ganas y la capacidad de disfrutar de actividades que antes nos parecían atractivas. Sientes que no vale la pena nada.

2-Utilizar conductas negativas como forma de evasión, por ejemplo, usar o abusar del alcohol, el cigarro u otras drogas para evitar o eliminar ciertas preocupaciones o problemas que son recurrentes es una señal de que algo no está funcionando de forma adecuada.

3-No superar problemas o situaciones del pasado que te impiden seguir hacia adelante. Sentir que algunos acontecimientos o hechos pasados te afectan más de lo esperado, quedando enredado en esa situación e impidiéndote superarlo y afrontar el futuro con optimismo y esperanza.

4-Sentirse incapaz de resolver problemas que pueden surgir en diferentes ámbitos de la vida como el familiar, social, laboral.  Puede que se hayan puesto en práctica distintas opciones para resolver la situación, pero se hayan fracasado, por lo que uno empieza a dudar de sus capacidades personales.

5-No saber identificar o gestionar nuestras emociones, teniendo respuestas poco ajustadas o desproporcionadas a la situación. Sentirse irritable, agresivo, con cambios de humor, llanto fácil, etc.

6-Cuando tus pensamientos negativos son muy recurrentes y te agobian o te limitan.

7-Cambios en el apetito, el sueño con presencia de insomnio, agotamiento y pensamientos obsesivos o disminución en el deseo sexual sin aparente explicación.

8-Problemas físicos como consecuencia de somatizar ciertos problemas, dolores en distintas zonas del cuerpo, presión en el pecho, incremento de la frecuencia cardiaca, hiperventilación, sudoración…etc.

9-Cuando los problemas te rebasan en tu vida, exceden tu límite de control y no puedes manejarlos por ti solo. No encuentras la manera de resolverlos.

 

¿Necesito ayuda psicológica?

La ayuda psicológica es un tratamiento común para diversos problemas de salud mental. Esta es recomendable cuando un  problema interfiere con nuestro funcionamiento y vida diaria. Puede ayudarnos a entender lo que está sucediendo y desarrollar las herramientas necesarias para lidiar con ello.

Por ejemplo, si estás preocupado por alguna conducta o sentimiento que estás teniendo, podría ser una buena opción. O cuando notas que tienes dificultades en distintos aspectos de tu vida, o te está costando lidiar con ellas, también, si te está siendo difícil cuidar de ti.

 

Veamos los beneficios de la ayuda psicológica

Considera la consulta psicológica como  un espacio de seguridad, donde podrás expresar y comunicar todas tus dudas, miedos y problemas sin temor a sentirte juzgado o criticado.

El mismo hecho de ser escuchados, aceptados y validados ya es en sí mismo terapéutico y puede ser de gran ayuda.

Los psicólogos y psicólogas somos personas formadas en el conocimiento científico, la ética y la imparcialidad que brindamos en la asesoría especializada que permite al consultante o paciente, el análisis funcional de determinada situación, episodio, conflicto que lo aflige o agobia y lo guiaremos y supervisaremos, mediante un proceso de redescubrimiento personal,  rompiendo con esa “visión de túnel” que muchas veces nos impide ver más allá del problema y encontrar soluciones que brinden bienestar y una mejor calidad de vida a la persona en busca de ayuda.

Sin embargo, el psicólogo no sólo te ayudará a solventar una situación de crisis, problema, conflicto o trastorno, si no que te ayudará a conocerte, cuidarte y dirigir tu vida hacia los valores que realmente son importantes para ti, con la autoestima necesaria.

 

 Por tanto, la terapia psicológica nos ayuda a lo siguiente:

1.Aprender nuevas herramientas para lidiar con los problemas

2.Sanar heridas y soltar patrones

3.Mejora de habilidades de comunicación

4.Mejores relaciones interpersonales

5.El Empoderamiento para hacer cambios por nosotros mismos

6.Mejorar las funciones cognitivas

7.Una Mejora en la salud física

8.Mayor satisfacción, bienestar y felicidad

 

Ir a psicoterapia es regalarnos esa oportunidad para conocernos, aprender, sanar y crecer. 

