martes, 28 de abril de 2020

Recuperando nuestros juegos tradicionales



'Orandum est ut sit mens sāna in corpore sānō'
'Oremos por una mente sana en un cuerpo sano'. Décimo Junio Juvenal

La crisis por el Covid-19 ha modificado una serie de hábitos, costumbres y en general el modo de vida de las personas.

El uso de los recursos tecnológicos ahora se han convertido en herramientas y compañías necesarias para vivir el día a día en el confinamiento obligatorio. 

Las actividades educativas de aprendizaje son básicamente virtuales a través de internet, radio, televisión y donde los niños, adolescentes y en general las personas, permanecen durante varias horas sentados frente a una pantalla.  La actividad física se reduce notoriamente.

En tales circunstancias, se hace propicio y necesario recuperar de la memoria lúdica aquellos juegos populares y tradicionales que nos permiten poner en actividad nuestras habilidades motoras, sensoriales, de movimiento (Kinestésicas), sociales para un desarrollo más integral y de esa manera equilibrar el uso ilimitado o en demasía de los recursos tecnológicos.

Es necesario, es urgente recuperar los juegos tradicionales y enriquecedores  que se adaptan a la nueva situación de vida para todos y todas, tales como el trompo, saltar la soga, mundo, lingo, yaces, las escondidas, el aro, las canicas, los siete pecados, etc.

Combinando las actividades se logrará un mejor desarrollo físico y mental, mucho más adecuado que aquel donde el niño permanece sentado mucho tiempo, sin ejercitar sus músculos, sin descansar su vista y con el posible aumento de peso.

Al mismo tiempo podrá expresar mejor sus pensamientos, sus emociones, afrontará mejor la resolución de conflictos y también tendrá una mayor tolerancia a las normas y límites. por la distensión que el juego y la actividad física proporcionan.

Si algo de bueno nos va dejando esta crisis por la que atravesamos, es que se están recuperando algunos aprendizajes de antaño, algunos valores casi perdidos en el tiempo y sin duda, se fortalecen los vínculos familiares.


Ps. Rocxana Croce.

domingo, 12 de abril de 2020

El reto de aprender en una escuela sin espacio físico


La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz.  Confucio.

Momento de pandemia, momento de buscar soluciones, momento de ser creativos, momento de adaptarnos a las circunstancias, momento de ser resilientes, momento de continuar la educación, momento de unirse más las familias.

Maestros a un lado de la orilla poniendo en acción todas sus capacidades en conjunto para desarrollar sus planes y programas, adaptándolos y ajustándolos a los tiempos; ayudados por las multiplataformas al servicio de la educación (internet, radio, televisión), espacios virtuales para una educación en línea que sostenga el material de aprendizaje.

Al otro lado de la orilla están los estudiantes, los receptores de la información y además catalizadores de la misma para luego integrarla en sus propios procesos mentales y emocionales y lograr que los conocimientos se interioricen y se consoliden. 

Al medio los padres, importantes aliados en el acompañamiento y supervisión de sus hijos en el logro de los objetivos de aprendizaje.  Padres que ya no serán solamente aquellos que provean de los materiales, los que compren los útiles, uniformes, paguen las matrículas; serán además agentes activos, mediadores protagónicos entre los profesores y sus hijos; la oportunidad para fortalecer la dinámica de relación familiar. Su rol será más significativo que antes.

Todo esfuerzo no es en vano porque lo que menos debemos permitirnos como sociedad es detenernos en el tiempo, quedarnos inmovilizados y perder la posibilidad de continuar la ruta del aprendizaje, aún en medio de una crisis tan grave como es la producida por el Coronavirus.

Este esfuerzo además deja ver con más notoriedad las diferencias, las desigualdades que existen entre los hogares; aquellas desde los que tienen espacio físico, los recursos tecnológicos, la ayuda familiar, contrastante de aquellos que carecen de las mínimas condiciones para el estudio, donde no hay luz ni agua, donde las familias viven en espacios reducidos y precarios, donde no tienen acceso a las computadoras u otro recurso tecnológico para poder ir al ritmo de la modernidad.

Son brechas que se hacen observables y que merecerán sean abordadas a futuro por las entidades correspondientes.

¿Cómo quedaremos luego esta crisis en forma de una pesadilla, de este virus con poder de ser invisible y atacar sin distingos?

Como sabemos “toda crisis trae una oportunidad”.

Este será un aprendizaje en todo sentido:

  •     Aprenderemos nuevas formas de enseñar y nuevas formas de aprender.
  •     Aprenderemos la importancia de los maestros y las escuelas.
  •     Aprenderemos que las familias tienen un capital de fortaleza que sale a relucir en situaciones adversas.


Si bien ahora están cerradas las aulas físicas, hay una puerta abierta a partir de la cual se sigue construyendo la educación.

¡Juntos todo es posible!

