sábado, 24 de octubre de 2020

ROMPER EL CICLO TÓXICO ES UNA DECISIÓN PERSONAL

El amor no duele y si duele, no es amor.
 

En estos tiempos de modernidad, de inmediatez, de muchas relaciones sin compromisos, sin casi tiempo para conocerse bien, se observan vínculos con ciclos poco saludables, incluso se llega a ver como algo “normal” aquello que, si se analiza con cuidado, no es beneficioso.

Una relación tóxica es una relación destructiva, dañina y disfuncional desde todo punto de vista, que genera daño y malestar.

Quienes ejercen el control en estas relaciones son por lo general personas egoístas y con escasa o nula empatía; habitualmente no se evidencian sino hasta desarrollarse la dinámica de la pareja.

Inicialmente hay un maltrato sutil, disimulado, con una tendencia a culpar a la otra persona.

En algún momento surge el desequilibrio, la inestabilidad y se cae en la separación.

Luego se busca la reconciliación para poder seguir ejerciendo el control sobre la pareja. Pero nuevamente ante otro problema surgen los desacuerdos, la pelea, vuelve la separación y de nuevo la reconciliación y así sucesivamente.

Detrás de todo ello hay una especie de deseo insatisfecho, porque a esta persona controladora e inmadura, nada lo va a satisfacer, no es capaz de reconocer y aceptar su responsabilidad frente a la otra persona.  No encajará como pareja.

Esta relación posiblemente nace como muchas relaciones donde hay algún tipo de sentimiento; pero la dificultad se presenta al paso del tiempo, donde se observan distorsiones a nivel del vínculo entre las personas. Hay una dificultad en el trato, en las expectativas, en los pensamientos.  En la cabeza de uno de ellos, quizás esta la idea de que todo deba de ser como lo piensa y si encuentra diferencias de opinión, discrepancias en su pareja, entonces no las tolerará. 

En el fondo hay una especie de lucha de poder, un tema de control de uno de los miembros sobre el otro (con evidente baja autoestima), donde no se acepta que la pareja sea libre, autónoma, con libertad de pensamiento y decisión. 

Las relaciones tóxicas se sostienen del sentimiento de las personas, a manera de un chantaje emocional, justifican sus conductas, (que son manipulativas y tóxicas), apelando inadecuadamente al argumento de “yo amo a mi pareja”.

Se desarrolla así el circulo toxico de la dependencia afectiva, reforzada en base a la repetición de las conductas disfuncionales, que finalmente producen mucho malestar, dolor y que se pueden incluso perpetuar en el tiempo sino se actúa sobre ellas.

Si estas en una relación toxica, si te reconoces dentro de la misma, busca ayuda prontamente porque este círculo conlleva al otro círculo igualmente o más peligroso, que es el de la violencia, no lo olvides.

domingo, 4 de octubre de 2020

No te divorcies de tus hijos.

 


“Una vez que pase la tormenta de arena, no recordarás cómo lo lograste, cómo sobreviviste, pero una cosa será segura, ya no serás la misma persona”. Murakami.

El divorcio es una separación de la pareja que resulta dolorosa en diferentes grados, sobre todo cuando hay hijos de por medio. 

Como toda perdida afectiva y final de una relación, se atraviesa por un proceso de duelo, aún sin que exista una muerte física de uno de los miembros. 

 Cuando hay hijos de por medio, es inevitable que estén inmersos en la decisión. Frente a ello es necesario que los padres muestren una actitud favorable, explicarles que la permanencia en la vida de sus hijos, aun a pesar de la distancia física, será por siempre.

Si bien el divorcio rompe la estabilidad emocional de la familia, se necesita que el tema sea abordado de manera clara y concreta, considerando la edad y etapa de cada uno de los hijos.

Un punto importante es dejar en claro que no es por ellos (hijos) que se separan papá y mamá, que a veces las personas no logran tener las afinidades necesarias para convivir y que es mejor llegar a un acuerdo saludable donde si bien ya no estarán juntos bajo el mismo techo, ellos deben tener la plena seguridad que sus padres no los abandonaran porque existen entre ellos lazos indestructibles.

Considerando que cualquier cambio es difícil sobre todo cuando están de por medio los sentimientos y las emociones, hace falta desarrollar empatía, el tacto, la capacidad de observación, la paciencia entre otros aspectos, y estar atentos a los comportamientos propios y de los hijos, de ser necesario buscar ayuda profesional para afrontar el proceso de adaptación a la nueva convivencia.

Si se lleva bien un proceso de separación, este sirve de gran aprendizaje, permite desarrollar habilidades de afrontamiento y toma de decisiones, donde es posible superar éste difícil periodo conservando los vínculos familiares y el bienestar de los miembros. 

Finalmente, el hogar debe transmitir seguridad y pertenencia en los hijos, sabiendo que continúan siendo familia, pero en dos casas distintas.

Ps. Rocxana Croce P.


Duelo, un proceso emocional y personal

Sobrellevar la pérdida de un ser querido puede ser uno de los mayores retos a los que el ser humano se enfrenta. La forma cómo cada persona ...