domingo, 25 de agosto de 2024

Síndrome del Impostor

Ps. Rocxana Croce P.
 

David Bowie contaba en sus entrevistas que solía despertarse con frecuencia pensando que era un fraude. Sus éxitos, en su mente, se debían solo a la casualidad. 

Lo mismo le sucede a Lady Gaga que, de vez en cuando, se percibe aún como esa adolescente que, víctima del bullying, dudaba de sus valías.


El síndrome del impostor es una sensación generalizada de inseguridad e incompetencia que afecta a personas capaces.

Es como una sombra que opaca todo talento.

Hay que señalar que no conforma ninguna entidad clínica por sí misma en el DSM-V. Como bien señalan en la revista "Psichoterapy", constituye una realidad psicológica en la cual, asumes que tus éxitos se deben a factores externos como la suerte o la ayuda de otras personas.

Fue descrito por primera vez en un artículo en 1978 por las doctoras Pauline Clance y Suzanne Imes. Las psicólogas habían notado una tendencia de muchas mujeres a expresar con dudas y temores sus grandes logros académicos y profesionales.

Hoy en día se ha aceptado que el síndrome del impostor afecta tanto a las mujeres como a los hombres y que no hace falta haber conseguido grandes éxitos en la vida laboral para sufrirlo. Sin embargo, algo que los psicólogos destacan en las personas que lo padecen es la presencia de una baja autoestima, un historial académico poco relevante, numerosas críticas durante la infancia o adolescencia, falta de seguridad personal, así como una pérdida de confianza en uno mismo.

El síndrome del impostor nos hace sentirnos equivocadamente indignos de los éxitos que logramos, movidos por la creencia de que no estamos a la altura de las circunstancias o de que lo que conseguimos sucede más por azar que por méritos propios. Un fenómeno que se presenta en hombre y mujeres suele afectar más a estas por la inequidad que, aún en la actualidad, se presenta en el mundo laboral.

Vivir en una sociedad como la actual, donde se magnifica el concepto de éxito y se penaliza el fracaso, puede también contribuir a generar un pensamiento infundado de que no somos lo suficientemente buenos.

El contexto social, familiar y profesional juega por eso un papel muy relevante en la aparición del síndrome del impostor, ya que las mujeres tienen, en general, que hacer frente a una mayor presión laboral que menoscaba su seguridad.

Aunque el síndrome del impostor (o impostora) se da prácticamente en cualquier ámbito laboral, los expertos consultados señalan con mayor énfasis a aquellos puestos de responsabilidad y dirección, principalmente de empresas tecnológicas, donde las mujeres están infrarrepresentadas; en contextos de emprendimiento y entornos académicos.

A menudo, las personas con Síndrome del Impostor sienten que no merecen el éxito que han obtenido y temen que se descubra que son un "farsante".

El síndrome del impostor puede ser muy debilitante y difícil de superar, pero hay muchas formas en que se puede afrontar. 

 

Signos y síntomas del Síndrome del Impostor

1ro-Constante sentimiento de inferioridad frente a los demás.

2do-Una sensación repetida de no merecer el éxito conseguido. La persona piensa que sus logros se deben a la suerte o a la ayuda recibida por sus compañeros.

3ro-Un temor a que se descubra “la verdad”, es decir, que la persona no se merece estar donde está en su vida laboral o que no es tan competente como los demás pensaban.

4to-Las constantes expectativas de fracaso, incluso en situaciones en las que normalmente consigue el objetivo marcado, dudas de sus capacidades.

5to-Una desconfianza hacia sus propias capacidades personales y/o baja autoestima.

6to-Ser demasiado crítico con uno mismo y perfeccionista.

 

Causas del Síndrome del Impostor

El síndrome del impostor es un fenómeno que se caracteriza por una sensación persistente de inadecuación y un profundo miedo a ser descubierto como un "fraudulento".

