La psicología positiva y Seligman definen el humor como la capacidad de una persona de experimentar la carcajada.
La risa es la reacción a un acto placentero, nos reímos cuando nos sentimos bien y con ello liberamos dopamina (neurotransmisor relacionado con los estados de placer).
El humor es lo que causa la risa: chistes, bromas, juegos, metidas de pata, inocentadas, todo aquello de lo que en general nos reímos.
Tomar la vida con una cuota de humor esta relacionado con la forma de ver los problemas o dificultades, la percepción que tenemos de la vida. En situaciones de tensión, permite distender el momento, ver el otro lado de las cosas.
La risa y el buen humor activan nuestras emociones positivas porque generamos un estado de ánimo favorable que además, resulta contagioso y facilita la comunicación con quienes nos rodeamos.
El humor es un estado, una reacción; sin embargo, evitemos aquello que pueda herir, ser prudentes con los chistes o bromas; y lo irónico manejarlo con cuidado porque no a todos les cae bien.
Algo importante es considerar que el humor resulta terapéutico y es aconsejable desarrollarlo. Investigaciones señalan que gente positiva, con buen sentido del humor denota mejores niveles de salud.
La risa es contagiosa y mal no hace, además una persona con buen humor, resulta incluso más atractiva, de mejores vibraciones porque nos genera un bienestar, se esta a gusto con estas personas.
Consideremos también el aspecto cultural porque lo que para uno algo está relacionado con el humor, para otras culturas pueda que no representen lo mismo (significado).
También los estados de animo o circunstancias que atraviesan las personas (enfermedades, crisis, etc) pueden mejorar si le sacamos una sonrisa, porque un ratito de bienestar ayuda a generar mejores emociones.
Ps. Rocxana Croce P.