Es un espacio seguro, guiado por un especialista, donde podemos expresar lo que estamos viviendo y sintiendo, y donde aprendemos las herramientas necesarias para construir la vida que realmente queremos vivir.

 

En resumen, entre otras cosas, una consulta psicológica puede ayudarte a:

Disminuir y/o aprender a convivir con los síntomas que interfieren en tu vida.

Encontrar y analizar el origen de esos síntomas, pudiendo trabajar desde la raíz todas las circunstancias, comportamientos y emociones vinculadas al conflicto.

Trabajar en el autoconocimiento, desarrollando a la par la autoestima y confianza en sí mismo.

Fomentar estrategias y habilidades personales que mejorarán tu resiliencia.

Hacer conscientes tus valores, principios y objetivos, adoptando un mayor compromiso con ellos y potenciando una actitud más activa en el logro de tus metas.

Desarrollar tu asertividad mediante técnicas de comunicación, resolución de conflictos, habilidades sociales, … Que te sean útiles no sólo para resolver el problema actual, si no cualquier posible reto futuro.

 

¿Por qué cuesta ir al psicólogo?

Existe, pero cada vez es menos, un estigma sobre la salud mental. Pensamos que la mente es diferente al cuerpo, que están separadas. Pero no es así. No hay salud sin salud mental. Cuerpo y mente están integradas, se relacionan. Igual que cuidamos nuestro cuerpo cuando nos rompemos un hueso o sentimos dolor tenemos que cuidar nuestra mente.

Otra creencia es pensar que si vas a terapia es dependencia, fragilidad, debilidad. Y, ¡al contrario! Ir al psicólogo es adquirir herramientas, recursos, conocerse. Ir a terapia es una decisión muy valiente y te hace libre, consciente.

 

 Minimizamos nuestras experiencias

En muchas ocasiones no validamos nuestros problemas y nos decimos que aquello que nos sucede no es motivo suficiente, no es para tanto. Pero por mínimo o sinsentido que consideres tu dolor, está aquí contigo y necesita tu atención.

Puede ser que los problemas en tu vida no sean realmente graves, pero no es necesario estar en el peor momento de tu vida para sentirte mejor.

 

Algunos ejemplos de aspectos que se pueden tratar en terapia, sin necesidad de tener un diagnóstico son:

Acerca de gestión emocional. Una emoción que te atraviesa y te cuesta canalizar ya es un gran motivo para ir a terapia.

Sobre la Autoestima. La autoestima es una raíz en nuestra vida. Si tienes inseguridades, miedos, te tratas desde la crítica, etc.

En situaciones de duelo. No tiene por qué ser tras la pérdida de un ser querido. Puede ser también una ruptura (sentimental, familiar, amical, laboral), una pérdida en tu vida que tienes que integrar.

Acerca de problemas de comunicación.

Temas referentes a la sexualidad. Por desgracia estos problemas se viven desde el silencio, pero son comunes y otro buen motivo para pedir ayuda.

Revisa todas tus áreas vitales y observa si hay alguna de estas áreas en la que puedas sentirte mejor.

 

Conclusión

Tomar la decisión de acudir al psicólogo y comenzar un proceso de psicoterapia es una decisión personal, a veces difícil porque aún convivimos con ciertos prejuicios sobre la salud mental, por ejemplo, que para acudir a un psicólogo se debe de tener un problema mental grave o estar en una situación muy complicada, lo que dificulta acudir a consulta y sólo agrava más el cuadro de sufrimiento.

Sin embargo, y como hemos visto, son muchas las situaciones en las que se podrían utilizar los servicios de un psicólogo y sus beneficios son indudables.

Si en algún momento sientes que toca invertir en ti, hazlo, que tu bienestar florezca para vivir de forma plena.

Y recuerda que los psicólogos  de algún modo tocamos el alma de las personas, porque exploramos y tratamos con las emociones, el comportamiento y el pensamiento humanos.


Ps. Rocxana Croce P.


lunes, 17 de abril de 2023

LA CONVIVENCIA


 "Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos." Martin Luther King 

Ps. Rocxana Croce P.

Las relaciones basadas en el buen trato, el respeto y la convivencia en armonía contribuyen a construir una vida libre de violencia.

