miércoles, 11 de septiembre de 2019

SEÑALES Y ESTADOS DE ÁNIMO


“Los sentimientos y las emociones son el lenguaje universal que debe ser honrado. Son la expresión auténtica de quiénes somos.”
Judith Wright.

En terapia me sucede y no en pocas ocasiones, que terminada la sesión encuentro señales o evidencias que corroboran los de estados de animo, la conducta reveladora de lo que pasa en el espíritu de las personas que acuden a la consulta.

Se suele notar en el paciente ese nudo en la garganta, aquellos ojos vidriosos que enrojecen y las lágrimas que comienzan a brotar en determinado momento.

Son permitidas estas expresiones, es el lugar adecuado para ello, para trabajar sobre lo que los aqueja.

Hay casos donde la persona refiere síntomatología depresiva pero lo disimula, no muestra ni tristeza, menos llanto. Es una forma de resistencia posiblemente en base a creencias de un aprendizaje cultural y emocional donde “solo lloran los débiles”, “solo lloran las mujeres”, por poner algún ejemplo, propio de una cultura machista y represiva.

Desbloquear estas creencias es parte de nuestro trabajo terapéutico, donde apuntamos a una mejor adaptación de la persona con beneficios para su psiquis en su día a día. Y al paso de las sesiones, posiblemente las lágrimas empiecen a fluir de ser necesario.

Sacar afuera, expresar los sentimientos de dolor de pena, de tristeza, no suele ser sencillo, sobre todo cuando se ha estado mucho tiempo intentando no mostrar, no pedir ayuda, no evidenciarse.

Pero al darse esa posibilidad, se permite la liberación de emociones negativas, descargando ese estrés que muchas veces bloquea y no permite vivir con bienestar.

Está de nuestra parte como profesionales de la conducta humana, ver los hechos tal cual, sin juicios de por medio y si con toda la compresión, la empatía y el respeto sobre una situación de quien confía en nosotros.  Y a veces incluso, con solo el acto de escuchar generamos bienestar.

Cuanta satisfacción se siente de nuestra parte al escuchar al final de una sesión que nos digan algo así como: "¡Que bueno que vine, me siento mucho mejor, gracias!"
Ps. Rocxana Croce.

El Poliamor

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