viernes, 30 de septiembre de 2022

EL TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA


“Un método de tratamiento o un método educativo que funciona para un niño puede no funcionar para otro niño. El denominador común de todos los niños pequeños es que la intervención temprana funciona y parece mejorar el pronóstico.” Temple Grandin


Ps. Rocxana Croce P.

 Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) clasifican un conjunto de condiciones de desarrollo que encontramos en niñas y niños, adolescentes y adultos.  No constituyen “una enfermedad, desorden, dolencia, padecimiento, afección, etc.”, como suele ser común decirlo, y como se sostuvo desde ciertas corrientes profesionales ligadas a la salud y desde la práctica clínica.

Sin embargo, desde la teoría médica y algunas orientaciones clínicas en la psicología, la condición del autismo hace referencia a un “trastorno del neurodesarrollo”, es decir, una situación originada en un evento en la vida de la persona, que produce un cambio en el patrón de desarrollo, y que se manifiesta como un conjunto de características que  afectan la socialización e interacción social, y de manera específica la comunicación y el lenguaje. 


Aproximadamente 1 de cada 54 niños es diagnosticado con autismo.

Es aproximadamente 4 veces más común en varones y ocurre en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos.

En el autismo también es común se manifiesten conductas estereotipadas o se evidencien intereses restringidos o reducidos a determinadas actividades, rutinas, objetos, etc. 

Sobre el  diagnóstico, es importante y urgente promover la detección precoz y el acceso a un diagnóstico especializado en el menor tiempo posible tras la detección.

El origen del autismo todavía no está del todo claro. Si bien existe una línea de investigación sobre causas genéticas, esta condición no responde a una alteración puntual del ADN, sino a diversos daños posibles en el material genético. Además, hay factores ambientales que podrían influir en el desarrollo de esta condición.

 

Veamos las primeras señales de autismo

Estas pueden variar de niño a niño. Sin embargo, hay algunos signos tempranos a tener en cuenta cuando se trata de autismo.

Una señal temprana de autismo puede: ser un limitado contacto visual con los otros, o dificultades al jugar o interactuar con otros niños, padres o cuidadores.

Los niños con autismo también pueden tener más dificultades con el lenguaje y es posible que no tengan tantas palabras como otros niños de su edad. Además, pueden tener más dificultades para comunicarse mediante el uso integrado de palabras y gestos.

Una vez que los niños crecen, algunos signos de autismo pueden dificultar la creación y el mantenimiento de amistades. Además, los niños mayores pueden tener dificultades para comunicarse con adultos y otros niños de su edad.

En la escuela, algunos niños con autismo pueden tener más dificultades para seguir las reglas y comprender los comportamientos esperados. 

Desafortunadamente, hay algunos casos en los que los niños son inicialmente mal diagnosticados.

Muchos niños desarrollan además trastornos sensoriales, como molestias producidas por los ruidos del ambiente o las texturas que se tocan o que se saborean, afectándoles inclusive la ingesta de determinados alimentos. Estas características afectan el funcionamiento en la vida diaria para el niño y para su familia.

Cómo es el abordaje terapéutico

No hay cura para el autismo, y no existe un tratamiento único para todos los pacientes. El objetivo del tratamiento es maximizar la capacidad del menor  para desempeñarse al reducir los síntomas y respaldar el desarrollo y el aprendizaje. La intervención temprana durante los años preescolares puede ayudar al niño a  aprender habilidades fundamentales de conducta, de comunicación, funcionales y sociales.

La variedad de tratamientos e intervenciones para el autismo, en el hogar y en la escuela, puede ser abrumadora, y las necesidades del niño o niña pueden cambiar con el paso del tiempo.

Si a tu hijo le diagnostican trastorno del espectro autista, habla con expertos sobre la elaboración de una estrategia de tratamiento y forma un equipo de profesionales para atender las necesidades de tu hijo.

Sobre el tratamiento

- En el tratamiento, La intervención será individualizada donde se le brindará a la persona, las herramientas para salir adelante, porque es una condición  que los acompañará de por vida, lo que no impedirá que sean productivos.


- Esta intervención será efectiva en tanto sea temprana e individualizada, con la participación activa de los padres y en casa no se deje de trabajar lo que se aprende en las sesiones de intervención.

- Existen Terapias de comportamiento y comunicación. Donde los  programas abordan la variedad de dificultades sociales, de lenguaje y de comportamiento asociadas al trastorno del autismo. El análisis conductual aplicado puede ayudar a los niños a aprender nuevas habilidades y generalizarlas a varias situaciones a través de un sistema de motivación basado en recompensas.

- Luego están las Terapias educativas a través de  programas educativos muy estructurados. Los programas en general, constan de un grupo de especialistas y una variedad de actividades para mejorar las destrezas sociales, la comunicación y el comportamiento.

- Las Terapias familiares donde Los padres y otros familiares pueden aprender a jugar e interactuar con sus hijos en formas que promuevan las destrezas de interacción social, controlen los comportamientos problemáticos y les enseñen destrezas y comunicación de la vida cotidiana.

- Están las Otras terapias. En función de las necesidades de cada persona autista, siendo beneficiosas: la terapia de conversación para mejorar las habilidades de comunicación, la terapia ocupacional para aprender actividades de la vida diaria y fisioterapia para mejorar el movimiento y el equilibrio.


Las potencialidades de inserción social, educativa y laboral de un niño o adolescente con autismo varían en función del grado de afectación.

Encontramos personas con un muy alto funcionamiento y otras con una gran necesidad de asistencia. Por eso, la inserción laboral es posible y debe fomentarse. De todas formas, es fundamental derribar las “barreras” que suelen presentarse muchas veces.

Es indispensable alentar iniciativas tendientes a la transformación de los entornos sociales que posibiliten espacios más inclusivos y abiertos.

 En el caso de las personas con TEA, quizás más que en otros, el acompañamiento durante el proceso de inserción laboral requiere trabajar con el entorno en que la persona se inserta.

 

Por último, cabe decir a los familiares de una persona autista que es fundamental planificar las oportunidades futuras de su hijo, como el estudio, la universidad, el empleo, la calidad de vida, la independencia y los servicios de apoyo, que pueden  hacer que este proceso sea más fluido.

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