domingo, 30 de junio de 2024

LOS LENGUAJES DEL AMOR


 Cada uno de nosotros expresamos el amor de manera distinta, ¿sabes cuál es la tuya?

Las personas a menudo experimentan y expresan el amor de manera diferente.

En ocasiones, cuando trabajo con parejas, he observado que un miembro de la pareja trata de expresar amor a la otra, mientras que es posible que su pareja ni siquiera se dé cuenta o note que la otra estaba tratando de mostrar su amor. Posiblemente falta de comunicación, incluso de autoconocimiento.

No hay una forma correcta o incorrecta de mostrar amor, pero a menudo las personas tienen diferentes ideas sobre cómo lo hacemos. Por ejemplo, alguien que creció en una familia muy comunicativa o altamente verbal, con cumplidos y diciendo regularmente "te quiero", probablemente se sentirá cómodo expresando amor de esta manera.

Es posible que necesite escuchar a su pareja estas declaraciones similares en su relación. Sin embargo, alguien que creció en una familia cuyos miembros no hacían tales declaraciones o demostraciones verbales, puede tener dificultades para descubrir cómo expresar sus sentimientos con palabras.

Según la teoría del doctor Gary Chapman, autor de “Los 5 lenguajes del Amor” (1992), en el momento en el que te sientes más amado es cuando las personas que te rodean usan tu lenguaje del amor para expresar lo mucho que te quieren.

Chapman propuso la metáfora de que cada persona tiene un tanque del amor el cual es tan grande como sus necesidades afectivo-emocionales.

Este tanque se va llenando a medida que estas necesidades van siendo cubiertas. Aquellas parejas cuyos tanques estén llenos, tienen mayores posibilidades de resolver conflictos, de ser duraderas, y de poder superar sus diferencias personales. Y del mismo modo, una pareja con un tanque vacío puede ser más propensa a desenamorarse, tener roces en el día a día o ser incapaz de resolver sus conflictos.

Por eso es importante conocer el lenguaje del amor de tu pareja, para poder llenar el tanque del amor de la manera más eficaz y, así sus necesidades resulten adecuadamente satisfechas. 

Chapman proponen que las personas experimenten el amor de cinco maneras:

A través del contacto físico, los actos de servicio, las palabras de afirmación, el tiempo de calidad o dando regalos.

La idea sugiere que las personas gravitan naturalmente hacia el deseo de recibir (o dar) amor de acuerdo con estas categorías generales y que saber con qué categoría resuena más su pareja lo ayudará a tener una relación más exitosa. 

 

Veamos los cinco lenguajes del amor:

1- Tiempo de Calidad

Las personas que se identifican con este primer lenguaje del amor son básicamente aquellos que les agrada que les pongan atención sin distracciones.  Y es que no se trata de solo sentarse juntos a ver televisión, o escuchar música, sino que se trata de mirarse a los ojos, hablar y darse verdaderamente atención, se compartiendo actividades juntos, como cocinar o salir a dar un paseo.

La vida actual con su ajetreo puede distraernos fácilmente de hacer tiempo para las personas que amamos. O a veces, incluso si estamos físicamente presentes, nuestra mente está en otra parte. Pero podemos cambiar esto planificando tiempos de calidad.

2- Palabras de Afirmación

La comunicación verbal es muy importante, se trata de usar mensajes que expresen el afecto y el aprecio que sientes por tu pareja. Aquí se da importancia no sólo al contenido de dichas afirmaciones sino también al tono, que debe concordar con lo que se dice, o sea, que sea cálido y afectuoso y no un “te quiero” que se dice de manera fría o automática.

Otros ejemplos de las palabras de afirmación incluirían validar a la pareja cuando expresa sus emociones y pensamientos, dar mensajes de apoyo, pedirle las cosas de una manera respetuosa y considerada o elogiar sus cualidades tanto en privado como delante de otras personas.

3- Recibir Regalos 

Nada de materialismo por acá. Al contrario, más allá del regalo o del tamaño de este, para algunas parejas les importa más saber las razones, el pensamiento y el esfuerzo detrás de lo que recibieron. les demuestra que les pones atención, y realmente te interesa lo que les gusta, los detalles (grandes o chiquitos) y que realmente les cambian el día.  Recuerda que un regalo es algo que puedes tomar con tu mano y decir “mira, realmente pensó en mí”. Puede ser desde un detalle como una rosa o una carta o comprarle un pastel, o irte a algo mucho más elaborado pensando en los gustos de la persona como prepararle algo que le gusta mucho… pueden ser regalos. Como verás, lo que cuenta no es el dinero que te gastas; a lo que se da importancia es a hacer gestos tangibles de amor.