La convivencia es la capacidad de vivir juntos, entre todos los integrantes de la familia.

Como todas las facetas de nuestras vidas, la convivencia necesita un aprendizaje.

Desde que somos pequeños estamos relacionándonos con otras personas, tanto en el ámbito familiar como en el colegio, el trabajo, el vecindario. Vamos aprendiendo una serie de normas que van a regir nuestras relaciones sociales. 

En el ámbito familiar o con nuestro grupo de amigos y compañeros, debemos aplicar conceptos tales como tener paciencia, saber escuchar, respetar las ideas y opiniones de los demás, hablar con respeto, etc.

Las relaciones interpersonales forman parte intrínseca y esencial de la vida, ya que no se vive en el absoluto aislamiento.

De este modo, la convivencia hace referencia a la coexistencia, el acompañamiento constante, de individuos o grupos humanos compartiendo un espacio determinado, siendo ejemplo de ello, los contextos de convivencia familiar, escolar.

Durante una interacción pueden surgir diferentes conflictos e inconvenientes que pueden incluso derivar en disputas o pleitos.

La convivencia sana se sustenta en fomentar el respeto y tolerancia por las ideas ajenas, hábitos y costumbres, la responsabilidad con el otro y la solidaridad, sea en el hogar, en el aula académica, o en la vida en general.

Por otra parte, uno de los principales elementos que favorecen la convivencia dentro del hogar es la capacidad de resolver los conflictos, que se presentan en las diferentes etapas de la vida.

Los conflictos en las familias son parte de la convivencia, motivo por el cual es fundamental tener en cuenta que resolverlos de manera saludable fortalece la estructura familiar, incrementa la cohesión y el sentimiento de pertenencia.

Los conflictos se entienden como aquellas situaciones en las que dos o más personas perciben o tienen posiciones, valores, intereses, aspiraciones o necesidades diferentes o contrarias.

Pero el sólo hecho de pensar distinto no genera un conflicto, sino que este surge cuando frente a un asunto cada una de las partes considera tener la razón, lo que genera una situación de contraposición o pugna de ideas

Veamos cuáles son los elementos para una buena convivencia

- El respeto: Cuando establecemos cualquier tipo de comunicación con otra persona, la primera premisa es aceptar la dignidad de esta persona como tal, sin prejuicios ni discriminaciones, y entender que puedan tener pensamientos y opiniones distintos a los nuestros.

- La empatía: como la valiosa capacidad de colocarse en el lugar del otro.

-La comunicación: que permite el entendimiento y comprensión de las ideas y sentimientos frente a los hechos que relacionan a las personas, sin comunicación, sin diálogo es difícil mantener una saludable convivencia.

- La inteligencia: y es que, en las relaciones sociales, las buenas intenciones no son siempre suficientes. Cuantas veces hemos visto a personas que tienen el  don de la impertinencia y molestan continuamente sin ser conscientes de ello. Para tratar con inteligencia a los demás, es importante saber escuchar e intentar conocer a la otra persona y, en caso contrario, saber callar en determinados momentos. Una persona social y emocionalmente inteligente sabe estar y comportarse con personas muy diversas, social y culturalmente, aunque haya tenido quizá menos formación en la infancia. 

- La educación: Es una de las bases de una buena convivencia, y viene desde el seno de cada familia nuclear. Somos reflejo de la educación que nos han dado nuestros padres en nuestros hogares.

 

Y ¿cuáles son los Factores negativos para la convivencia?

- Los prejuicios: Estos implican una mala predisposición a la convivencia, lo que nos hará tener una actitud negativa ante los demás dificultando enormemente la relación. El prejuicio va en contra del respeto que cada persona merece.

- La intransigencia: Convivir con los demás supone un esfuerzo en conseguir puntos de acuerdo. Para ello, todas las partes deben ceder a menudo en sus posturas. Cuando alguien nunca está dispuesto a ceder, la convivencia no es posible, se podrá producir una relación de sometimiento o subordinación, pero nunca de auténtica convivencia.

