“Sintiere ergo sum” (siento por lo tanto soy)
Las experiencias modelan las actitudes e ilusiones de las personas.
Hay experiencias negativas como la perdida de una pareja, de los padres, del trabajo, de una amistad, etc. que dejan lecciones para nuestra vida.
Hay experiencias positivas como la recuperación de un familiar, el nacimiento de un hijo, el logro académico, laboral, etc.
A veces uno permanece ligado a relaciones y experiencias negativas que causan dolor, vacío, soledad, frustración.
Todo vínculo afectivo debe desarrollarse en un contexto de tolerancia y respeto mutuo.
Si la persona se siente disminuida, con baja autoestima y no puede desligarse de este tipo de relación, entonces terminará viviendo continuas situaciones de insatisfacción.
Idealizar un vínculo no resolverá el problema. Dificultades siempre van a existir en cualquier ámbito, pero comunicarse es fundamental para limar los conflictos y seguir adelante.
Las relaciones deben basarse en un contexto de tolerancia, autonomía, respeto mutuo y en un plano horizontal.
Paul Watzlawick, uno de los principales autores de la Teoría de la comunicación humana, dice que se puede calificar de “humana” a una sociedad en la medida en que sus miembros se confirman recíprocamente.
Revisemos nuestras experiencias y lo que ellas nos van dejando a cada paso.