Foto: Costa Verde. Miraflores, Perú.
Ps. Rocxana Croce P.
"No puedes aprender a emocionarte, a estar triste, alegre, compasivo, todo eso ya está en el cerebro. Pero el grado en el que esas emociones se expresan puede educarse, aprender a modularlas". Antonio Damasio
El equilibrio emocional depende en general, de un mejor desempeño de nosotros mismo y esto tiene que ver con adecuados niveles de autoestima, con tener relaciones interpersonales satisfactorias y sostenidas en el tiempo con algunas de ellas (las grandes amistades de toda la vida), con una buena salud física y desempeño en todas las áreas de la vida.
En nuestras conductas operan niveles de racionalidad y emocionalidad, y es evidente que este último aspecto no siempre resulta manejable o de una mejor gestión. Pero veamos que la emoción tiene que ver con los sentimientos. Antes definamos cada una de ellas.
Los sentimientos constituyen estados de ánimo duradero relacionado con nuestra forma de pensar y actuar y están conectados con un grado de afecto que hay a nuestro alrededor, porque todo lo que pensamos, vemos y oímos afecta lo que sentimos. Por ejemplo la felicidad, el enojo, la culpa, el temor, el gozo, la confianza son sentimientos.
Las emociones son estados del cuerpo y de la mente y se manifiestan a consecuencia de la manera que percibimos y reaccionamos a lo que nos sucede y ocurre de pronto, repentinamente como por ejemplo el amor, la alegría, el miedo, la tristeza, la vergüenza, la sorpresa, el desprecio.
La emoción empieza en el cerebro, por una reacción automática que luego se refleja en el cuerpo (latidos acelerados del corazón, sudores, etc) y hay una serie de pensamientos alrededor de por ejemplo escuchar un llanto. Podemos salir, correr, ver qué pasa. Por tanto hay un estimulo que lo genera, luego es la reacción en el cuerpo y a su vez están las ideas que acompañan a esa reacción lo que constituye el sentimiento. Sentir es percibir todo esto que estamos describiendo y se sitúa en la fase mental.
Para el neurocientifico Antonio Damasio, las emociones pertenecen al cuerpo y desencadenan una serie de alteraciones químicas y orgánicas determinadas. Después de las emociones llegan los sentimientos, que ya tienen una relación más profunda con los pensamientos.
Ante las situaciones de la vida, uno puede reaccionar de diferentes modos ya sea tímidamente, o puede gritar o explotar con violencia o exagerar las cosas. Las emociones cumplen su función y la idea es saber expresar estas emociones porque hay conexión entre la emoción y la razón y el bienestar depende de su equilibrio.
Y para expresar las emociones y sentimientos hay que observarnos (nivel consciente) y analizar:¿por qué me siento así?, ¿qué pasó antes?, ¿qué hice yo o qué hizo la otra persona?, etc.
Luego es necesario identificar las emociones, ponerle el nombre correspondiente y expresarlas. Porque las hay positivas y negativas. La idea es saber expresarlas.
Las emociones son fundamentales para vivir y ésta demostrado que nuestras decisiones están impregnadas siempre de emoción.
Procuremos estar bien para pensar mejor.