- La falta de comunicación: "Hablando se entiende la gente" es un dicho popular realmente acertado a este respecto. Cuántas veces la falta de comunicación provoca situaciones difíciles en todos los ámbitos de nuestra vida, que podrían ser resueltas con una simple conversación.

 

Hablemos de La convivencia en el mundo actual

El ritmo de la vida actual y la revolución en las comunicaciones han creado un doble efecto: por un lado, hemos aumentado la cantidad y diversidad de personas con las que nos relacionamos, pero por otro, la calidad de la relación entre las personas se ha hecho más superficial.

La vida en las ciudades tiene hoy en día un común denominador:  es la falta de tiempo. Sin duda, Las prisas y el estrés no son buenos aliados para la convivencia.

Las relaciones en muchos casos se limitan a un simple saludo y la convivencia familiar se afecta en tanto el cansancio del día a día, del estrés laboral, las obligaciones académicas, las actividades del propio hogar.

En medio de ello, es evidente el impacto que los aparatos electrónicos como el celular, la Tablet, la computadora, La televisión, que muchas veces no dejan de funcionar
durante gran parte del día y comienza a sustituir las conversaciones entre los miembros de la familia.

Por tanto, es necesario poner los límites, que se expresan en todos los sentidos, y permiten regularnos desde el trato en la convivencia misma con las demás personas.

Establecer límites claros es necesario para una buena interacción, pero no siempre se trata ni se  conversa de antemano. 

Esta es una actitud coherente con nuestros principios y valores y en armonía con las otras personas porque permitirá desarrollar una relación madura, sana, donde el respeto será la variable que se imponga sin necesidad de estarla pidiendo. 

Por ello, para que funcione la convivencia entre las personas, esta debe ser entendida como un equipo, donde es probable que existan tensiones y conflictos, pero intentando que las mismas no se nos escapen de las manos.

Ayuda mucho a la convivencia, Distribuir roles y funciones.  Conviene además que a pesar de los espacios a veces limitados, cada persona tenga sus propios tiempos, sus momentos y estos sean respetados.

Para que exista una convivencia sana, deben existir los valores como la tolerancia, la justicia, la paz, la solidaridad y la libertad, entre otros; primando, sobre todo, la empatía en las relaciones con los demás. Al mismo tiempo, existen un conjunto de normas necesarias dentro de la interacción social que garantizan y regulen las buenas relaciones en cualquier ámbito. 

 

Decálogo para una convivencia armoniosa

Este decálogo se refiere a  estrategias para la sana convivencia, y poder  mejorar las relaciones familiares, amicales, entre otros.

1. Comunicarse de forma adecuada

La falta de atención, la poca claridad, la poca escucha, pueden producir que un miembro de la familia, el aislamiento o sentirse poco incluido. Si, por el contrario, conseguimos una buena comunicación sobre todo asertiva, los miembros se sentirán cómodos para expresar lo que sienten y lo que no les gusta.

2. Expresa tus emociones

Cuando somos capaces de expresar aquello que sentimos, hay más posibilidades de que se nos entienda. Es decir, hay empatía entre las partes, y lo importante es crear un ambiente de confianza, sin mentir, ni ocultar.

3. No juzgues o etiquetes

Cada persona tiene sus propias circunstancias y sus motivos por los cuales hace las cosas, por eso, dentro de las estrategias para la sana convivencia lo mejor es no juzgar y tratar de entender las razones que le han llevado a una persona, actuar de determinada manera.

4. Evita las comparaciones

Cada uno es diferente, con lo bueno o con lo no bueno; por  eso las comparaciones que de por si son odiosas, afectan la sana convivencia y solo tienden a generar inseguridad o malestar.

5. Usa el sentido del humor

El humor y las bromas permiten crear un clima positivo, donde predomina el buen humor y se activan nuestras endorfinas. Solo se debe de tener cuidado en no caer en el sarcasmo o las bromas de mal gusto que pueden afectar.

6. Muestra tu afecto

Es importante que, para la sana convivencia, el afecto se tome en cuenta y se exprese, acompañado con gestos como los  abrazos, para que sientan más seguridad, apoyo y cariño.

7. Respeta el espacio de cada uno

Cada persona necesita sentir que tienen su propio espacio, por eso se aconseja evitar invadir el espacio personal de cada uno, respetando los límites.

