viernes, 23 de diciembre de 2022

LAS EMOCIONES EN NAVIDAD

"La Navidad se pinta del color de tus emociones más profundas”

 

­­­­­­­­­­­­­­­La navidad es la época del año en el que se experimentan muchas emociones y sentimientos y dependerán de las experiencias, de los recuerdos y del momento que vive cada persona.

 La mayoría de las emociones en esta época son positivas como la alegría, el entusiasmo, la sorpresa, el amor, la unión y las ganas de compartir con nuestros familiares y amigos más cercanos.

Pero la navidad puede conllevar también una carga de  nostalgia, como la tristeza por las ausencias, por los que ya no están, o de desilusión por no cumplirse algunas expectativas. 

Y es que, las emociones o el estado de ánimo que manifestemos en esta época, no sólo depende del ambiente en el que nos encontremos, sino también de nuestra situación actual, y los eventos que hayan ocurrido en fechas cercanas.

La navidad, por tanto, tiende a intensificar todo tipo de experiencias, negativas o positivas. Por ello si se acaba de perder a un ser querido, o se  atraviesa una ruptura afectiva o se está lejos de casa, el impacto emocional es considerablemente mayor.

Esta es la época en la que más presente se viven las ausencias de cualquier tipo. Es entonces cuando se complica el manejo de emociones, porque es difícil mostrarse alegre tal y como se esperaría, lo cual puede generar frustración y malestar.

También es habitual que en las navidades nos podamos sentir más cansados y eso desequilibra nuestro mundo emocional.

Los sentimientos en sí son necesarios y son respuestas naturales, por ello, lo más recomendable es  reconocer, identificar nuestras emociones y aceptarlas.

Porque de lo contrario, una mal gestión emocional  puede crear sobrecarga emocional, y  fomentar la posible insatisfacción y desconexión con el momento presente.

 

Las emociones más frecuentes  en Navidad son:

- La Alegría e ilusión sobre todo por el reencuentro con la familia, etc.

- La Tristeza por las ausencias, cuando algún familiar ya no puede estar con nosotros.

- El posible estrés por las actividades alrededor de la misma fecha

- La Frustración, cuando no se cumplen las expectativas.

- La Apatía, tristeza, y desanimo al finalizar las fiestas y tener que retomar la rutina diaria.

 Para poder sentir todas estas emociones positivas y negativas, lo mejor que podemos hacer es: 

a) Identificar cómo nos sentimos (si estamos alegres, tristes, melancólicos, iracundos, etc.)

b) Comprender nuestro estado de ánimo, es decir, encontrar el motivo que nos hace sentir así y

c) Regular nuestras emociones, intentando adaptarnos a cada situación, sin que esto implique, camuflar nuestro estado de ánimo.


A partir de ello podemos:

a) Respetar las emociones y sentimientos de cada persona, sabiendo que son individuales y muchas veces, circunstanciales.

b) No emitir juicios, pues cada persona vive sus emociones y situaciones de acuerdo a sus valores y creencias.

c) Promover el ser auténticos y asertivos, expresando lo que pensamos y sentimos sin herir a los demás o descalificar sus opiniones, de esta forma se evitan conflictos y se promueve la unión familiar.

d) Relativizar, es decir, no darle a estos días más importancia de la que realmente tiene para cada persona.


Algunos Consejos para gestionar las emociones en Navidad:

1. Intenta mantener tus rutinas. Aunque hagamos cosas distintas y especiales y aunque tengamos celebraciones acordadas, es importante en la medida de lo posible mantener ciertas rutinas como son  los horarios de ir a la cama, comidas, etc.

 2. Expresemos nuestras emociones y permitamos a los demás que también lo hagan. Las emociones son algo natural  y forman parte de las personas. Es bueno mostrarlas y poner nombre a lo que nos pasa por dentro.

3. Procuremos que las actividades nos ayuden a desconectarnos y relajarnos.

4. Recordemos con alegría a los que nos están  entre nosotros.

 5.  Cuando hay varios niños en casa debemos tratemos de evitar actitudes por nuestra parte que alimenten los celos y dedicar el mismo tiempo y espacio a cada niño

6. Tengamos paciencia con todos en estos días y no escatimemos en las muestras de afecto.

La experiencia de la Navidad es, sobre todo, celebrar  el sentimiento de la ternura, del amor, donde uno se reencuentra con el afecto hacia los familiares y los seres más próximos, haciendo  una pausa en nuestras actividades habituales para cultivar esta dimensión tan humana.

Al fin y al cabo, los sentimientos –y no tan solo los razonamientos– nos pueden ayudar a tomar conciencia de nosotros mismos, de los otros y de que la Navidad, nos une, nos vincula.

Que la navidad sea una oportunidad para desarrollarnos y crecer espiritual y emocionalmente entre las personas que se encuentran con nosotros.

¡Feliz navidad para todos!

Ps. Rocxana Croce P.

 

 

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