Se vale de actitudes de desprecio, desvalorizaciones, criticas negativas, provocaciones, manipulaciones, silencios
En cuestión de géneros, las estadísticas apuntan a una mayor incidencia de mujeres víctimas de maltrato, sin embargo los hombres también lo padecen. En la relación de familia, hay maltrato de padres hacia los hijos y viceversa por la permisividad y el uso aprendido de la violencia dentro de muchos hogares (círculo que se repite)
También traspasa el ámbito familiar presentándose maltrato psicológico en el mundo laboral, descrito como "mobbing" y en el escolar el llamado "bullying".
Según el psiquiatra Murphy y O'Leary algunas señales de alerta son:
- Ignorar los sentimientos de la otra persona.
- Ridiculizar, humillar o insultar frente a un grupo.
- Controlar el dinero y todas las decisiones.
- Rechazar compartir el dinero en caso de parejas
- No permitir el acceso a otros bienes.
- Amenazas de abando.
- Maltrato a los niños o ancianos cuando está enfadado.
- Destrucción de objetos durante las discusiones.
El abuso emocional es difícil de descubrir y a su vez es fácil de negar su existencia.
Es natural que las personas tengamos a veces momentos difíciles y estallemos e incluso descarguemos nuestra cólera, irritabilidad o frustración con los más cercanos y viceversa, esto es comprensible, no vivimos en una burbuja libre de dificultades. Lo que no es normal es llegar al abuso.
Y si uno pasa por esta circunstancia debe reaccionar, nunca es tarde aprender a enfrentarse al abusador y curarse de las heridas emocionales.
Las posibilidades de cambio existen, están dentro de uno mismo, hay que descubrirlas y si es necesario hay que buscar la ayuda adecuada que nos permita salir de ese círculo agobiante y tortuoso.
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