4- Actos de Servicio

Un acto de servicio no necesariamente tiene que ser algo que te quite tiempo, al contrario, es hacer algo por la pareja que no se espera, en otras palabras, le sorprenda.

Consiste en hacer cosas que sabes que a tu pareja le gustaría que hicieras; esto puede incluir desde tener ciertos detalles agradables para facilitarle la vida, como dejar hecha alguna tarea que tenga pendiente o dedicarte a su cuidado cuando está pasando por un momento de enfermedad.

Expresarle nuestro afecto y empatía en momentos que vemos necesitan nuestra ayuda como “déjame lo hago por ti” o “yo lo hago, no te preocupes” en cosas como hacer la cena un día, ayudar con los platos, recoger algo o ayudar con algo que les esté pesando. Ello es perfecto para demostrar que estás pensando en él o ella, es regalarles algo que les solucione algún problema o tarea que tengan.

Por lo general los actos de servicio tienen mucho que ver con hacer tareas domésticas; estas con frecuencia se dan por hecho, pasan desapercibidas… y por eso en este caso se recomienda tener el “radar” especialmente activo para reforzarlas. No obstante, estas expresiones de amor también incluirían otras actividades más lúdicas como, por ejemplo, encargarte de planificar vuestras vacaciones.

5- Contacto Físico

Incluyen los gestos corporales de cercanía e intimidad.

A la hora de utilizar este estilo es fundamental saber qué tipos de contacto prefiere tu pareja en cada momento. El contacto físico es algo muy personal: hay personas que son muy del contacto ya sea con besos, abrazos, o simplemente cualquier cosa que signifique estar cerquita físicamente y otras todo lo contrario, e incluso aquellas a las que les gusta la cercanía corporal pueden ser muy sensibles al contexto (es decir, que en un determinado momento o situación pueden recibir bien una palmada … mientras que en otro momento lo que necesitan es acurrucarse de manera cariñosa.


Así que ya lo sabes, sin importar cuál sea tu lenguaje de amor dominante, aprender a expresarlo, y aprender a conocer el de los demás, sean tus amigos, familia o pareja, es muy necesario para tener una relación sana y duradera.


Ps. Rocxana Croce P.

jueves, 30 de mayo de 2024

LA INDEFENSION APRENDIDA


 El bienestar no puede existir sólo en nuestra propia cabeza. El bienestar es una combinación de sentirse bien, así como encontrar un sentido en las buenas relaciones y la realización persona.

Martin Seligman.


La indefensión aprendida es un fenómeno psicológico que puede afectarnos tanto cognitivamente como afectivamente. Cambia nuestro pensamiento, nuestra percepción, el modo de ver el mundo e incluso a nosotros mismos. La indefensión aprendida tiene como base un tipo de razonamiento negativo donde uno mismo, se ve como incapaz de cambiar una situación.

Pocas cosas pueden llegar a ser tan destructivas como el pensar que no seremos capaces de nada. De cambiar nada. De conseguir nada.  La indefensión aprendida puede hacer además que caigamos en lo que se llama “pensamiento rumiante”, es decir, el pensar una y otra vez en nuestros fracasos, en nuestra “inutilidad” para conseguir cosas, para salir airosos.

Es sin duda el paso previo que nos hará caer en una depresión en caso de volverse crónico.

La indefensión aprendida fue descubierta por Martin Seligman y sus colaboradores.

Significa que, cuando una persona o animal se enfrenta a una situación negativa de la cual no puede escapar, “aprende” a mantenerse indefensa, incluso cuando las condiciones cambian y ya se puede ejecutar una respuesta de huida.

Seligman y sus investigadores realizaron un experimento con perros encerrados en jaulas, donde se exponía a los perros a unas descargas impredecibles en tiempos, de las que no podían escapar.

El perro no emitía ya ninguna respuesta evasiva aun, por ejemplo, si la jaula hubiese quedado abierta. En otras palabras, había aprendido a sentirse indefenso y a no luchar contra ello.

Estas descargas eran como dijimos impredecibles y aleatorios, con el fin de que no pudieran generar un patrón de respuesta, puesto que no había un patrón en las descargas.

 Los perros, después de varios intentos de escape, aprendieron que no había forma de predecir ni de huir de las descargas, con lo que optaron por indefensión: parecían no hacer nada frente al estímulo adverso. Incluso cuando los investigadores cambiaron los parámetros y los perros podían escapar de las jaulas, estos se negaban a salir de ellas o a realizar movimientos para evitar las temidas descargas.

Lo curioso del experimento (sin entrar en la ética de este) es que este fenómeno se produce también en personas.

