Si se trata a un hombre como lo que es, seguirá siendo lo que es; si se trata a un hombre como él puede y debe ser, llegará a ser lo que puede y debe ser. Goethe
Los pensamientos y las palabras tiene poder
Las probabilidades de ocurrencia de una conducta son altas cuando alguien se sugestiona o anticipa a un evento. Es el llamado "Efecto Pigmalión" o profecía que se cumple a sí misma.
Según la leyenda que Pigmalión se enamoró de su propia creación y a tal punto llego su pasión por la escultura que comenzó a tratarla como si fuera una mujer real. Afrodita, impresionada por el modo en que Pigmalión trataba a la estatua, decidió dar vida a la escultura.”
El Efecto Pigmalión requiere: creer firmemente en un hecho, tener la confianza de que se va a cumplir y acompañar con mensajes que animen su consecución. Son los resultados que conseguimos a consecuencia de la confianza o desconfianza que los demás tienen en nosotros.
Los doctores Lenore Jacobson y Robert Rosenthal, demostraron en 1968 que cuando un profesor recibe alumnos normales, pero sobre los que se le ha dicho que son excepcionalmente buenos, el rendimiento de estos alumnos es superior al que obtendrían si se les considera, a priori, malos estudiantes.
Hoy sabemos que cuando alguien confía en nosotros, nuestro sistema límbico acelera la velocidad de nuestro pensamiento, se incrementa nuestra energía y aumenta nuestra atención.
Consciente o inconscientemente respondemos a lo que otras personas esperan de nosotros. Lo que opinamos de los otros ejerce una gran influencia en los demás.
Se involucra y se transmite una energía que las personas somos capaces de entregar a otras, además interviene la voluntad de la persona receptora para adaptarse a lo que se espera de él y así sentir que ha sido tomado en cuenta, positiva o negativamente.
Algunas veces podemos comportarnos de manera contradictoria cuando por ejemplo pedimos a nuestro hijo que haga sus deberes, pero en el fondo creemos que no lo hará porque lo hemos intentado varias veces sin tener resultados y usamos palabras que pronostican dicha conducta como " ya sabía que no lo harías", "eres un gran irresponsable", "nunca cambiarás". Con ello solo damos paso a que se haga realidad aquello que sostenemos y que el chico o chica cumpla lo que pensamos.
Es importante que nuestras expectativas sean más bien positivas, que construyan, que alienten para que permitan aflorar en las personas lo bueno que tienen y así elevar la autoestima, confianza, seguridad e independencia.
R.C.