Ps. Rocxana Croce P.

viernes, 3 de abril de 2020

AYUDANDO A LAS PERSONAS CON AUTISMO EN LOS TIEMPOS DE LA CUARENTENA


CIELO AZUL:  HACIENDO DE CADA DÍA DE ENCIERRO UN DÍA DE AMOR Y OPORTUNIDAD

Ps Rocxana Croce P.
Ps. Luis Pineda B.

Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) clasifican un conjunto de condiciones de desarrollo que encontramos en niñas y niños, adolescentes y adultos.  No constituyen “una enfermedad, desorden, dolencia, padecimiento, afección, etc.”, como suele ser común decirlo desde el sentido común, y como se sostuvo desde ciertas corrientes profesionales ligadas a la salud y desde la práctica clínica.


Sin embargo, desde la teoría médica y algunas orientaciones clínicas en la psicología, la condición del autismo hace referencia a un “trastorno del neurodesarrollo”, es decir, una situación originada en un evento en la vida de la persona, que produce un cambio en el patrón de desarrollo, y que se manifiesta como un conjunto de características que  afectan la socialización e interacción social, y de manera específica la comunicación y el lenguaje. 

En el autismo también es común se manifiesten conductas estereotipadas o se evidencien intereses restringidos o reducidos a determinadas actividades, rutinas, objetos, etc.  Esto último es importante por lo que manifestaremos enseguida.

En estos días difíciles, las personas con condición TEA, particularmente las niñas y niños, están viviendo su propia experiencia de confinamiento debido al Covid-19.  Siendo esta una medida obligatoria para todas las personas no es fácil sobrellevar, sobre todo para las personas encuadradas en los TEA.

El encierro por días aunado a la incertidumbre y los miedos que de ella se deprenden, así como su dificultad a nivel sensorial (auditivo, visual, táctil, olfativo, gustativo), genera en ellos estados de estrés y ansiedad, incluso conductas de agresión o autoagresión como golpearse la cabeza, morderse, patear, etc.


No hubo tiempo para anticiparse al cambio
La estructura en sus actividades, en su vida en general se ha visto alterada rotundamente. Sus propias rutinas que les marcan la pauta para su estabilidad y su seguridad no es la misma. No acuden ya a sus sesiones terapéuticas, ni a sus escuelas, ni a sus universidades, ni a sus centros de trabajos, ni a otras actividades que pudieran haber realizado hasta hace poco. 

Es muy penoso para ellos y para sus familiares vivir esta experiencia porque el mundo que ellos van conquistando va más allá del hogar, que van descubriendo e incorporando al propio se ve reducido en estas condiciones. 

Para muchos de ellos salir a la calle es una necesidad para lograr salud y bienestar, que les favorece en su equilibrio psicológico, pues el contacto con el ambiente y el moverse en su medio vecino afirma su sentido de libertad.

Para los que están limitados en el uso del lenguaje verbal es más complicado, su comunicación se ve restringida para expresar sus sentimientos, así como para relacionarse con otras personas y la propia comprensión de lo que está pasando.

Aún hay muchas personas que no comprenden esta condición, es más, el autismo no se hace visible a simple vista, porque físicamente no se observan diferencias.  Al ser el autismo un espectro (como un abanico), en muchos de ellos está conservada su capacidad intelectual y muchas habilidades cognitivas.

Pueden mostrar dificultades cuando entran en contacto con las personas por ejemplo a nivel de la empatía, en su comunicación social, en la no comprensión de las bromas, el doble sentido, la ironía.

En nuestro país como en otros, se ha contemplado felizmente la posibilidad de que las personas autistas y otras que con habilidades diferentes como síndrome Down, síndrome Rett, hiperactividad, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), puedan salir a la calle durante un lapso de quince minutos acompañados de un adulto, teniendo los cuidados mínimos para evitar el contagio.  Esto con la finalidad que no se agrave su condición.


¿Cómo ayudar a las personas con autismo en tiempos de confinamiento obligatorio?
Las siguientes son unas recomendaciones para poder durante este tiempo manejar mejor el aislamiento social, y ver que esto no tiene que convertirse en una calamidad sino todo lo contrario, en una oportunidad para desplegar otras habilidades que enriquezcan a las personas en general, hablamos por ejemplo del asertividad, resiliencia, autonomía, toma de decisiones, etc. (habilidades blandas).

  • Tocar el tema con tranquilidad y claridad.
  • Conservar las estructuras habituales (rutinas) en lo posible
  • Desarrollar un hábito académico adaptable con horarios fijos y descansos.
  • Reforzar los hábitos de higiene.
  • Fomentar actividades de movimiento: bailar, saltar, estiramientos.
  • Participar en actividades de casa: barrer, limpiar la mesa, botar la basura.
  • Interrelacionarse la familia lúdicamente: juegos de mesa, pintar, armar rompecabezas, adivinanzas.
  • Poder anticiparnos a aquella situación que pueda desencadenar por ejemplo un berrinche, rabieta, falta o aumento del apetito, cambios en el sueño.
  • De no poder manejar una conducta como un estado de ansiedad, conectarse con su terapeuta o con los centros de salud que tienen atención telefónica.
  



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