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"El arte de ser sabio, es el arte de saber qué pasar por alto"
William James
Se cuenta que en una ocasión, un hombre se acercó a Buda y, sin decir palabra, le escupió a la cara. Sus discípulos se enfurecieron.
Ananda, el discípulo más cercano, le pidió a Buda:
– ¡Dame permiso para darle su merecido a este hombre!
Buda se limpió la cara con serenidad y le respondió a Ananda:
– No. Yo hablaré con él.
Y uniendo las palmas de sus manos en señal de reverencia, le dijo al hombre:
– Gracias. Con tu gesto me has permitido comprobar que la ira me ha abandonado. Te estoy tremendamente agradecido. Tu gesto también ha demostrado que a Ananda y a los otros discípulos todavía pueden invadirle la ira. ¡Muchas gracias! ¡Te estamos muy agradecidos!
Obviamente, el hombre no daba crédito a lo que escuchaba, se sintió conmocionado y apenado.
Hay situaciones en torno a las relaciones interpersonales que nos generan alegrías y satisfacciones; otras en cambio son fuente de incomodidades, fastidios, sinsabores.
Por salud mental es necesario aprender a identificarlas y evitar los vínculos que nos obstaculizan y nos afectan en nuestro bienestar y equilibrio.
Esto implica un ejercicio personal de control de emociones e impulsos, evitar reaccionar en automático.
Incluso la práctica del no juzgar permitirá que no veamos las cosas solo desde nuestra óptica, esto conlleva no poner expectativas para no sentirnos defraudados.
Simplemente conservar la distancia necesaria para no cargar con emociones negativas (a veces menos es más).
Poco a poco aumentará la confianza personal y autoestima, uno sentirá que va tomando el control de las situaciones, lo que implica experimentar una libertad inherente a la misma.
Diseño: Fito Espinoza.