Se describe como "zona de confort" a aquel estado mental donde nos encontramos cómodos con nuestra vida actual, sin presiones y con nuestras aspiraciones cubiertas.
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El factor económico no define la existencia de la zona de confort puesto que cada persona es diferente a las demás y por tanto en cualquier nivel socio económico puede haber personas en zona de confort.
La diferencia entre las personas respecto a su zona cómoda son las aspiraciones y valores que poseen.
Hay una reflexión que toca el tema se llama "la vaquita". En esa reflexión se habla de un hombre jefe de familia, que a pesar de vivir en la pobreza y al día, estaba en su zona de confort. Años después, ese hombre alcanza el éxito y cuando se le cuestiona ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?, el señor entusiasmado respondió: nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito.
Los países pueden estar en zona de confort. Sin profundizar en el tema, Venezuela es un país que a lo largo de su historia va permaneciendo en su zona de confort. Su vaquita actual es el petróleo.
También existe gente que a base de trabajo y esfuerzo ha logrado llegar a una zona de confort. Eso es excelente ya que significa que han cumplido sus aspiraciones. Lo malo es que cuando lleguan a esa zona, se queden ahí.
Algunas personas incluso estando descontentas con su empleo o situación actual, tienen temor de intentar salir de allí pues consideran que siempre es mejor moverse en un ambiente conocido, aunque este no sea el mejor y se quedan en su zona de confort.
Si uno se queda anclado en las zonas de confort, estas podrían convertirse en un impedimento al desarrollo y crecimiento.
No hay mayor limitante para el progreso que la comodidad, el conformismo, las famosas zonas de confort y permanecer en estas áreas son peligrosas cuando son un freno al proceso creativo e innovador que exigen las vidas personales y profesionales.
Se podría interpretar como señal de conformismo, miedo, falta de confianza, falta de nuevas aspiraciones y falta de ambiciones. Una vez que llegamos a nuestra zona de comodidad, podemos tomar un leve descanso, pero hay que considerar que estamos en un escalón, y que existen otros escalones que subir.
Para crecer hay que tener aspiraciones y ambiciones de diversa índole, por ejemplo se puede aspirar a conocer otras culturas, a practicar un deporte, a viajar, tener aspiraciones artísticas, a pertenecer a otros círculos sociales, aspiraciones intelectuales, amorosas, etc.
Recordemos que en este universo nada es estático y en la dinámica es que se crea, se innova y por ende, se crece.
¿Cómo hacer entonces para salir de la Zona de Confort o Zona Cómoda?
Fundamentalmente es arriesgándose a hacer cosas que normalmente no hacemos. Al comienzo puede ser incómodo o sentirse extraño, pero al salir de la zona cómoda para hacer otras permitirá ampliar otras actividades, pensamientos, personas que ayudarán a alcanzar los objetivos (anhelos), dándole otro toque a nuestras vidas, transformándola.
R.C.
R.C.