Hace ya más de una semana estamos viviendo una nueva historia de vida personal y mundial.
Inimaginable situación donde nos vemos las personas frente a nosotros mismos, desnudos y de cara a la realidad que nos ha puesto en jaque de una sola cachetada.
Como en todo proceso de pérdida, al inicio es una negación:
"ésto no me puede pasar a mi", "pobres los chinos que viven encerrados", "felizmente estamos lejos, en el otro hemisferio".
Pero el virus migro, llegó a casi todas las latitudes, toco fibras, toco los pulmones, toco los corazones....se llevó y se lleva vidas sin hacer diferencias y sigue desafiante ante nosotros.
"ésto no me puede pasar a mi", "pobres los chinos que viven encerrados", "felizmente estamos lejos, en el otro hemisferio".
Pero el virus migro, llegó a casi todas las latitudes, toco fibras, toco los pulmones, toco los corazones....se llevó y se lleva vidas sin hacer diferencias y sigue desafiante ante nosotros.
Estamos viviendo un aislamiento social obligatorio y necesario a manera de contención de enemigo.
Esta prueba es un tremendo desafío para la humanidad.
Demanda de nosotros mucha fortaleza, transformar nuestros inevitables miedos en energía regeneradora que permita sobreponernos, mucha capacidad de resiliencia, sacar nuestra fuerza interior y dar la gran batalla.
Porque de la noche surge el día, porque toda crisis trae de la mano oportunidades, aquellas que nos invitan a reflexionar, a transformarnos, a reinventarnos día a día dentro de nuestras cuatro paredes, dentro de nuestro mundo interior (frágil a veces).
Nos hace falta grandes dosis de empatía, de solidaridad; tener mucha FE, esperanza, la mejor de las actitudes en medio de la crisis.
Estamos aprueba una vez más, esto no nos derrotará!
Estamos aprueba una vez más, esto no nos derrotará!
Ps. Rocxana Croce