domingo, 9 de julio de 2023

La presencialidad del padre


 "El mayor homenaje que un niño puede dar a su padre, es decir: “Cuando crezca, quiero ser como mi padre".

Billy Graham.

El  padre tiene un papel muy relevante a lo largo del proceso evolutivo del niño o la niña, su presencia es muy importante y el rol que tiene que cumplir, aún más. Si el padre no está presente, o lo está de una manera disfuncional, puede ser muy determinante para el desarrollo psíquico del hijo.

Si bien el rol de la madre tiene importancia, el del padre también. La función paterna si no está bien ejercida puede ser un factor de riesgo para el hijo, pero si está bien desarrollada, puede ser un factor de protección,

En los primeros años de vida, la madre y el padre tienen mucha responsabilidad, son los cuidadores primarios, son las dos personas más significativas en la vida de un hijo.

Diversas investigaciones han demostrado que el padre puede desarrollar una función de figura de apego desde el nacimiento, es apto para dar efecto y cubrir las necesidades de un bebé de manera correcta.

La estabilidad emocional de los hijos depende mucho de la estabilidad emocional que tengan los padres. Es importante conocer las emociones para saber identificarlas y entenderlas en nosotros mismos y en los demás.

La importancia que tiene la función paterna durante el desarrollo del niño o niña. tiene una relevancia significativa  a lo largo de la vida de la persona.

Desde el nacimiento y la infancia  la madre y el padre deben presentar un modelo de identificación para la niña o niño. Deben ir de la mano en las decisiones y deben participar ambos en los cuidados del pequeño desde un principio y procurar que no se produzcan diferenciaciones significativas entre ambos.

El padre realizará también tareas compartidas  como cambiar los pañales, cuidarlo afectivamente, darle de comer, etc. La voluntad del padre será imprescindible para poder conseguir dicho objetivo.

El padre debe ser además participe activo del juego del hijo. De esta manera, se potencia el vínculo padre-hijo a través del juego.

En la etapa escolar: el padre deberá asumir un rol activo, tiene que estar implicado en el proceso educativo de su hijo, mostrando interés y ayudándole siempre que sea necesario. Que el niño o niña perciba este apoyo, será clave para una buena función paterna.

En la adolescencia: el padre aprenderá a gestionar sus propias emociones, tendrá que ser capaz de tolerar las discrepancias o los cuestionamientos que lleguen por parte del hijo y entenderlos, para llegar a acuerdos como parte del proceso de crecimiento y maduración del hijo, y así permitir que el adolescente puede crecer con mayor  seguridad  que le permita potenciar su autonomía y desarrollar su autoestima.

En los tiempos de nuestras abuelas, el rol paterno se asemejaba al de un proveedor. Tenía poca participación en la crianza de los hijos, salvo en las grandes decisiones, y tenía una marcada distancia emocional. Luego, le siguió un rol más activo y participativo del padre; tanto en la crianza como en las actividades del hogar.

 

¿Y qué pasa cuando no hay presencia paterna?

Cuando se habla de función paterna y ante la ausencia del padre, esta puede ser ejercida por otra u otras personas, indistintamente de su sexo. Pueden ser, por ejemplo, los abuelos, tíos, parejas de los progenitores, maestros, etc. Es decir, quien cumpla la función paterna no necesariamente debe ser un hombre. Alguien que, para ese niño o niña, funcione como el que le posibilite ver y experimentar el mundo más allá de su mamá. Será una presencia tranquilizadora que le permitirá desarrollarse con confianza y animarse a experimentar y descubrir el mundo (con la seguridad de saber que cuenta con su apoyo emocional).

El padre debe encargarse de poner límites y establecer reglas. Esto debe ser transmitido de manera clara y calmada. Se trata de ejercer la autoridad de una forma no autoritaria. Cuando esa función no se da, la ley no se instaura de manera adecuada, lo que ocasiona una falta de diferenciación entre lo que está bien y lo que está mal, entre lo incorrecto y lo correcto. 

 ¿Qué quiere decir esto? Implica darles sentido a los límites, haciendo cumplir lo que está bien y prohibiendo lo que está mal. Implica mostrarle al pequeño el funcionamiento del mundo; transmitirle los valores de la familia y enseñarle a diferenciar lo que se puede y lo que no. 

Representar la ley significa también estar sujeto a ella, ya que, caso contrario, estaríamos en presencia de una ley arbitraria o tirana.

 

¿Qué efectos ocasiona en la crianza de un niño la ausencia del padre?

En la actualidad, existen diversos tipos de familia que se han conformado a partir de nuevas formas de relación, por la separación o ausencia de uno de los miembros, como las familias monoparentales o las familias de parejas en las que no aparece la figura del hombre, o familias de solo hombres.

Mucho se habla sobre el rol de la mujer como padre y madre en caso de ser madre soltera.  Sin lugar a dudas la figura del padre es sumamente importante en el desarrollo del niño. Sin embargo, como mencionamos líneas arriba, esta función puede ser ejercida por el tío, el abuelo, el padrastro, etc.

La madre puede posibilitar este proceso no intentando ser todo para el niño. Si bien la presencia física del padre es muy relevante, lo que importa es su presencia en la mente de la madre para que ella le pueda transmitir en la mente de su hijo o hija, esta figura paterna [ausente o presente] y así no negar la existencia del padre en la vida del menor.

La ausencia del padre no debería ser traumática en sí misma; dependerá de cómo sea transmitida simbólicamente por la palabra de su madre.

Por otro lado, es importante no confundir el rol de padre con el de un amigo. El ser padre incluye afecto, respeto mutuo, confianza, disponibilidad, cualidades importantes en una amistad. Sin embargo, para un desarrollo sano, los niños necesitan límites, disciplina y conductas fijadas por los padres, siempre acompañados con amor.

Es primordial ir desarrollando una relación propia de un vínculo sano entre padres e hijo, donde esté presente la comunicación a través de un trato afectivo, cercano y con una escucha activa y atenta acerca de las inquietudes e intereses de los hijos.

 

En resumen…

Como se puede ver, ser papá no es un acontecimiento meramente biológico. La paternidad es, por sobre todas las cosas, una función simbólica.

Ps. Rocxana Croce P.

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