El cuerpo influye en la mente, favoreciendo o entorpeciendo nuestra capacidad para sacar lo mejor de nosotros en los momentos cotidianos y en los más difíciles.
Aunque no lo hacemos
conscientemente, cuando no estamos hablando, seguimos comunicando con el
lenguaje corporal o no verbal; con nuestros movimientos y gestos externalizamos
lo que pensamos internamente sin ser conscientes de que lo hacemos.
En
la entrevista el evaluador puede,
gracias al contacto personal, obtener información muy útil y veraz sobre
los candidatos al puesto según el lenguaje verbal y corporal de los
entrevistados; por tanto, tan importante es lo que el candidato dice de sí
mismo como la manera en que lo expresa a través de los signos del lenguaje
no verbal, ya que el lenguaje corporal no miente.
Con
nuestras expresiones reflejamos lo que pensamos, pues es muy difícil controlar
a la vez lo que decimos y lo que expresamos.
Muchas veces cuando se
afirma algo verbalmente, esa comunicación no corresponde con lo que se
transmite con nuestros movimientos o gestos. Queda claro que no se está
diciendo la verdad porque se observan contradicciones entre lo que se dice y lo
que se hace.
Por ello, es muy
importante conocer cómo utilizar las posturas de nuestro cuerpo, los gestos del
rostro, los movimientos de tus manos para transmitir una imagen positiva de uno
mismo ante la persona que nos está evaluando.
Algunos
consejos para utilizar un lenguaje corporal adecuado:
Refuerza la primera impresión. La primera
impresión va a marcar la dirección y tono de la entrevista, es vital y para
ello lo esencial desde el punto de vista del lenguaje corporal es saber dar la
mano de forma apropiada. Cuando des la mano mira a los ojos del entrevistador y
transmite una sonrisa de empatía, un apretón de manos firme pero no muy fuerte
ni alargado en el tiempo.
Usa los ojos para comunicarte. Debes intentar
mirar al entrevistador directamente a sus ojos, pero sin incomodarlo, porque incluso
una mirada fija e intensa, puede ser interpretada como una señal de agresión y
una mirada de costado es interpretada como una sensación de mentira o
inseguridad. Tu mirada debe ser empática, que proyecte entusiasmo, interés y
humor.
Sonríe. La sonrisa es
esencial en nuestro lenguaje corporal para mostrar simpatía, aunque sin
excederse y sin que sea forzada o parezca fingida, se trata de sonreír no de
reírse todo el tiempo y de todo. Entrena en un espejo una sonrisa adecuada.
Controla tu pelo. Cuando una persona está
todo el tiempo acomodándose el pelo, se puede interpretar como una falta de
respeto, porque das a entender que no te interesa lo que te dice tu
interlocutor, que estás pensando en otras cosas, etc. Un buen corte de pelo es
esencial días antes de la entrevista de trabajo, bien peinado, cómodo para que
no sea una distracción durante la entrevista.
Proyecta confianza con la postura de tu cuerpo. Esto es vital y
tal vez te hará recordar los consejos que te decían de sentarte derecho con la
espalda recta. Para nada te apoyes sobre la mesa y evita recostarte hacia a
atrás en la silla; además tu cabeza debe estar erguida y derecha y trata de
sentarte un poco al borde de la silla para demostrarle interés a tu
entrevistador, pero sobre todo no te sientes en la silla excesivamente rígido,
como paralizado, sino correcto y relajado.
Usa expresiones faciales positivas. Todo tu rostro
sirve para que te comuniques con expresiones faciales de asombro o de duda;
debes tratar de ser positivo con tus expresiones faciales más allá del simple sonreír.
Evita (o controla) tus tics nerviosos. Es imposible no
tener algo de nervios en una entrevista y a veces uno tiene algunos descuidos
como jugar con un lapicero, una hoja o jugar con los anillos, el reloj, jugar
con los dedos, etc. Identifica esos tics y trata de controlarlos. Sin duda la
mejor forma de controlar los tics es intentar relajarse antes de la entrevista,
sentirte cómodo, hacer respiraciones profundas. Debe de proyectarse una imagen
de interés hacia el entrevistador, porque estar distraído con nuestros tics
demuestra lo contrario.
Transmite dinamismo y simpatía con tu cuerpo. No te muestres
conflictivo, acuérdate de que el entrevistador busca a alguien que va a interactuar
en una oficina con otros compañeros de trabajo y que deben llevarse todos bien.
Debes mostrar capacidad de trabajo en equipo y convivencia diaria.
Usa tus manos. Usa las manos de
forma apropiada para enfatizar los puntos fuertes y las cosas más importantes a
destacar.