8. Celebra los logros de los miembros

Reconoce y apoya cuando algún miembro ha hecho algo bien o especial. El motivarse unos a otros, hace que entre todos consigan las metas propuestas.

9. Distribuye equitativamente las tareas del hogar

Lo más sano es que todos se unan para llevar a cabo las tareas de manera equitativa. Suele pasar que se carga de más labores a un miembro, y finalmente termina abrumado por la cantidad de trabajo. Lo conveniente es establecer rutinas en las tareas teniendo en cuenta la edad y el tiempo del que dispone cada uno.

10.Dediquense tiempo

De la misma manera que se necesita tener un tiempo personal, es necesario tener momentos para poder compartir inquietudes, distracciones, u otros planes que los unan. Desconectarte del mundo virtual un rato, compartir en familia algo distinto al trabajo y los estudios, y comunicarse de forma tranquila, son algunas de las consideraciones más efectivas que podemos implementar en tu vida diaria.

La convivencia es un arte.

martes, 28 de marzo de 2023

Diferencias entre el trastorno bipolar y el trastorno límite de la personalidad

 

El estado de tu vida no es más que un reflejo del estado de tu mente. 

Wayne Dyer.

En el ser humano el componente emocional es muy importante puesto que nos permite valorar la relación de nuestra existencia con lo que ocurre alrededor nuestro y que nos motivan a diversos tipos de comportamiento.

Por ejemplo, La  tristeza nos lleva a evitar repetir situaciones de pena.  La alegría nos motiva  a repetir conductas que nos proporcionan ese estado de bienestar, lo mismo que el placer. El miedo nos lleva a que evitemos ciertos estímulos o situaciones que nos producen temor, incomodidad, preocupación o angustia. El amor y el odio nos conducen a acercarnos o alejarnos de personas, o situaciones.

Las emociones no son inmutables y van cambiando en base a los acontecimientos.

Sin embargo, existen diferentes trastornos en los que aquellos que lo padecen, sufren cambios rápidos en la emocionalidad que no pueden controlar y que les hacen sufrir, experimentar malestar, afectando la calidad de su vida y el bienestar que todo ser humano persigue.

Específicamente, hoy hablaremos de dos tipos de  Trastornos, que, si bien comparten algunos síntomas parecidos y a veces incluso pueden llegar a confundirse, tienen diferencias que analizaremos en este episodio:  nos estamos refiriendo al Trastorno Bipolar y el Trastorno Límite de la Personalidad o TLP.

 

El trastorno límite de la personalidad (TLP) o también conocido como Borderline, es un trastorno de la salud mental que se caracteriza por patrones constantes de emociones inestables, con dificultad para la regulación de las emociones.

Los científicos no están seguros de la causa del trastorno límite de la personalidad, pero diversas investigaciones sugieren que los factores genéticos, ambientales y sociales pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo.

Las personas que tienen un trastorno límite de la personalidad realizan muchas conductas de manera impulsiva y suelen tener relaciones confusas y problemáticas con los demás.

Se trata de personas que manifiestan una gran sensibilidad ante estímulos emocionales, viviendo cada una de sus emociones de manera exageradamente intensa.

El TLP  impacta en la forma en que la persona piensa y siente acerca de sí mismo y de los demás.  Incluye problemas de autoimagen, dificultad para manejar las emociones y el comportamiento, y un patrón de relaciones inestables.

Con el trastorno límite de la personalidad, se tiene un temor profundo al abandono, hay dificultad en tolerar estar solo. Sin embargo, la ira, la impulsividad y los frecuentes cambios de ánimo pueden alejar a los demás, pese a que quisiera la persona, tener relaciones afectuosas y duraderas.

Entre los síntomas que presentan las personas con trastorno límite de la personalidad se encuentran los siguientes:

1-Presencia de Relaciones interpersonales inestables que alternan sentimientos de amor y odio hacia otra persona, en frases como "¡Estoy tan enamorado!"  y "la odio".

2-Una Autoimagen distorsionada e inestable, que afecta al estado de ánimo, valores, opiniones, metas y relaciones interpersonales.

