miércoles, 17 de diciembre de 2025

Del bucle mental a la calma

 

Ps. Rocxana Croce P.

¿Alguna vez has sentido que tu mente no para? Como si dieras vueltas y vueltas a lo mismo, sin encontrar salida.

Son los pensamientos repetitivos que nos atrapan, nos desgastan y no nos dejan descansar.

La preocupación constante y los pensamientos negativos se convierten, a veces, en un patrón de pensamiento que se caracteriza principalmente por no parar de darle vueltas a una misma idea sin parar.

Es una forma de pensamiento que se caracteriza por ser circular y no productivo. se enfoca en analizar y revisar constantemente los mismos pensamientos y preocupaciones.

un bucle menta son esos pensamientos repetitivos que giran sin descanso, que pueden ser preocupaciones del futuro (“¿qué pasará si…?”), revisiones del pasado (“debí haber hecho…”), o autocríticas (“no soy suficiente”).

Este bucle genera ansiedad, insomnio, cansancio emocional y hasta síntomas físicos.

¿Por qué nos quedamos atrapados en los bucles mentales? Existen varias razones:

Sucede que el cerebro se coloca en modo supervivencia: la mente intenta anticipar y controlar para protegernos, pero termina exagerando.

Hay un sesgo de negatividad: el cerebro recuerda más lo malo que lo bueno, por eso se queda pegado a preocupaciones.

Hay una necesidad de control y no todo podemos controlarlo y como no toleramos la incertidumbre que nos asusta, damos vueltas y vueltas buscando una respuesta que nunca llega.

Muchas veces, creemos que pensar más nos ayudará a resolver, cuando en realidad nos crea más ansiedad.

Consecuencias de vivir en bucle

·       Vivir en el bucle nos roba energía.

·       Genera estados de ansiedad y estrés acumulado, un desgaste emocional.

·       Impide descansar y dormir bien.

·       Bloquea la mente para tomar decisiones.

·       Aleja del presente y del disfrute en el aquí y ahora.

 

  ¿Cómo identificarlos?

Es fácil confundir la rumiación con la reflexión o la planificación, pero hay señales claras para diferenciarla. Los pensamientos rumiantes tienen algunas características específicas:

  • 1-    Son repetitivos: La misma idea vuelve una y otra vez, aunque no quieras.
  • 2-    Son intrusivos: Aparecen sin que los llames y pueden interrumpir lo que estás haciendo.
  • 3-    Se centran en lo negativo: Suelen girar en torno a errores, preocupaciones o temores, muchas veces exagerados.
  • 4-    No conducen a una solución: A diferencia del pensamiento reflexivo, no generan acciones concretas ni nuevas alternativas.
  • 5-    El malestar: En lugar de aportar claridad o alivio, aumentan la ansiedad y el estrés.

 

Estrategias prácticas para salir del bucle

  • ü  Nombrar lo que pasa. Decir: ‘estoy rumiando, estoy sobre pensando’, ayuda a reconocer lo que nos pasa en ese momento y permite cortar la inercia o esa resistencia al cambio.
  • ü  Respirar de forma consciente. Cerrando los ojos, inhala profundo contando mentalmente hasta 4, luego sostén 4 segundos y exhala contando 6. Hazlo varias veces, en cualquier momento del día como una profilaxis mental y tu mente se calma.
  • ü  Traer la atención al presente o anclar en el presente. Observa a tu alrededor: luego nombra 5 cosas que ves, 4 que escuchas, 3 que tocas, 2 que hueles y 1 que saboreas.
  • ü  Escribir lo que piensas. La escritura es terapéutica, permítete pasar los pensamientos a un papel, es como vaciar la mente para externalizar las cargas mentales y obtener una mayor autoconciencia, claridad y control emocional aliviando la tensión. 
  • ü  Mover el cuerpo. Caminar, estirarte, hacer ejercicios, bailar: todo eso ayuda a desbloquear la mente.
  • ü  Reestructurar o cuestionar tus pensamientos.  Es una técnica terapéutica para identificar y modificar patrones de pensamiento negativos o irracionales, reemplazándolos por otros más realistas y saludables. Preguntarte: ‘¿esto que pienso es un hecho o solo es mi interpretación?’ abre espacio con flexibilidad a otra mirada.

 

Reflexión

Hay que recordar que la calma no significa “no pensar”, sino tener el control de qué pensamientos atender y cuáles dejar pasar.

La mente puede ser tu cárcel o tu refugio. Depende de cómo la entrenes.

Recuerda: salir del bucle mental es posible, y la calma siempre está al alcance.


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