'Orandum
est ut sit mens sāna in corpore sānō'
'Oremos
por una mente sana en un cuerpo sano'. Décimo Junio Juvenal
La crisis por el Covid-19 ha modificado una serie de hábitos, costumbres
y en general el modo de vida de las personas.
El
uso de los recursos tecnológicos ahora se han convertido en herramientas y compañías necesarias para vivir el día a día en el confinamiento obligatorio.
Las actividades educativas de aprendizaje son básicamente virtuales a través de internet, radio, televisión y donde los niños,
adolescentes y en general las personas, permanecen durante varias horas sentados
frente a una pantalla. La actividad física se reduce notoriamente.
En tales circunstancias, se hace propicio y necesario recuperar de la memoria lúdica
aquellos juegos populares y tradicionales que nos permiten poner en actividad nuestras
habilidades motoras, sensoriales, de movimiento (Kinestésicas), sociales para
un desarrollo más integral y de esa manera equilibrar el uso ilimitado o en demasía de los recursos
tecnológicos.
Es
necesario, es urgente recuperar los juegos tradicionales y enriquecedores que se adaptan a la nueva situación de vida para todos y todas, tales como el trompo,
saltar la soga, mundo, lingo, yaces, las escondidas, el aro, las canicas, los
siete pecados, etc.
Combinando
las actividades se logrará un mejor desarrollo físico y mental, mucho más adecuado que
aquel donde el niño permanece sentado mucho tiempo, sin ejercitar sus
músculos, sin descansar su vista y con el posible aumento de peso.
Al
mismo tiempo podrá expresar mejor sus pensamientos, sus emociones, afrontará
mejor la resolución de conflictos y también tendrá una mayor tolerancia a las
normas y límites. por la distensión que el juego y la actividad física proporcionan.
Si
algo de bueno nos va dejando esta crisis por la que atravesamos, es que se están
recuperando algunos aprendizajes de antaño, algunos valores casi perdidos en el
tiempo y sin duda, se fortalecen los vínculos familiares.
Ps.
Rocxana Croce.