La buena noticia es que Seligman también descubrió que la indefensión aprendida se puede “desaprender”



¿Cómo se manifiesta la indefensión aprendida en personas?

Las personas que están expuestas a estímulos negativos impredecibles adoptan un comportamiento y unos pensamientos similares al estudio de Seligman, ya que pierden la capacidad de ver sus conductas de escape o afrontamiento como algo útil y eficaz para evitar la situación problemática.

Esto hace que una persona aprenda que debe modificar su respuesta de huida por otras de sumisión, con el fin de sobrevivir o adaptarse a la situación temida o peligrosa.

Como es fácil de entender estas respuestas pueden aparecer en situaciones de violencia, como al no poder escapar de un agresor, o en los vínculos cercanos, como son los comportamientos de sumisión en las víctimas de maltratos. La víctima no puede predecir cómo se comportará su agresor frente a su comportamiento ya que da igual lo que haga, el maltrato llegará de manera aleatoria.


Se ha comprobado que las personas expuestas a malos tratos al principio de la relación intentan huir o evadirse, sin embargo, cuando estas estrategias no frenan al abusador o al maltratador, se modifica su comportamiento y comienzan a comportarse de manera sumisa como forma de calmar al agresor.

Esto explica por qué adoptan comportamientos de sumisión, cuidado, complacencia e incluso de cariño.

 En realidad, estos comportamientos que pueden descolocar a un observador externo son estrategias aprendidas por la persona indefensa para calmar a otro que puede resultar peligroso e incluso, mortal.

 

¿Qué situaciones generan indefensión aprendida?

Un estudio con mujeres víctimas de malos tratos por parte de la pareja, sacó a la luz cuáles son los factores que llevan a una persona a sufrir indefensión aprendida:

El control, la posesión.

El aislamiento de la víctima.

Los malos tratos psicológicos.

Abuso de sustancias tanto en el maltratador como en la víctima

La modificación y el aumento en la intensidad y frecuencia de los malos tratos físicos o psicológicos.

El abuso sexual.

El ciclo de la violencia, que va desde la acumulación de la tensión, el episodio agresivo y la luna de miel o episodio sin tensión.

 

¿Qué síntomas genera la indefensión aprendida?

La persona afectada muestra pasividad, con el propósito consciente o inconsciente de cambiar las cosas o la conducta de su agresor

La Presencia de Pensamientos y creencias disfuncionales, donde la persona cree no tener ningún control sobre una situación dañina, sea físico psicológico.  Este patrón puede continuar, aunque la situación cambie.

La sensación de impotencia, donde siente que las cosas no se pueden mejorar.

La depresión: la indefensión aprendida puede generar cuadros graves si las circunstancias no cambian a tiempo o si no se recibe ayuda profesional.

Los aprendizajes y autoconocimiento negativos, donde La persona creerá que es impotente e incompetente, que no tiene salida ni recursos para cambiar las cosas. Esto hará que no intente salir de lo que está viviendo ni pedir ayuda, por lo que entrará en un círculo vicioso.

El Aislamiento

El Estrés

La Ansiedad.

El Desgano


¿Se puede desaprender la indefensión?

Sí, cualquier comportamiento aprendido es posible de ser modificado. Lo primero es desaprender este sentimiento de indefensión y para ello lo más eficaz es un trabajo de autoestima y reaprender estrategias diferentes, alternativas a las de indefensión, que nos ayuden a sentirnos capaces de controlar, modificar o abandonar las situaciones complicadas de nuestra vida.

Debido a que la indefensión no solo afecta a la cognición, sino que también afecta las emociones, el trabajo puede llevar tiempo. Muchas personas “saben” lo que tienen que hacer, pero se bloquean en la ejecución de sus pensamientos.

 Otra teoría interesante a tener en cuenta es la Teoría Atribucional, posterior a la Indefensión Aprendida, donde se interpreta que las personas caen en Indefensión por el tipo de explicaciones que otorgan a los sucesos de su vida. 

Como es de esperar, estas explicaciones nos enseñan qué tipo de carácter tiene la persona: optimista o pesimista. Tendrán menos probabilidades de caer en indefensión aprendida aquellas personas que busquen el lado positivo de las cosas, que olviden pronto y no sientan tanto el impacto del suceso, y que asuman su responsabilidad para no recaer de nuevo en ellos, así como no se sientan culpables de lo ocurrido (no debemos confundir responsabilidad por no volver a ello, con culpa porque nos pasen cosas malas.

