Hace un año atrás recibí éste mensaje, conmovedor por cierto, de un apreciado amigo, resulta significativo en éstos tiempos donde casi todo se hace virtualmente.
Recibir un
mensaje supone que alguien a quien le importas, ha dedicado parte de su tiempo
para comunicarse, para hablarte de sus pensamientos, sentimientos, anécdotas
que le han ocurrido.... o simplemente para saludarte.
Lamentablemente
se está perdiendo la buena costumbre (incluso terapéutica), el buen hábito de la comunicación
escrita, de puño y letra a cambio de otra que si bien es rápida e instantánea,
no contiene esa cuota de personalidad que le imprimía la tinta en el papel con
los trazos personales.
Pero aún
quedan las postales, los correos, los buzones, las ganas de ir contra
corriente, las costumbres, los afectos, etc.
Practiquemos
éste hermoso hábito de escribirnos y dedicarnos tiempo para expresar nuestros
afectos, nuestras emociones y sentimientos.
Ps. Rocxana Croce P.