"Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil".
Albert
Einstein.
Es
un problema de salud mental que suele aparecer en la infancia, generalmente a
partir de los 7 años, y que está clasificado como un trastorno de conducta. Se
caracteriza, porque los niños se muestran hiperactivos, una actividad física
excesiva, son impulsivos y tiene problemas para mantener la atención en una
única actividad de forma continuada.
Todo
ello conlleva problemas en el rendimiento escolar, en sus relaciones personales
con los amigos, los profesores y la propia familia.
Causas
del TDAH
No
se conocen las causas del TDAH, aunque los diferentes estudios que se han
realizado en este sentido apuntan a que hay un componente genético importante,
hasta el punto de que algunos expertos consideran que existe un 76% de
posibilidades de que los hijos de una persona con este trastorno también lo
desarrollen.
Asimismo,
los estudios más recientes consideran que el ambiente familiar, como hogares
desestructurados y el entorno social con relaciones conflictivas, sólo pueden
actuar como impulsores de los síntomas, pero no contribuir a la
aparición de este trastorno.
Los
investigadores están analizando además qué posibles factores ambientales
podrían aumentar el riesgo de desarrollar esta afección y están estudiando cómo
las lesiones cerebrales, la nutrición y los entornos sociales podrían
desempeñar algún papel en su desarrollo.
Como
vemos, el trastorno de déficit de atención con hiperactividad es el resultado
de una combinación de factores.
Veamos
cuáles son los síntomas del TDAH:
Es
importante advertir que cualquier persona puede en un momento dado presentar
alguno de los síntomas relacionados con el TDAH, sin que ello implique ninguna
relación con la condición. De hecho, el diagnóstico de TDAH implica dos
condiciones fundamentales:
la
coexistencia de diversos síntomas y que éstos se manifiesten en los diferentes
ambientes sociales del niño sea la familia,
colegio, círculo de amigos, de forma constante y prolongada, causando, además
problemas evidentes de relación social y de rendimiento escolar.
También
hay que tener en cuenta que no todas las personas diagnosticadas de TDAH
presentan los mismos síntomas, sino que existe una gran variabilidad de
unos a otros.
De
hecho, en función de los síntomas de cada paciente, se han establecido tres
tipos diferentes de TDAH:
1)
TDAH con hiperactividad-impulsividad
Frecuentemente, la persona mantiene un
estado de excitación continua.
Habla
mucho, incluso en situaciones en que debe permanecer callado, como durante la
clase.
Se
muestra inquieto en el aula y le cuesta mucho permanecer sentado. Se remueve
constantemente en la silla y puede llegar a levantarse durante la clase,
causando molestia e interrupción en la misma.
En
situaciones en las que debe mantener una actitud de espera, no para de moverse,
saltar y correr.
Interrumpe
muy a menudo a los demás en conversaciones, juegos, etc. En actividades de
grupo es incapaz de esperar su turno. Incluso tiende a responder antes de que
la persona que habla con él haya terminado de formular la pregunta.
No
puede mantenerse tranquilo mientras juega.
2)
TDAH con falta de atención.
Tiene
problemas para mantener la atención en cualquier actividad que esté realizando,
lo que le lleva a cometer errores por perderse los detalles de las cosas.
La
persona se distrae con suma facilidad ante cualquier estímulo externo.
Por
lo general no termina lo que empieza y cambia de actividad rápidamente.
Le
resulta muy difícil organizarse, de modo que pierde cosas que necesita para
realizar una actividad o las olvida en casa, frecuentemente cuando se trata de
cosas del colegio por ejemplo olvida los cuadernos, pierde la casaca, etc. También
olvida los deberes que tiene que hacer o las tareas que se le encomiendan en
casa.
A
veces se muestra como ausente, como si no escuchara lo que se le está
diciendo.
3) TDAH
combinado.
El
niño manifiesta los síntomas de los dos tipos anteriores, es decir, de
hiperactividad-impulsividad y de falta de atención.