En el caso del maltrato, el empoderamiento y la psicoeducación, así como el apoyo externo por parte de la sociedad, familia y amigos y la terapia psicológica, son los principales pilares para revertir la indefensión aprendida, ya que dota a las víctimas de recursos para entender qué es el ciclo de la violencia, cómo se refuerza y aprender qué no es amor y qué no es el papel de una pareja. Por supuesto, en estos casos el miedo, la vergüenza y la culpa deben ser trabajados con la víctima, que suele cargarse con toda la responsabilidad del maltrato.

Así mismo es fundamental trabajar con la parte que maltrata, puesto que de otro modo estaríamos responsabilizando a la víctima del dolor sufrido.

 

¿Sólo se manifiesta en el maltrato?

No, la indefensión aprendida puede darse en otro tipo de relaciones: laborales, amistad, etc. Por ejemplo, si una persona depende de un trabajo para vivir, pero en él se produce el acoso laboral por malas relaciones con el jefe o jefa y puede generar indefensión aprendida al no poder hacer nada para salir de esta situación, pues actuar de manera agresiva o de huida no es posible, y complacer al perseguidor en muchas ocasiones no aplaca a quien produce el acoso, al contrario, puede incrementarlo.

volviendo a la pareja, una hipótesis a tener en cuenta es que si la persona ha generado unos vínculos tempranos disfuncionales (aquellos que se dan en la infancia), puede llegar a mostrar indefensión aprendida en la edad adulta con su pareja, aunque la situación no sea propiamente de maltrato. Imaginemos por ejemplo una relación tóxica donde la persona no se siente querida ni atendida, donde una pareja de perfil evitativo o narcisista puede generar patrones de dolor emocional.

Es probable que, si la persona ha tenido patrones de apego, inseguros en su infancia, su comportamiento se asemeje a la indefensión aprendida, sin llegar “exactamente” a ser este fenómeno, aunque sean consecuencias similares: no dejar la relación, intentar agradar a la otra parte de la pareja y seguir sufriendo y perdiendo su identidad. En estos casos, el proceso que debe seguirse es igualmente el empoderamiento, pero debe procederse a un análisis de la historia de la persona con el fin de ayudarla a salir de los roles disfuncionales en los que se ha visto envuelta toda su vida.


Consejo para superar la indefensión aprendida.

1.Elegir bien tus pensamientos. No se trata de evitar las emociones negativas, sino de ver las cosas desde otra perspectiva para ser conscientes de los pensamientos negativos y catastrofistas y cambiar nuestra visión del mundo y de nosotros mismos. El mindfulness, por ejemplo, puede ser una técnica muy valiosa para esto.

2.Cuestiona tus habilidades: quizás lleves tanto tiempo haciendo o pensando lo mismo, que no te des cuenta de que puedes cambiar las cosas. Empieza a preguntarte por qué no vas a poder, si el miedo es real, si es miedo a la soledad, qué puedes perder de verdad, si es tan malo un futuro sin esa persona, etc.

3.Buscar ayuda: amplía tu red de personas que te rodean y déjate valorar por los otros, de ser necesario pide ayuda profesional, confía en los demás como punto de apoyo para tu cambio.

4.Cambia la rutina: Haz cosas nuevas, conoce sitios diferentes, realiza aquello que te daba miedo o que sentías que no eras capaz. Si quieres cambios no puedes hacer siempre lo mismo.

5.Quiérete: aunque no te lo creas, tú eres lo más importante de tu vida. Valora y agradece el simple hecho de estar viviendo, quiérete, eres único e irrepetible.

6.Busca y valora tus alternativas:  A veces nos cegamos en lo conocido. Atrévete a salir ahí fuera, lejos de tu zona de confort, da miedo, pero es donde se esconde la felicidad.

No intentes cambiarlo todo, abandonar no es fracasar: cuídate, no intentes ser un superhéroe o superheroína, a veces es más saludable irse que insistir.

Recuerda, solo tú sabes qué te viene bien, qué quiere y hacia donde tienes que ir para ser feliz.

Dejar atrás los miedos y las cadenas es difícil, pero con ayuda y voluntad nada es imposible.

Se el dueño de tu propio destino, el dueño de tu vida.

Ps. Rocxana Croce P.

martes, 7 de mayo de 2024

Las comparaciones.

 

“Trate de no perderse al compararse con los demás. ¡Descubre tus dones y déjalos brillar!.

Jennie Finch

La comparación es un comportamiento humano casi inevitable. En Algunos más, otros menos, ya sea por la manera en que nos vemos o vestimos, por nuestras características físicas, por nuestros bienes, por nuestros comportamientos o características de personalidad, por nuestros logros académicos o profesionales, por nuestras relaciones de pareja, familiares o sociales.

