Hay amigos con los que podemos
compartirlo todo, mostrándonos tal como somos. Esa segunda familia nos ayuda a
explorar el mundo y a superar la incomunicación. Cultivar y conservar la
amistad verdadera enriquece nuestra vida y mejora nuestra salud.
La Amistad, como todo lo importante, brota del corazón, pero necesita de la voluntad, el tiempo y la dedicación para que dé frutos.
El amigo es alguien similar a
nosotros, el gran confidente con el que exploramos la vida. No nos
juzga ni nosotros lo juzgamos.
No es una autoridad que reprime o
condiciona tu pensar, tu sentir, sino alguien con el que te sientes libre
y respaldado para superar circunstancias adversas o alcanzar metas.
Con el amigo no te aburres, siempre
pasan cosas, siempre hay algo que contarse, y lo mejor es que a través del
amigo empezamos a conocernos y sentimos que somos comprendidos, rompiendo
la barrera que nos separa de los demás: la incomunicación.
La experiencia de la amistad es, por
tanto, una llave que abre muchas puertas, algunas íntimas.
El filósofo francés Voltaire
dijo: "la amistad multiplica el ser".
¿Podemos tener amistad con todos?
Conocemos mucha gente a lo largo de
nuestra vida, pero solo con unos pocos,
que pueden contarse con los dedos de la mano, como solemos decir, la relación alcanza ese fuerte vínculo
emocional. Porque no es amigo nuestro cualquiera.
Hoy, tenemos amigos incluso por internet.
Pero es evidente que con determinadas personas se libera una corriente de
simpatía y con otras no.
¿Y nos preguntamos por qué sucede
esto?
Los amigos no se improvisan y no
existe ninguna fórmula para tenerlos. Pero cualquier encuentro entre seres
humanos es una ocasión para conocerse, compartir intereses y dar y recibir
afecto. En ese terreno crece la amistad donde uno se interesarse genuinamente
por el otro.
Mantener una amistad no es fácil, ya
que implica un esfuerzo de la voluntad y para ello hay que tener una capacidad
suficiente como para aceptar la forma de ser de otras personas.
Según el psiquiatra español Enrique
Rojas, hay tres puntos cardinales decisivos a la hora de establecer y mantener
una buena amistad:
1ro. Conocerse a uno mismo.
Si conocemos nuestras capacidades
seremos capaces de controlar las tempestades emocionales a las que podemos
vernos enfrentados en una relación de amistad.
2do. Saber pulir los aspectos negativos de la personalidad. Donde incluimos la
pérdida de autocontrol, reacciones desproporcionadas, los esquemas mentales
rígidos, etc.
3ro. Conocer los parámetros de nuestra relación con cada persona, ya que cada
amistad es un universo único.
¿Cuáles son los beneficios de las amistades?
Los amigos son buenos para la salud. Los amigos pueden ayudarte a celebrar los
buenos momentos y apoyarte en los malos.
Los amigos pueden prevenir el
aislamiento y la soledad y ofrecerte compañía si la necesitas.
Los amigos también pueden hacer lo
siguiente:
-Aumentan la sensación de que formas
parte de un grupo.
-Te dan felicidad y reducen tu estrés.
-Mejoran la confianza en uno mismo y
la autoestima.
-Te ayudan a sobrellevar dificultades
como una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido,
el divorcio.
-Te animan a cambiar o a evitar
hábitos que sean poco saludables, como beber o fumar en exceso o no hacer
ejercicio.
-Mejoran tu salud en general. Y es sabido que Los
adultos con relaciones sociales consolidadas tienen menos riesgo de tener
problemas de salud importantes, como depresión, hipertensión arterial y un
índice de masa corporal (IMC) poco saludable.
-De hecho, según estudios, los adultos
mayores que establecen relaciones valiosas y tienen redes de apoyo social,
probablemente vivan más que sus compañeros con menos vínculos sociales.
-Y recordemos que formar y mantener
amistades saludables implica dar y recibir. Algunas veces eres seguro eres tú
quien da apoyo, y otras veces eres quien lo recibe.
-Además, hacer saber a tus amigos que
te importan y que los aprecias puede ayudar a fortalecer el vínculo.
-Es tan importante que tú seas un buen
amigo, como que te rodees de buenos amigos.
Veamos algunas recomendaciones para
cultivar tus amistades:
1. Sé amable. Este
comportamiento tan básico sigue siendo el centro de las relaciones exitosas.
Piensa en la amistad como una cuenta bancaria emocional donde cada acto
positivo y cada expresión de gratitud incrementan tu cuenta, mientras que las
críticas y la negatividad quitan fondos.
2. Sé un
buen oyente. Demuéstralo
prestando mucha atención, usando el contacto visual, un adecuado lenguaje
corporal y breves comentarios ocasionales, como "es muy interesante lo que
dices", o “gracias por comentármelo” etc.
Cuando tus amigos comparten detalles de momentos duros o experiencias
difíciles, demuestra empatía, pero no ofrezcas consejos a no ser que ellos te
los pidan.
3. Cuando hables, repite el
nombre de tu amigo, porque el nombre es el sonido más dulce e
importante para cada uno de nosotros en cualquier idioma.
4. No critiques, no condenes, no te quejes. Porque si constantemente tenemos esa
actitud, difícilmente encontraremos afinidades.
5. Comparte. Las
relaciones amicales te permiten compartir lo que piensas y sientes. El expresar
tus experiencias personales y preocupaciones demuestra que tus amigos ocupan un
lugar especial en tu vida, y hace que tu conexión sea más profunda.
6. Muestra que pueden confiar en ti. Este
punto es muy importante para formar amistades sólidas porque implica ser
responsable, ser confiable y leal. No faltes a los compromisos, y llega a
tiempo. Cuando tus amigos comparten información confidencial, no la compartas
con otros. Ello fortalece la confianza.
7. Desarrolla tu disponibilidad.
Construir una amistad cercana lleva tiempo y motivación personal. Es
bueno ver a tus amigos y saber de ellos.
8. Demuestra aprecio sincero, busca
el lado positivo en los demás. Eso no significa ser hipócrita, sino esforzarse
en descubrirlo y comunicarlo. Demuestra que agradeces todo lo que hacen por ti
y retribuye de alguna forma sus buenas actitudes. Puedes expresar tu
agradecimiento sincero con algunos detalles; recuerda que una buena acción
puede valer más que mil palabras.
Por último: recuerda que nunca es demasiado tarde para entablar nuevas amistades o reencontrarte con las antiguas. Invertir el tiempo en hacer amigos y fortalecer tus amistades puede dar como resultado tener una salud más buena y una mejor perspectiva en el futuro.