A menudo, las personas que sufren el síndrome del impostor son exitosas, pero nunca se sienten merecedoras de sus logros.

En lugar de atribuir el éxito a su propio talento o esfuerzo, culpan a la suerte o al azar.

 

Consejos prácticos para frente al Síndrome del Impostor

1-Acepta que todos tienen momentos de duda: Es normal sentirse como un impostor de vez en cuando. Lo importante es reconocer estos momentos y no permitir que se apoderen de ti.

2-Haz una lista de tus logros: Toma un papel y enumera todas las cosas en las que has logrado éxito. Esto te ayudará a recordar todo lo que has logrado y te hará ver tu progreso.

3-Identifica tus miedos: ¿Qué es lo que realmente te preocupa? ¿Te sientes inseguro porque no eres bueno en todos los aspectos de tu vida? Una vez que identifiques tus miedos, podrás trabajar en ellos.  

4-Acepta que todos cometen errores: No eres el único que ha cometido un error. Todos lo hacemos. Lo importante es aprender de los errores y evitar cometerlos en el futuro.

5-Pide ayuda: No tienes porqué saberlo todo, y es normal preguntar cuando no entiendes algo. Esto puede ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva diferente y puede que te sientas más seguro al saber que estás recibiendo apoyo.

6-Toma descansos regulares: cuando nos sobre exigimos y no descansamos lo suficiente podemos, caer en el síndrome del impostor más fácilmente. Tomate un tiempo para relajarte y descansar, es importante para mantener tu nivel de energía alto y evitar sentirte agobiado.

7-Aprende a decir "no": Esto te ayudará a sentirse más seguro de tu trabajo y evitará que te sientas abrumado por tareas demasiado grandes.

8-Acude a un especialista de la salud mental: Si te sientes muy agobiado y cansado, quizás la mejor forma de abordar el problema es hablar con un especialista de la salud mental.  
 

9-Aprender a confiar en uno mismo es un trabajo que conlleva tiempo, esfuerzo y paciencia. En ese sentido, adquirir nuevos conocimientos y prepárate constantemente es una buena forma de forjar la confianza.

Al abordar el síndrome del impostor, lo central es trabajar en tus cogniciones y creencias. En aquello que piensas de ti y en las narrativas que has integrado de tu entorno y de la propia sociedad.

 

Veamos alguno enfoques y estrategias:

Autoconciencia: si luchas con esta condición, es imprescindible que identifiques los pensamientos y emociones que refuerzan la idea sesgada de que eres un fraude. Es necesario que analices tus diálogos internos y los mensajes que te han hecho creer en tu familia desde la infancia.

Desarrollo de la autoestima: trabajar tu autoestima y tu autovaloración es fundamental con el fin de potenciar tu autoaceptación y autoconfianza.

Terapia basada en la lógica (LBT): este modelo, creado por Elliot D. Cohen en los 80, parte de la terapia racional-emotiva de Albert Ellis. Es muy útil para tratar la baja autoestima y la percepción de ser un fraude gracias a sus herramientas.

Reestructuración cognitiva: La Terapia Cognitivo Conductual es la más recomendada a la hora de identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y distorsionados que contribuyen a esta condición psicológica. El objetivo es reemplazar tales cogniciones por un enfoque mental más positivo.

Celebra tus logros: serás más feliz si valoras tus éxitos y competencias por pequeños que estos sean. Reconocer tus capacidades es defender tu espacio en la sociedad y entender, a su vez, que eres digno para conquistar tus sueños.

 

Por último, recuerda que eres un ser humano que debe valorarse, quererse y respetarse más. Mírate a ti mismo y aprecia lo que has conseguido, sigue avanzando porque crecer implica, a su vez, sortear los miedos e inseguridades para hacer realidad tus deseos.

El Poliamor

  Porque para quererte no necesito tenerte, te quiero libre; conmigo o sin mí. Te ofrezco mis brazos para estar juntos, o te doy mis alas pa...