La aceptación tanto de la tristeza, como de la felicidad, son parte de las experiencias humanas y nos concedemos el permiso, el espacio y la libertad para sentir lo que sentimos.
Para vivir una vida plena, saludable, tenemos que aceptar nuestras emociones.
En una entrevista con Oprah Winfrey, Nelson Mandela puso de manifiesto el valor de la aceptación activa. Al describir sus sentimientos y los de los demás hacia el apartheid, dijo:
"Nuestro corazón decía que la minoría blanca era el enemigo, que no había que hablar con ellos, pero nuestro cerebro decía que, si no hablábamos con ellos, nuestro país ardería en llamas y durante muchos años estaría cubierto por ríos de sangre. Así que tuvimos que reconciliar ese conflicto, y nuestra conversación con el enemigo fue el resultado del dominio del cerebro sobre la emoción".
Mandela reconoció abiertamente sus sentimientos. No pretendía que tuviéramos buenos sentimientos hacia quienes lo habían tenido encarcelado durante veintisiete años y habían oprimido a millones de personas por el color de su piel. Los sentimientos de amargura, rabia y venganza estaban ahí, eran reales, y reconocer su realidad lo ayudó a pensar y actuar con la cabeza.
Al decidir aceptar primero estas emociones y luego definir una actitud benevolente con los que lo habían oprimido, Mandela fue capaz de liderar Sudáfrica en su período de transformación más difícil y complejo.
Mandela reconoció abiertamente sus sentimientos. No pretendía que tuviéramos buenos sentimientos hacia quienes lo habían tenido encarcelado durante veintisiete años y habían oprimido a millones de personas por el color de su piel. Los sentimientos de amargura, rabia y venganza estaban ahí, eran reales, y reconocer su realidad lo ayudó a pensar y actuar con la cabeza.
Al decidir aceptar primero estas emociones y luego definir una actitud benevolente con los que lo habían oprimido, Mandela fue capaz de liderar Sudáfrica en su período de transformación más difícil y complejo.