3-Conductas impulsivas que pueden tener resultados peligrosos o de riesgo tales como gasto excesivo, sexo no seguro, abuso de sustancias o conducción temeraria.

4-Posible comportamiento suicida y autolesiones.

5-Períodos de intensos estados de ánimo de la persona, sea depresivo, de irritabilidad o ansiedad, puede variar de manera constante durante el día y puede durar desde minutos a horas, o unos pocos días.

6-Sentimientos crónicos de aburrimiento, soledad o vacío emocional.

7-Presencia de ira inapropiada, intensa o incontrolable, a menudo seguido de vergüenza y culpa.

8-Cambios de humor extremos

 

El trastorno bipolar (TB) o trastorno maniaco- depresivo, este es uno de los trastornos del estado de ánimo que se caracteriza por la alternancia entre fases maníacas y fases depresivas.

La causa es en su origen, esencialmente, biológica y genética. 

Las personas que tienen un trastorno bipolar presentan una serie de síntomas durante sus distintas fases.

Por ejemplo, durante la fase de manía pueden tener un estado de ánimo eufórico, su nivel de energía aumentada, suelen hablar mucho, sienten que son capaces de lograr absolutamente todo lo que se propongan, por lo que muestran tener una autoestima muy elevada, con  sentimientos irreales de importancia, suelen dormir menos o sentirse descansados después de solo unas pocas horas de sueño, hay presencia de pensamientos acelerados, con posibilidad de  realizar conductas de riesgo o irresponsables debido a que no son capaces de medir bien el peligro, actúan muchas veces por impulso y se distraen fácilmente.  Un episodio maníaco puede interferir en su capacidad para desempeñarse de manera adecuada en la vida.

En la fase de depresión, ocurre todo lo contrario, por lo que la persona puede comenzar a experimentar sentimientos de inutilidad, su energía disminuye considerablemente, presenta pensamientos muy negativos y catastróficos e incluso puede llegar a tener ideas suicidas, actúa con lentitud y torpeza, puede llegar a evitar el contacto con los demás, incluso pueden dejar el trabajo, entre otros síntomas propios de la depresión.

Estas fases pueden llegar a durar unos días, semanas, meses. Es necesario mencionar que los altibajos emocionales que presentan las personas con trastorno bipolar no son iguales a los que tenemos todos normalmente.

 

Veamos las diferencias entre el trastorno bipolar y el trastorno límite de la personalidad

A pesar de que estamos hablando de trastornos que tienen muchas similitudes en cuanto a síntomas, también cuentan con ciertas diferencias y es importante tener claro cuáles son para no confundirlos.

1-El trastorno bipolar está clasificado dentro de los trastornos de estados de ánimo y el TLP está dentro de los trastornos de la personalidad.

2-En el trastorno límite de la personalidad, los cambios en el estado de ánimo se producen de manera constante y poco duradera. Una persona con TLP tiene cambios constantes de humor durante el día que pueden durar minutos u horas, en cambio, una persona con trastorno bipolar alterna entre una fase maniaca y una depresiva, durando cada una de ellas días, semanas o meses.

3-En casos graves del trastorno bipolar, la persona puede llegar a perder el contacto con la realidad (pueden presentar delirios y alucinaciones), en cambio en el TLP esto no ocurre.

4-Las personas con trastorno límite de la personalidad actúan todo o casi todo el tiempo de manera impulsiva, mientras que las personas con trastorno bipolar, únicamente lo hacen cuando se encuentran en la fase maníaca.

 

Hablemos acerca del  tratamiento,  partiendo de un diagnóstico preciso y oportuno.

En el tratamiento para el Trastorno Límite de Personalidad, los medicamentos no se usan como el tratamiento principal, ya que los beneficios no son claros. Sin embargo, en algunos casos, un psiquiatra puede recomendar medicamentos para tratar síntomas específicos o trastornos mentales concurrentes o asociados, como depresión.

