Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.
Aristóteles
Ilustración "Noooooooo quiero" por Flavia Delcro
Los niños con trastorno oposicionista desafiante evidencian un patrón recurrente de conducta desobediente, negativista, desafiante, y hostil, dirigida hacia las figuras que representan la autoridad. Hay riesgo de desarrollar una personalidad antisocial en la edad adulta.
El Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR (APA, 200) define el trastorno desafiante por oposición (TDO) como:
“Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que se extiende por lo menos durante seis meses”
EL AUTOCONTROL
El Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR (APA, 200) define el trastorno desafiante por oposición (TDO) como:
“Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que se extiende por lo menos durante seis meses”
Criterios:
1. Se
encoleriza e irrumpe en pataletas
2.
Discute con los adultos
3.
Desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus demandas
4.
Molesta deliberadamente a otras personas
5.
Acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
6. Es
susceptible o fácilmente molestado por otros
7.
Colérico y resentido
8. Rencoroso
o vengativo
CAUSAS
Y TEORÍAS
La teoría del desarrollo señala que las dificultades se inician entre uno y los dos años y medio
de edad, debido a dificultades para aprender a separarse y hacerse autónomos de
la persona a la cual se encuentran ligados emocionalmente (generalmente la
madre).
La teoría del aprendizaje hace referencia a conductas aprendidas que son consecuencia de las técnicas de refuerzo negativo empleadas
por los padres y las figuras de autoridad. El empleo de refuerzos negativos incrementa la
frecuencia e intensidad de los comportamientos opositores en el niño, y así logra
llamar la atención de los adultos y obtiene la interacción deseada.
Cuando
los padres son severos en sus relaciones con el niño, son reforzados porque esa
conducta produce obediencia o elimina la fuente de irritación. Entonces padres e hijos aprenden a realizar
comportamientos negativos cuando se enfrentan con acontecimientos desagradables
o aversivos.
También
cabe considerar otras variables como la personalidad o el temperamento del niño
(por lo general es el más fuerte y enérgico que sus pares), y eventos
estresantes como el divorcio de sus padres, enfermedades o problemas
familiares.
EL TRATAMIENTO
Se
utilizan con éxito estrategias
cognitivas conductuales.
Es
importante cambiar las interacciones desadaptativas y coercitivas que existen entre
padres y el niño con TDO.
Enseñar
a los padres que es importante atender y responder a los comportamientos
positivos que el niño expresa porque
muchos están acostumbrados a solo poner atención a las conductas problemáticas.
Los padres aprenderán a identificar y reforzar las conductas deseables.
Se
puede usar técnicas como Tiempo - Fuera o retiro de privilegios,
contingente a la conducta; también un sistema de economía de fichas,
mantener un registro diario de la conducta del niño en el colegio, anticipar
y prever conductas en lugares públicos.
Necesarias
son las sesiones terapéuticas para evaluar el compromiso de los padres al
tratamiento y ver los progresos, revisando las áreas de dificultades.
De
ser necesario el uso de fármacos con el médico pediatra o neurólogo.
EL AUTOCONTROL
Es adecuado enseñar al niño a que aprenda a enfrentar situaciones difíciles de la mejor manera, sin la impulsividad, más bien responder asertivamente, eligiendo respuestas apropiadas y autocalificarse. Que aprenda a regular sus emociones, desarrollar
la tolerancia a la frustración y la habilidad para resolver problemas.
Por
último, la prevención a través de la intervención en edades tempranas favorece
el crecimiento y desarrollo normal del niño y futuro adolescente, mejorando la
calidad de vida.
Ps. Rocxana Croce P.