Si bien comparar a veces puede resultar motivador o inspirador, también puede ser perjudicial para la salud mental y el bienestar. Puede provocar sentimientos de insuficiencia, celos y baja autoestima.

 Puede ser especialmente desafiante en el mundo actual impulsado por las redes sociales, donde somos bombardeados constantemente con imágenes de las vidas aparentemente perfectas de otras personas

En los hogares es una situación frecuente que, al referirse a los hijos, los padres señalan que, a pesar de ser hermanos, son muy diferentes. No se refieren solo al físico, sino a los rasgos del carácter y de la personalidad en formación.

Muchas veces los comentarios vienen cargados de ciertos significados: uno de los hermanos es más inteligente o hábil, o más fácil para la crianza.

Sin quererlo los padres muchas veces exteriorizan estas características, los comparten con amigos y familiares, incluso en presencia de los propios hijos.

Con frecuencia se escucha decir: “las comparaciones no son buenas”. Y en realidad no hacen daño, si al compararlos se realzan los rasgos positivos de cada hijo. De hecho, pueden servirnos para mostrar que cada persona es diferente y al mismo tiempo, todos somos únicos y valiosos.

Los motivos por los que nos comparamos con otras personas hablan de aquellas cosas o logros que quisiéramos tener o de cómo quisiéramos vernos, ser o actuar.

Es importante ser conscientes de estas comparaciones y evitar que las mismas nos afecten de manera negativa y nos lleven a dejar de sentirnos bien con nosotros mismos, a sentirnos incomodos o que no somos lo suficientemente buenos o competitivos. 

¿Y cuáles son los riesgos de compararnos constantemente con otros?

1- No nos permitimos la posibilidad de observar nuestros propios logros o valorar qué y cómo somos.

2- Con facilidad podemos ver como inadecuadas o minimizar las cosas que hacemos, poseemos o hemos logrado; poniéndonos nosotros mismos en una situación de desventaja ante otras personas.

3- Otro riesgo es que, si tenemos una tendencia a ver mejores a los demás, lo que son, lo que tienen o lo que logran, nos puede llevar a perseguir una meta de perfección que rara vez es realista.

4- Compararnos constantemente aumenta significativamente nuestro nivel de estrés y tensión interna, lo que nos atrapa en un ciclo de insatisfacción y frustración constante.

5- La comparación con otros puede generar malestar y dañar fuertemente nuestra autoestima.

Sin duda que es muy raro que las comparaciones nos ayuden a mejorar, por el contrario, con regularidad intensifica aquellas situaciones o características con las que no estamos satisfechos poniéndonos en una situación de debilidad o inferioridad ante otros e incrementando el rechazo e insatisfacción de nosotros mismos.

Además, al focalizarnos solo en las fortalezas de otra persona no reconocemos aquellas características, aptitudes o logros personales, es decir con facilidad se corre el riesgo de dejar de verse a uno mismo de manera objetiva y realista. 

Entonces, al ser un comportamiento tan natural y en ocasiones inevitable porque todos nos comparamos con otras personas de vez en cuando, no debemos sentirnos mal por hacerlo, pero sí debemos ser conscientes de los momentos o situaciones ante las que nos comparamos con otros y buscar la manera de convertir los riesgos de esta comparación en oportunidades de mejora y crecimiento.

 

Algunas preguntas que pueden ayudarte a observar qué te lleva a la comparación y a cambio generar consciencia pueden ser:

¿Cuándo te comparas más?

¿Compararte te lleva a aprender otras cosas o mejorar?

¿Eres capaz de observar lo que has logrado por ti mismo?

¿Ves lo que te gustaría lograr o tener en otras personas, pero eres capaz de integrar también lo que te gusta o admiras de ti mismo?

¿La comparación la vives como competencia?

Si hacemos este autoanálisis cuidadosa y honestamente, podríamos disminuir el malestar que nos genera la comparación.

 

Veamos algunas importantes recomendaciones:

1- Mejorar como personas trabajando en nuestras inseguridades o complejos, aumentando la confianza en nosotros mismos viendo que si otros pueden alcanzar metas específicas nosotros también podemos.

2-Identifica tus fortalezas y debilidades, es muy efectivo escribir una breve lista. De esta manera, podrás enfocarte en tus propios logros y metas. Piensa en lo que eres bueno y en lo que necesitas mejorar, y trabaja en ello día a día.

3- Conoce lo que sí funciona, de pronto las buenas acciones; así como aprender de los errores de otros nos puede ayudar a no cometerlos, también el ver las cosas que sí funcionan nos puede dar una idea del camino a seguir para obtener mejores resultados.