También el tratamiento incluye el apoyo familiar y la psicoterapia sobre todo con el enfoque de la Terapia Cognitiva Conductual (TCC) es una forma de intervención psicoterapéutica en la que destaca la reestructuración cognitiva que puede ayudar a las personas con este trastorno a identificar y cambiar las creencias fundamentales o los comportamientos derivados de la percepción equivocada de sí mismos y de otros, así como los problemas que tienen para interactuar con los demás. Este tipo de terapia puede ayudar a disminuir los cambios de estado de ánimo y los síntomas de ansiedad, así como reducir el número de conductas suicidas o autodestructivas.

Además se recomienda la Terapia Dialéctica Conductual (TDC), que se basa en la relación entre el cambio y la aceptación o la autovalidación, es decir, tener la capacidad de auto aceptarse, pero tomando en consideración la necesidad de cambio.  Este tipo de terapia también enseña habilidades para controlar las emociones intensas, reducir los comportamientos autodestructivos y mejorar las relaciones.

El tratamiento del Trastorno Bipolar, suele ser más complicado y está mucho más centrado en el uso de fármacos, psicoeducación y psicoterapia, de preferencia la terapia cognitivo conductual que ha demostrado eficacia para controlar la enfermedad.

Se recomienda aprender y adoptar un estilo de vida saludable, cuidando las horas de sueño, evitando el consumo de drogas, realizando ejercicio físico, etc. que ayudan a prevenir y controlar los síntomas.

Por último, es importante saber que, si la persona aprende a aceptar su afección o enfermedad y reconoce lo que debe hacer para tratarla, buscando el apoyo necesario y oportuno, ello puede marcar una gran diferencia a su favor.

Ps. Rocxana Croce.


domingo, 26 de febrero de 2023

CONSEJOS PARA MANTENER UNA AMISTAD

 


Hay amigos con los que podemos compartirlo todo, mostrándonos tal como somos. Esa segunda familia nos ayuda a explorar el mundo y a superar la incomunicación. Cultivar y conservar la amistad verdadera enriquece nuestra vida y mejora nuestra salud.

Ps. Rocxana Croce P.

La Amistad, como todo lo importante, brota del corazón, pero necesita de la voluntad, el tiempo y la dedicación para que dé frutos.

El amigo es alguien similar a nosotros, el gran confidente con el que exploramos la vida. No nos juzga ni nosotros lo juzgamos.

No es una autoridad que reprime o condiciona tu pensar, tu sentir, sino alguien con el que te sientes libre y respaldado para superar circunstancias adversas o alcanzar metas.

Con el amigo no te aburres, siempre pasan cosas, siempre hay algo que contarse, y lo mejor es que a través del amigo empezamos a conocernos y sentimos que somos comprendidos, rompiendo la barrera que nos separa de los demás: la incomunicación.

La experiencia de la amistad es, por tanto, una llave que abre muchas puertas, algunas íntimas.

El filósofo francés Voltaire dijo: "la amistad multiplica el ser".


¿Podemos tener amistad con todos?

Conocemos mucha gente a lo largo de nuestra vida, pero solo con unos pocos,  que pueden contarse con los dedos de la mano, como solemos decir,  la relación alcanza ese fuerte vínculo emocional. Porque no es amigo nuestro cualquiera.

Hoy, tenemos amigos incluso por internet. Pero es evidente que con determinadas personas se libera una corriente de simpatía y con otras no.


¿Y nos preguntamos por qué sucede esto?

Los amigos no se improvisan y no existe ninguna fórmula para tenerlos. Pero cualquier encuentro entre seres humanos es una ocasión para conocerse, compartir intereses y dar y recibir afecto. En ese terreno crece la amistad donde uno se interesarse genuinamente por el otro.

Mantener una amistad no es fácil, ya que implica un esfuerzo de la voluntad y para ello hay que tener una capacidad suficiente como para aceptar la forma de ser de otras personas.

Según el psiquiatra español Enrique Rojas, hay tres puntos cardinales decisivos a la hora de establecer y mantener una buena amistad:

1ro. Conocerse a uno mismo.

Si conocemos nuestras capacidades seremos capaces de controlar las tempestades emocionales a las que podemos vernos enfrentados en una relación de amistad.

2do. Saber pulir los aspectos negativos de la personalidad. Donde incluimos la pérdida de autocontrol, reacciones desproporcionadas, los esquemas mentales rígidos, etc.

