La ansiedad es una emoción natural, presente en todos los seres humanos que resulta adaptativa pues nos pone en alerta ante una posible amenaza, sin embargo, a veces se vive como una experiencia desagradable (emoción negativa), sobre todo cuando alcanza una elevada intensidad, que se refleja en fuertes cambios somáticos, algunos de los cuales son percibidos por el individuo; y si esta reacción cuando es muy intensa, puede provocar una pérdida de control sobre nuestra conducta.
Muchas situaciones que generan ansiedad, por ejemplo, caminar de noche en una calle oscura nos pone en un estado de alerta y nos activa. En la vida diaria, las situaciones inciertas o ambiguas también nos ponen en alerta.
Muchas situaciones que generan ansiedad, por ejemplo, caminar de noche en una calle oscura nos pone en un estado de alerta y nos activa. En la vida diaria, las situaciones inciertas o ambiguas también nos ponen en alerta.
Estos cambios son normales en todos los individuos, aunque existen diferencias individuales en la intensidad de las respuestas fisiológicas provocadas por un mismo estimulo.
Los cambios fisiológicos se consideran respuestas adaptativas del individuo a las demandas de la situación. Por ejemplo una persona puede estar muy activada, nerviosa antes de subir a un avión o antes de una entrevista de trabajo muy nerviosa pues necesita más recursos de afrontamiento que si estuviera tranquilamente descansando.
Los cambios fisiológicos se consideran respuestas adaptativas del individuo a las demandas de la situación. Por ejemplo una persona puede estar muy activada, nerviosa antes de subir a un avión o antes de una entrevista de trabajo muy nerviosa pues necesita más recursos de afrontamiento que si estuviera tranquilamente descansando.
En algunas personas las respuestas fisiológicas muy intensas llegan a mantenerse por mucho tiempo.
Podemos entenderlo como personas que van muy acelerados todo el tiempo, lo cual implica más gasto de energía, malestar, dificultades para descansar o relajarse, lo que puede llegar afectar a la salud.
Y la ansiedad está relacionada no sólo con los trastornos psicofisiológicos, sino también con otros trastornos físicos, como es el caso de algunos trastornos del sistema inmune (cáncer, artritis reumatoide, etc.), o en algunas dolencias crónicas. Pero, a su vez, encontramos niveles muy altos de ansiedad en diferentes trastornos mentales, especialmente los llamados "trastornos de ansiedad"
Manifestaciones afectivas positivas facilitan la comunicación y las expresiones emocionales negativas provocan distancia, transmiten un malestar e incluso un posible ataque.
Todos los individuos estamos nerviosos (ansiosos) en muchas ocasiones, sin embargo generalmente intentamos ocultarlo. Digamos que no está bien visto mostrar enfado, tristeza, miedo, tensión, pérdida de control emocional, etc. Algunas personas sienten mucho temor ante la posibilidad de que los demás perciban sus manifestaciones de ansiedad. Y justamente estas personas suelen presentar altas puntuaciones en los inventarios que evalúan ansiedad de evaluación. E incluso algunos llegan a desarrollar una verdadera fobia social, evitando las situaciones sociales, por la ansiedad que les provocan, al estar pensando constantemente.
También la expresión de emociones está relacionado con la salud: se ha encontrado a veces que los individuos más expresivos gozan de mejor salud, mientras que los individuos que expresan menos sus emociones enferman con mayor frecuencia. Más de un 15% de la población general llega a sufrir alguna vez algún trastorno de ansiedad.
Controlemos nuestros niveles de ansiedad para poder conservar mejor nuestra salud no solo física sino emocional y pidamos ayuda si es que solos no podemos.
R.C.