viernes, 3 de noviembre de 2017

La limpieza y nuestro entorno

"La limpieza es el acto de enfrentarse a sí mismo" 
Marie Kondo.


Ps. Rocxana Croce P.

Ayer en la consulta escuchaba a una madre de familia con hijos medianos quejarse de que no colaboraban con la limpieza, orden y brillo en casa.

Ella manifestaba  "Yo sería absolutamente felíz si mi casa estuviera siempre ordenada, que brillara, que no haya polvo y que todo huela a limpio".

Mientras me relataba la situación, sus ojos se tornaban brillantes, grandes....daba la impresión que para ella todo se resumía en un estado de absoluta pulcritud.

Pero lo que le pasa a mi paciente no es fortuito, explorando su historia personal caemos en la cuenta de que ella ha sido una exacta aprendiz de conductas similares de parte de su entorno familiar, directamente de ambos padres ( y ya sabemos que todo ejemplo arrastra, en lo adecuado y en lo contrario también).

Tal vez sin proponérselo, ella esta haciendo lo mismo con sus hijos, es decir ser extremadamente estricta con el orden y limpieza a costa de órdenes y directivas donde se están generando conflictos familiares de desobediencias, respuesta contestatarias de parte de los hijos e incluso marido. En ella se esta desencadenando conductas de ansiedad.

No estamos señalando que los hábitos por la limpieza y el orden sean malos; lo que queremos señalar es que todo exceso cae en el fracaso y más cuando se trata de formar hijos.

Como le decía a mi paciente, solo en un estado de inacción podría mantenerse todo perfecto.  Le pedí que por un momento visualice la sala de su hogar sin sus hijos, si eso la complacía o no. Ella reaccionó y dijo que no, sus ojos volvieron a brillar, se humedecieron. Ella misma generó su respuesta.

Es casi imposible mantener las cosas en un estado de inamovilidad simplemente porque ahí conviven seres humanos, niños, adolescentes que necesitan conocer y moverse en su mundo con libertad, porque es parte del crecimiento y desarrollo . Y esto no se contradice con el hecho de que ellos también sean responsables y colaboren con los quehaceres de la casa, porque finalmente son un equipo.

Evidentemente mi paciente no manejo una buena comunicación con sus hijos para hacerlos participes de la limpieza de una manera más motivadora y agradable, y no esperar por ejemplo, que un niño de ocho años limpie el baño exactamente igual que lo hace la madre.

Un poco de paciencia, expectativas realistas y felicitar los logros alcanzados por los hijos, harán que el aprendizaje sea más efectivo, sin verse afectadas las relaciones familiares.

¡Me dejó en visto!

  Ps. Rocxana Croce P. “Veo que estás en línea mmm… estarás tan ocupado que no me puedes responder o estás simplemente ignorándome? De cua...