La
ludopatía es una patología que consiste en la alteración progresiva del
comportamiento de la persona que experimenta una necesidad incontrolable
de jugar, por encima de cualquier consecuencia negativa. Se le reconoce como
una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud y por la Asociación
Americana de Psiquiatría (APA).
La
ludopatía tiene relación con los juegos que tienen capacidad adictiva, donde
hay poco tiempo entre la apuesta y el premio conseguido. Tienen lugar en bingos,
casinos y juegos online.
Es
patológico cuando la persona piensa, vive y actúa en función del mismo,
dejando de lado otras necesidades u objetivos.
El
ludópata presenta los mismos rasgos que un adicto:
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Repetición de una conducta o acción que resulta placentera y aumento
de su frecuencia para obtener los efectos deseados.
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Pérdida de control de la persona.
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Aparición del síndrome de abstinencia si se interrumpe el hábito (incapaz de resistir el impulso a jugar). Conlleva graves problemas de
dinero, pérdida del trabajo, crimen o fraude, y daño a las relaciones
familiares.
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Genética
Se
ha constatado que los hijos de padres jugadores tienen mayor riesgo de acabar
siendo ludópatas que los hijos de personas no jugadoras. No obstante, el juego
no es un rasgo físico o psíquico que se transmita de padres a hijos, sino que
lo que el hijo hereda es una cierta propensión a hacerse adicto en caso de
exponerse al juego.
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Entorno familiar
y social
El
entorno más directo (padres y educadores) representa el modelo de
aprendizaje e imitación de muchos jóvenes. Si se fomenta el juego sin
restricción o se practica como un hábito normal dentro del entorno, existe el
riesgo de que más adelante el joven se convierta en un jugador patológico.
Por otro lado, el entorno social (amistades y grupos sociales en general),
unido a un problema o falta de asertividad, también puede suponer un factor de
riesgo.
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Problemas
psicológicos y sociales
Las
personas que estén pasando por momentos de inestabilidad psicológica o que
tenga problemas personales y sociales representan un grupo de
riesgo importante a la hora de desarrollar ludopatía. El juego puede
servir de escape para huir de la realidad y acabar convirtiéndose en un hábito
patológico necesario.
Muchos de éstos juegos están pensados para enganchar, si los jugadores asocian ese hábito a momentos determinados, como una pausa para tomarse el café o cualquier tipo de ocio y disfrute, se refuerza la acción de jugar y se puede llegar a convertir en una necesidad.
En
algunos casos, existe publicidad que se lanza de forma constante y
que refuerza la idea de que el juego puede ser un medio para resolver
problemas económicos y otro tipo de situaciones conflictivas derivadas de
la escasez económica.
Síntomas
Se
comienza un período de autodestrucción. Los signos que pueden indicar un caso
de ludopatía son:
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Abandono de la vida laboral y social: el juego empieza a ocupar un lugar
importante en la vida de las personas, se despreocupan de su vida laboral y de
sus relaciones sociales. Presencia de una conducta pasiva y reservada. Acudir
al casino frecuentemente, apostar en internet, pueden ser síntomas de juego
patológico.
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Problemas económicos: Falta de dinero, gastos imprevistos, préstamos, etc. La
persona jugadora puede recurrir a la mentira para eludir responsabilidades y
ocultar las consecuencias.
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Trastornos de ansiedad y depresión: Su mente está preocupada por las apuestas,
por tener dinero para apostar y ganar. Si no tiene acceso al juego, puede
provocarle trastornos
de ansiedad.
Los problemas económicos, mentiras
acumuladas, el deterioro de las relaciones sociales y familiares, y el resto de
situaciones conflictivas que conlleva el juego patológico, pueden conducir a
una depresión.
_ Cambios en la personalidad: como irritabilidad, falta
de comunicación o, incluso, agresividad.
Tratamientos
Una combinación de tratamientos es lo más efectivo:
ü La terapia farmacológica es de gran
utilidad, ya que los medicamentos ayudan a frenar los impulsos y a manejar los
sistemas de regulación de la conducta
ü La psicoterapia individual, cuyo objetivo es reforzar las conductas positivas y suprimir las negativas.
oCComo punto de partida hay que reconocer el
problema y querer resolverlo. El entorno
familiar y social desempeñan un papel crucial.
ü Restringir el dinero: evitar que el paciente ludópata vaya solo al banco, impedir que acuda a casinos, etcétera. Además, muchas veces el juego sustituye carencias, por lo que hay que intentar reforzar ciertos factores, como las habilidades sociales o la autoestima, para darle al individuo ese pilar que le falta y que, de alguna manera, encuentra en el juegos.
Ps. Rocxana Croce.