4- Busca fuentes de inspiración. Esto puede incluir libros, películas, personas o cualquier cosa que te motive y te inspire ser cada vez una mejor versión de ti mismo.

5- Celebra tus logros. No importa lo pequeños que sean, cada logro cuenta y debes estar orgulloso de ti mismo. Siempre que logres algo que te haya costado esfuerzo, tómate un momento para celebrarlo.

6- Rodéate de personas positivas: Las personas con las que uno se rodea tienen un gran impacto en nuestra vida. Si quieres dejar de compararte con los demás, rodéate de personas que te apoyen y te animen en tus logros y metas, o que te digan sinceramente cuando estás fallando en algo. La gente negativa o tóxica te puede hacer sentir inferior y desanimado, así que evítalas en la medida de lo posible.

7- Practica la gratitud. Porque en lugar de enfocarte en lo que no tienes o en lo que te falta, enfócate en todo lo que tienes y en todo lo que has logrado hasta ahora. Practica la gratitud diariamente, mira a tu alrededor y de seguro conseguirás motivos para agradecer por las cosas buenas que tienes en tu vida.

 

 A continuación 5 frases para meditar:

1. Soy único y valioso en mi propia forma.

2. No necesito compararme con los demás para demostrar mi valor.

3. Cada persona tiene su propio camino y tiempos.

4. Me enfoco en mis propias metas y objetivos.

5. Acepto el fracaso como un maestro que me ayuda a crecer.

Entonces, como vemos, la comparación con otros será inevitable, pero debería ocurrir principalmente con nosotros mismos en una constante búsqueda de mejora personal.

Ps. Rocxana Croce P.

viernes, 19 de abril de 2024

El trastorno obsesivo compulsivo o TOC

 

 “Decirle a alguien con TOC que deje de obsesionarse por algo, es como decirle a alguien que está teniendo una crisis de asma que respire normal.”  Tamara Ireland Stone.

El trastorno obsesivo compulsivo T.O.C, es un trastorno en el cual las personas tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) o comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo (compulsiones).

El trastorno obsesivo compulsivo a menudo se centra en ciertos temas, por ejemplo, un miedo excesivo a contaminarse con gérmenes. Para aliviar los temores de contaminación, la persona puede lavarse compulsivamente las manos hasta que estén irritadas y agrietadas.

Con frecuencia la persona se comporta de cierta manera para librarse de los pensamientos obsesivos, pero esto sólo brinda alivio temporal. El hecho de no llevar a cabo los rituales obsesivos puede causar una enorme ansiedad y sufrimiento.

Se desconoce la causa del trastorno obsesivo-compulsivo.

Las principales teorías son:

Biológica. El TOC puede resultar del cambio en la química natural del cuerpo o en las funciones cerebrales.

Genética. El TOC puede tener un componente genético, pero aún no se han identificado genes específicos. (antecedentes familiares)

Aprendizaje. Los miedos obsesivos y los comportamientos compulsivos se pueden aprender al observar a los familiares o de forma gradual a lo largo del tiempo.

El TOC suele comenzar en la adolescencia o en la edad adulta joven, pero puede comenzar en la infancia. Los síntomas suelen comenzar progresivamente y tienden a variar en su gravedad a lo largo de la vida.

Los tipos de obsesiones y compulsiones que se experimentan también pueden cambiar con el tiempo.

Los síntomas suelen empeorar cuando se experimenta un mayor estrés.

Una persona puede tener solo una o muchas de estas obsesiones, que pueden variar durante el curso del trastorno.

Si no se recibe el tratamiento adecuado, el trastorno se vuelve crónico y los síntomas van oscilando.

En algunos casos las personas pueden superar el trastorno, pero en otros se puede seguir un curso en el que cada vez se produzca un mayor deterioro de la vida de la persona que lo sufre.

El grado de incapacidad que produce el trastorno obsesivo compulsivo, va de mínimo a grave. En algunos casos los síntomas son muy graves y puede ser necesaria la hospitalización.  e imposible tener o mantener un empleo.

Los costes emocionales y económicos del TOC para la persona, su familia y la sociedad son significativos.

Por otra parte, cabe señalar también que muchas personas, profesionales en general tienen éxito a pesar de tener un TOC.

 

El TOC muestra dos tipos de síntomas resaltantes:

 - Las obsesiones que constituyen los pensamientos, imágenes mentales o impulsos experimentados de manera involuntaria e intrusiva por parte del paciente, y que le generan mucho malestar.

- Las compulsiones que vienen a ser las conductas motoras orientados a disminuir el malestar derivado de las obsesiones.

Por tanto, existe una relación funcional entre obsesiones y compulsiones, pues las primeras producen el malestar emocional, mientras que las segundas lo neutralizan.