3ro. Conocer los parámetros de nuestra relación con cada persona, ya que cada amistad es un universo único.

 

¿Cuáles son los beneficios de las amistades?

Los amigos son buenos para la salud.  Los amigos pueden ayudarte a celebrar los buenos momentos y apoyarte en los malos.

Los amigos pueden prevenir el aislamiento y la soledad y ofrecerte compañía si la necesitas.

Los amigos también pueden hacer lo siguiente:

-Aumentan la sensación de que formas parte de un grupo.

-Te dan felicidad y reducen tu estrés.

-Mejoran la confianza en uno mismo y la autoestima.

-Te ayudan a sobrellevar dificultades como una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio.

-Te animan a cambiar o a evitar hábitos que sean poco saludables, como beber o fumar en exceso o no hacer ejercicio.

-Mejoran  tu salud en general. Y es sabido que Los adultos con relaciones sociales consolidadas tienen menos riesgo de tener problemas de salud importantes, como depresión, hipertensión arterial y un índice de masa corporal (IMC) poco saludable.

-De hecho, según estudios, los adultos mayores que establecen relaciones valiosas y tienen redes de apoyo social, probablemente vivan más que sus compañeros con menos vínculos sociales.

-Y recordemos que formar y mantener amistades saludables implica dar y recibir. Algunas veces eres seguro eres tú quien da apoyo, y otras veces eres quien lo recibe.

-Además, hacer saber a tus amigos que te importan y que los aprecias puede ayudar a fortalecer el vínculo.

-Es tan importante que tú seas un buen amigo, como que te rodees de buenos amigos.

 

Veamos algunas recomendaciones para cultivar tus amistades:

1. Sé amable. Este comportamiento tan básico sigue siendo el centro de las relaciones exitosas. Piensa en la amistad como una cuenta bancaria emocional donde cada acto positivo y cada expresión de gratitud incrementan tu cuenta, mientras que las críticas y la negatividad quitan fondos.

2. Sé un buen oyente.  Demuéstralo prestando mucha atención, usando el contacto visual, un adecuado lenguaje corporal y breves comentarios ocasionales, como "es muy interesante lo que dices", o “gracias por comentármelo” etc.  Cuando tus amigos comparten detalles de momentos duros o experiencias difíciles, demuestra empatía, pero no ofrezcas consejos a no ser que ellos te los pidan.

3. Cuando hables, repite el nombre de tu amigo, porque el nombre es el sonido más dulce e importante para cada uno de nosotros en cualquier idioma.

4. No critiques, no condenes, no te quejes. Porque si constantemente tenemos esa actitud, difícilmente encontraremos afinidades.

5. Comparte. Las relaciones amicales te permiten compartir lo que piensas y sientes. El expresar tus experiencias personales y preocupaciones demuestra que tus amigos ocupan un lugar especial en tu vida, y hace que tu conexión sea más profunda.

6. Muestra que pueden confiar en ti. Este punto es muy importante para formar amistades sólidas porque implica ser responsable, ser confiable y leal. No faltes a los compromisos, y llega a tiempo. Cuando tus amigos comparten información confidencial, no la compartas con otros. Ello fortalece la confianza.

7. Desarrolla tu disponibilidad.  Construir una amistad cercana lleva tiempo y motivación personal. Es bueno ver a tus amigos y saber de ellos.

8. Demuestra aprecio sincero, busca el lado positivo en los demás. Eso no significa ser hipócrita, sino esforzarse en descubrirlo y comunicarlo. Demuestra que agradeces todo lo que hacen por ti y retribuye de alguna forma sus buenas actitudes. Puedes expresar tu agradecimiento sincero con algunos detalles; recuerda que una buena acción puede valer más que mil palabras.

Por último: recuerda que nunca es demasiado tarde para entablar nuevas amistades o reencontrarte con las antiguas. Invertir el tiempo en hacer amigos y fortalecer tus amistades puede dar como resultado tener una salud más buena y una mejor perspectiva en el futuro.

¿Cómo saber si debo de ir al psicólogo?

  «La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar».   Carl Rogers . Muchas personas, en algunos moment...