CÓMO
DETECTAR que un niño, un adolescente o un adulto tienen TDAH. Veamos a través
de las etapas de desarrollo:
En
la etapa PRE ESCOLAR (2 – 3 AÑOS)
Los
menores se muestran llorones (puede haber espasmos, se ahogan del sollozo o
llanto).
Se
mueven de un lado a otro.
Empujan,
se ríen.
Son
demandantes.
Tienen
problemas en el sueño y con el alimento.
En
la etapa PRE ESCOLAR (4 – 5 AÑOS)
Se
exponen al peligro.
Realizan
actividades inapropiadas, son inquietos.
Hacen
tareas mal hechas.
Prestan
poca atención.
Hay
escasa reflexión.
Tienen
una atención selectiva: requieren de un estímulo positivo intenso (por ejemplo,
un video juego, un alimento, etc.…)
En
los ADOLESCENTES y adultos
No
pueden mantenerse tranquilos, son inquietos y movidos.
Pueden
hacer cuadros de depresión, ansiedad, tender al consumo de drogas, alcohol.
Concluyen
que no sirven para nada y esto conduce a conductas marginales o disociales.
Y
cuando no se hace un buen diagnóstico se llega a esto último (a presentar conductas
disfuncionales)
Respecto
al tratamiento y Psicoterapia en el TDAH
Hecho
el Dx hay 03 enfoques:
1-PEDAGÓGICO: para los niños y adolescentes se recomienda
un colegio personalizado (10-15 alumnos)
2-PSICOLÓGICO: conlleva implementar terapias de atención-concentración,
Modificación de Conducta. Puede incluir los apoyos para la orientación y
supervisión académica, como organizar las tareas o completar los deberes
escolares; aprender habilidades sociales o monitorear el propio comportamiento
y recibir elogios o recompensas por conductas esperadas. Se recomienda La terapia
cognitivo-conductual que ayuda a la persona a ser más consciente de sus niveles
atención y concentración, así como a esforzarse por desarrollar efectivas habilidades para mejorar la
concentración.
Además,
es de suma importancia que los miembros de la familia, a través de la
información que se les brinden, aprendan y fomenten los cambios de conducta y
mejorar las interacciones entre todos los familiares, como es el hecho de prestar
más atención a lo que su hijo hace bien que a los problemas. Elogiarlos sobre
cosas específicas lo más seguido que se pueda para así aumentar y reforzar el
comportamiento favorable.
Lo
mismo la escuela y la universidad, el apoyo debe de venir también de
estos entornos.
3-MÉDICO: luego de la evaluación neuropsicológica y el
diagnóstico de TDAH, es probable la prescripción por parte del médico de la medicación
correspondiente. Diversas investigaciones muestran que estos medicamentos
pueden ser muy eficaces, considerando que No curan, pero que, si ayudan a mejorar la capacidad de prestar atención, hacer frente
al estrés, calmarse y tener más autocontrol. También es importante decir que No
todas las personas con TDAH necesitan medicamentos.
Y
como todos los medicamentos, estos pueden tener efectos secundarios y requieren
que el médico siga de cerca el tratamiento.
Es cierto que algunas personas no les gusta la idea de tomar
medicamentos para el TDAH. Pero el medicamento adecuado puede marcar una gran
diferencia. Como en todo, en caso de duda, es aconsejable hablar con el médico
si algo preocupa respecto a la medicación y despeje las dudas.
En
sí, se recomienda que el tratamiento sea combinado. De este modo, la
persona mejorará, aumentará su
autoestima, no se sentirá aislado, mejora su desempeño. Por ello, la
intervención ha de ser multidimensional .
En
suma, si te preguntas qué decir a un niño,
adolescente, adulto con TDAH, procura que tus palabras estén enfocadas en
la comprensión, en la empatía, en la construcción de la autoestima por
sobre las dificultades.
Crecer
en el seno de una familia que confía en él, que lo apoya y que aprecia sus
logros marcará la diferencia.
Ps.
Rocxana Croce P.