Por definición observamos que las obsesiones siempre tienen un carácter mental o cognitivo, en tanto que las compulsiones pueden ser tanto cognitivas como conductuales.

Cabe agregar otra situación que puede presentarse, se trata de las evitaciones:  se evita por temor a que aparezcan las obsesiones. Por ejemplo: Evito beber fuera de casa para no tener que ir a un baño público, ya que temo contaminarme.

Hay una diferencia entre ser un perfeccionista (por ejemplo, alguien que busca resultados perfectos o un rendimiento impecable) y tener un trastorno obsesivo compulsivo. Los pensamientos de una persona con TOC no son simplemente preocupaciones excesivas por problemas reales en sus vidas o el placer de tener las cosas limpias u ordenadas de una manera específica.

Se trata entonces de no luchar contra ellas, de dejarlas ahí en la mente y seguir haciendo su vida normal, haciendo otras tareas, hablando con los demás, hablándote a ti para contrarrestar tu tendencia a preocuparte.

En el proceso psicoterapéutico, la persona tiene que darse cuenta de que es mucho más que sus pensamientos y de que sus pensamientos vienen y van, como una nube, sin necesidad de que haga nada para ahuyentarlos.

Uno puede decirse a sí mismo que no importa que se piense cosas ilógicas, no importa que piense que puedan ocurrir cosas negativas, porque uno sabes que no van a ocurrir realmente, y que, si dejamos de preocuparnos, de tener miedo de nuestros pensamientos absurdos, estos irán debilitándose, poco a poco, hasta desaparecer.

Otro punto para tener en cuenta es que las creencias catastróficas acerca de los propios pensamientos absurdos están totalmente unidas a sus rituales, ya que estos se basan en la idea irracional de que si no los llevas a cabo puede ocurrir algo malo.

Se trata de centrarse en cambiar los pensamientos negativos y los comportamientos absurdos, que van ligados a esos pensamientos negativos (los rituales o manías).

En lo que se refiere a los rituales, compulsiones o manías, el objetivo final será eliminarlos.

Pero como eso resulta difícil, por ello se proponen unos pasos intermedios que permitan a empezar a ejercer control sobre ellos e ir avanzando hasta que se puedan llegar a eliminarlos.


Para esto se recomiendan cuatro formas de abordarlos:

-La primera es posponer, es decir, aplazar un tiempo el ritual.

-La segunda es llevar a cabo el ritual, pero de forma más lenta a como lo hacías.

-La tercera es cambiar algún aspecto del ritual, es decir llevarlo a cabo introduciendo algunos cambios.

-La cuarta es añadir una consecuencia al ritual, por ej. dar una caminata de media hora después de hacer el ritual o hacer diez flexiones al acabar el ritual cada vez que lo lleves a cabo.

El último punto también es interesante porque implica hacer ejercicio y este ayuda a reducir la ansiedad.


Los tratamientos para el Trastorno obsesivo compulsivo son:

Psicoeducación: que debe incluir información para la familia.

Psicoterapia: personas comprometidas con los tratamientos se benefician de técnicas de terapia que se les enseñan para disminuir la ansiedad que surge de las obsesiones y a reducir o eliminar los rituales compulsivos.

La terapia conductual: es un conjunto de técnicas estructuradas que la persona aprende a utilizar cuando surgen la ansiedad o malestar debido a las obsesiones o los rituales.

En terapia además se utilizan registros con el paciente. Registros en los que aprendamos aspectos tales como; qué activan los pensamientos, sobre que tratan, en qué situación está el paciente cuando aparecen los pensamientos, que conductas los reducen y cuáles los aumentan.

Psicofarmacología: Los fármacos con potentes efectos sobre la serotonina, parecen tener muy buenos resultados.

Sin duda, el tratamiento más efectivo es la combinación de la terapia conductual, la medicación y contar con el apoyo familiar.

Si una persona sospecha que padece de TOC, es fundamental buscar ayuda profesional

Ps. Rocxana Croce P.

domingo, 31 de marzo de 2024

Identificando las Red flags o banderas rojas


 Se habla mucho de los aspectos positivos del amor. Nosotros, como sociedad, minimizamos el peligro, la ansiedad y la decepción. Romantizamos el romance.

Helen Fisher


Las red flags son señales de alerta que normalmente se relacionan con el peligro, advierten un escenario peligroso para evidenciar actitudes y comportamientos que podrían llegar a tener las personas como señales de prevención. 

Pueden indicar que algo no anda bien con una persona, por ejemplo, si vives una relación difícil, complicada y quieres visibilizarlo, es momento de usar la red flag.

