viernes, 3 de abril de 2020

AYUDANDO A LAS PERSONAS CON AUTISMO EN LOS TIEMPOS DE LA CUARENTENA


CIELO AZUL:  HACIENDO DE CADA DÍA DE ENCIERRO UN DÍA DE AMOR Y OPORTUNIDAD

Ps Rocxana Croce P.
Ps. Luis Pineda B.

Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) clasifican un conjunto de condiciones de desarrollo que encontramos en niñas y niños, adolescentes y adultos.  No constituyen “una enfermedad, desorden, dolencia, padecimiento, afección, etc.”, como suele ser común decirlo desde el sentido común, y como se sostuvo desde ciertas corrientes profesionales ligadas a la salud y desde la práctica clínica.


Sin embargo, desde la teoría médica y algunas orientaciones clínicas en la psicología, la condición del autismo hace referencia a un “trastorno del neurodesarrollo”, es decir, una situación originada en un evento en la vida de la persona, que produce un cambio en el patrón de desarrollo, y que se manifiesta como un conjunto de características que  afectan la socialización e interacción social, y de manera específica la comunicación y el lenguaje. 

En el autismo también es común se manifiesten conductas estereotipadas o se evidencien intereses restringidos o reducidos a determinadas actividades, rutinas, objetos, etc.  Esto último es importante por lo que manifestaremos enseguida.

En estos días difíciles, las personas con condición TEA, particularmente las niñas y niños, están viviendo su propia experiencia de confinamiento debido al Covid-19.  Siendo esta una medida obligatoria para todas las personas no es fácil sobrellevar, sobre todo para las personas encuadradas en los TEA.

El encierro por días aunado a la incertidumbre y los miedos que de ella se deprenden, así como su dificultad a nivel sensorial (auditivo, visual, táctil, olfativo, gustativo), genera en ellos estados de estrés y ansiedad, incluso conductas de agresión o autoagresión como golpearse la cabeza, morderse, patear, etc.


No hubo tiempo para anticiparse al cambio
La estructura en sus actividades, en su vida en general se ha visto alterada rotundamente. Sus propias rutinas que les marcan la pauta para su estabilidad y su seguridad no es la misma. No acuden ya a sus sesiones terapéuticas, ni a sus escuelas, ni a sus universidades, ni a sus centros de trabajos, ni a otras actividades que pudieran haber realizado hasta hace poco. 

Es muy penoso para ellos y para sus familiares vivir esta experiencia porque el mundo que ellos van conquistando va más allá del hogar, que van descubriendo e incorporando al propio se ve reducido en estas condiciones. 

Para muchos de ellos salir a la calle es una necesidad para lograr salud y bienestar, que les favorece en su equilibrio psicológico, pues el contacto con el ambiente y el moverse en su medio vecino afirma su sentido de libertad.

Para los que están limitados en el uso del lenguaje verbal es más complicado, su comunicación se ve restringida para expresar sus sentimientos, así como para relacionarse con otras personas y la propia comprensión de lo que está pasando.

Aún hay muchas personas que no comprenden esta condición, es más, el autismo no se hace visible a simple vista, porque físicamente no se observan diferencias.  Al ser el autismo un espectro (como un abanico), en muchos de ellos está conservada su capacidad intelectual y muchas habilidades cognitivas.

Pueden mostrar dificultades cuando entran en contacto con las personas por ejemplo a nivel de la empatía, en su comunicación social, en la no comprensión de las bromas, el doble sentido, la ironía.

En nuestro país como en otros, se ha contemplado felizmente la posibilidad de que las personas autistas y otras que con habilidades diferentes como síndrome Down, síndrome Rett, hiperactividad, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), puedan salir a la calle durante un lapso de quince minutos acompañados de un adulto, teniendo los cuidados mínimos para evitar el contagio.  Esto con la finalidad que no se agrave su condición.


¿Cómo ayudar a las personas con autismo en tiempos de confinamiento obligatorio?
Las siguientes son unas recomendaciones para poder durante este tiempo manejar mejor el aislamiento social, y ver que esto no tiene que convertirse en una calamidad sino todo lo contrario, en una oportunidad para desplegar otras habilidades que enriquezcan a las personas en general, hablamos por ejemplo del asertividad, resiliencia, autonomía, toma de decisiones, etc. (habilidades blandas).

  • Tocar el tema con tranquilidad y claridad.
  • Conservar las estructuras habituales (rutinas) en lo posible
  • Desarrollar un hábito académico adaptable con horarios fijos y descansos.
  • Reforzar los hábitos de higiene.
  • Fomentar actividades de movimiento: bailar, saltar, estiramientos.
  • Participar en actividades de casa: barrer, limpiar la mesa, botar la basura.
  • Interrelacionarse la familia lúdicamente: juegos de mesa, pintar, armar rompecabezas, adivinanzas.
  • Poder anticiparnos a aquella situación que pueda desencadenar por ejemplo un berrinche, rabieta, falta o aumento del apetito, cambios en el sueño.
  • De no poder manejar una conducta como un estado de ansiedad, conectarse con su terapeuta o con los centros de salud que tienen atención telefónica.
  



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