"El mayor homenaje que un niño puede dar a su padre, es decir: “Cuando crezca, quiero ser como mi padre".
Billy Graham.
El padre tiene un papel muy relevante a lo largo
del proceso evolutivo del niño o la niña, su presencia es muy importante y el
rol que tiene que cumplir, aún más. Si el padre no está presente, o lo está de
una manera disfuncional, puede ser muy determinante para el desarrollo psíquico
del hijo.
Si bien el rol de la
madre tiene importancia, el del padre también. La función paterna si no está
bien ejercida puede ser un factor de riesgo para el hijo, pero si está bien
desarrollada, puede ser un factor de protección,
En los primeros años de
vida, la madre y el padre tienen mucha responsabilidad, son los cuidadores
primarios, son las dos personas más significativas en la vida de un hijo.
Diversas investigaciones
han demostrado que el padre puede desarrollar una función de figura de apego
desde el nacimiento, es apto para dar efecto y cubrir las necesidades de un
bebé de manera correcta.
La estabilidad emocional
de los hijos depende mucho de la estabilidad emocional que tengan los padres.
Es importante conocer las emociones para saber identificarlas y entenderlas en
nosotros mismos y en los demás.
La importancia que tiene
la función paterna durante el desarrollo del niño o niña. tiene una relevancia
significativa a lo largo de la vida de
la persona.
Desde el nacimiento y la
infancia la madre y el padre deben
presentar un modelo de identificación para la niña o niño. Deben ir de la mano
en las decisiones y deben participar ambos en los cuidados del pequeño desde un
principio y procurar que no se produzcan diferenciaciones significativas entre
ambos.
El padre realizará
también tareas compartidas como cambiar
los pañales, cuidarlo afectivamente, darle de comer, etc. La voluntad del padre
será imprescindible para poder conseguir dicho objetivo.
El padre debe ser además
participe activo del juego del hijo. De esta manera, se potencia el vínculo
padre-hijo a través del juego.
En la etapa escolar:
el padre deberá asumir un rol activo, tiene que estar implicado en el proceso
educativo de su hijo, mostrando interés y ayudándole siempre que sea necesario.
Que el niño o niña perciba este apoyo, será clave para una buena función
paterna.
En la adolescencia:
el padre aprenderá a gestionar sus propias emociones, tendrá que ser capaz de
tolerar las discrepancias o los cuestionamientos que lleguen por parte del hijo
y entenderlos, para llegar a acuerdos como parte del proceso de crecimiento y
maduración del hijo, y así permitir que el adolescente puede crecer con mayor seguridad
que le permita potenciar su autonomía y desarrollar su autoestima.
En los tiempos de
nuestras abuelas, el rol paterno se asemejaba al de un proveedor. Tenía poca
participación en la crianza de los hijos, salvo en las grandes decisiones, y
tenía una marcada distancia emocional. Luego, le siguió un rol más activo y
participativo del padre; tanto en la crianza como en las actividades del hogar.
¿Y qué pasa cuando no hay
presencia paterna?
Cuando se habla de
función paterna y ante la ausencia del padre, esta puede ser ejercida por otra
u otras personas, indistintamente de su sexo. Pueden ser, por ejemplo, los
abuelos, tíos, parejas de los progenitores, maestros, etc. Es decir, quien
cumpla la función paterna no necesariamente debe ser un hombre. Alguien que,
para ese niño o niña, funcione como el que le posibilite ver y experimentar el
mundo más allá de su mamá. Será una presencia tranquilizadora que le permitirá
desarrollarse con confianza y animarse a experimentar y descubrir el mundo (con
la seguridad de saber que cuenta con su apoyo emocional).
El padre debe encargarse
de poner límites y establecer reglas. Esto debe ser transmitido de manera
clara y calmada. Se trata de ejercer la autoridad de una forma no
autoritaria. Cuando esa función no se da, la ley no se instaura de manera adecuada,
lo que ocasiona una falta de diferenciación entre lo que está bien y lo
que está mal, entre lo incorrecto y lo correcto.
¿Qué quiere decir esto? Implica darles
sentido a los límites, haciendo cumplir lo que está bien y prohibiendo lo que
está mal. Implica mostrarle al pequeño el funcionamiento del mundo;
transmitirle los valores de la familia y enseñarle a diferenciar lo que se
puede y lo que no.
Representar la ley
significa también estar sujeto a ella, ya que, caso contrario, estaríamos en
presencia de una ley arbitraria o tirana.
¿Qué efectos ocasiona en
la crianza de un niño la ausencia del padre?
En la actualidad, existen
diversos tipos de familia que se han conformado a partir de nuevas formas de
relación, por la separación o ausencia de uno de los miembros, como las
familias monoparentales o las familias de parejas en las que no aparece la
figura del hombre, o familias de solo hombres.
Mucho se habla sobre el
rol de la mujer como padre y madre en caso de ser madre
soltera. Sin lugar a dudas la figura del
padre es sumamente importante en el desarrollo del niño. Sin embargo, como
mencionamos líneas arriba, esta función puede ser ejercida por el tío, el
abuelo, el padrastro, etc.
La madre puede
posibilitar este proceso no intentando ser todo para el niño. Si bien
la presencia física del padre es muy relevante, lo que importa es su
presencia en la mente de la madre para que ella le pueda transmitir en la
mente de su hijo o hija, esta figura paterna [ausente o presente] y así no
negar la existencia del padre en la vida del menor.
La ausencia del padre no
debería ser traumática en sí misma; dependerá de cómo sea transmitida
simbólicamente por la palabra de su madre.
Por otro lado, es
importante no confundir el rol de padre con el de un amigo. El ser padre
incluye afecto, respeto mutuo, confianza, disponibilidad, cualidades
importantes en una amistad. Sin embargo, para un desarrollo sano, los niños
necesitan límites, disciplina y conductas fijadas por los padres, siempre
acompañados con amor.
Es primordial ir
desarrollando una relación propia de un vínculo sano entre padres e hijo, donde
esté presente la comunicación a través de un trato afectivo, cercano y con una
escucha activa y atenta acerca de las inquietudes e intereses de los hijos.
En resumen…
Como se puede ver, ser
papá no es un acontecimiento meramente biológico. La paternidad es, por sobre
todas las cosas, una función simbólica.
Ps. Rocxana Croce P.