Existe el opuesto de este término, las green flags o banderas verdes  que son más bien comportamientos o señales positivas.

En las relaciones sentimentales, las red flags muestran que la persona probablemente no se encuentra en una relación afectiva sana y seguir adelante sería peligroso. En algunas ocasiones esas banderas pueden ser menos extremas que otras, pero siempre se debe tener en cuenta las señales de alerta. 

Por otro lado, también una red flag puede evidenciar comportamientos machistas, racistas, homofóbicos.

 

¿En qué situaciones puedes identificar una red flag?

De alguna manera si quieres visibilizar algunas advertencias de que no estás en una relación sana, puedes identificarlas si tienen alguna forma de abuso verbal, emocional, psicológico y físico.

Si comienza a tener celos y desconfianzas, si tus amigos comienzan a decir que no les agrada tu pareja, es porque ciertamente vieron algo que tú no has notado.

Todos los escenarios son diferentes y siempre hay espacio para cambiar, pero una red flag indica un problema que la otra persona debe abordar para tener una relación saludable contigo, con ella o él mismo y con los demás.

Y ¿cuándo aparece en una relación?

Es posible que no aparezca esa 'red flag' cuando se está comenzando una relación, y si suceda cuando está ya está un poco más consolidada la relación. Pero no hay que asustarse. Lo importante, sobre todo es detectar la red flag, no dejarlo pasar, abordarlo asertivamente y cuidando la comunicación.

Otra de esas diferencias que pueden aparecer en una pareja e ir mostrando banderas rojas, son las que tiene que ver con el proyecto de vida. Si una de las partes quiere ir a vivir juntos, casarse y tener hijos y la otra no, y ambas tienen muy clara su posición, es probable que la relación no pueda mantenerse.

Cuando las cosas no son tan extremas hay que comunicarse. Es esencial dentro de una pareja o vínculo afectivo, conocerse un poco más, adaptarse mutuamente y negociar dentro de la relación.

Diez situaciones que representan señales de alerta o red flags más comunes:

1.  Comportamientos agresivos y de abuso

La conducta agresiva no solo se refleja a través de los golpes o agresiones físicas, sino en los comentarios, frases o actitudes que tienen los familiares o las personas con las que nos vinculamos. Incluso estas conductas pueden llegar a normalizarse debido a que la persona se acostumbra a que se les trate mal porque muchas veces piensa que si se les pega es por su bien, porque aquello a su vez, es probable que se lo enseñaron sus padres para justificar sus maltratos físicos y poco control emocional.

2.  Control excesivo y celos

Otra señal son los celos, el control y la desconfianza sobre alguien que puede desembocar en un problema en la relación, ya que la parte afectada puede sentirse muy vigilada en algunos aspectos.

Una pareja que ejerce control sobre otra, probablemente tiene problemas personales profundos en los que debe trabajar. Si la pareja trata de controlar a quién ve, con quién habla, a dónde va, en qué y cómo gastas tu dinero, qué hace en línea, qué ropa usa, qué escucha o incluso qué come.

En un inició pueden hacerlo de forma sutil, pero es importante estar atento a si hace comentarios negativos sobre los aspectos descritos, debido a que puede ser una señal de alguien que busca controlar, un rasgo que se hará más intenso con el tiempo.

A veces, incluso quién controla puede hacer que lo elijas sobre otras personas importantes en tu vida (familiares o amigos) como una expresión de «amor».

Hay frases de desconfianza que advierten posibles red flags como, por ejemplo:

“Solo quiero cuidarte, hay muchos peligros en la calle”

“amor, tienes que contármelo todo, para protegerte y ayudarte”

“El No me controla, él se preocupa por mí”

Es importante tener en cuenta dónde se encuentra el límite en una relación.

3.  Autoestima sobrevalorada

Uno de los mayores pilares para tener una buena relación es disculparse, perdonar y comprometerse el uno con el otro.

Si una de las partes de la pareja no es capaz de reconocer sus errores o disculparse, puede ser que nos encontremos ante una señal de alerta.

Estas señales se pueden manifestar mediante frases como “Yo nunca me equivoco” o “Siempre tengo la razón”.

Una persona con autoestima sobrevalorada busca tapar sus errores haciéndo sentir culpable a su pareja.  Si no asume sus responsabilidades y errores, seguramente no esté preparado para tener una relación, aún se encuentra en una etapa de inmadurez que le impide dar y recibir amor de una forma plena.

4.  Impulsividad

La falta de control emocional es una señal evidente de alerta, si la persona reacciona de una forma desmedida, no se debe pasarlo por alto.

Observa la ira en tu pareja. Si la persona se enfada con facilidad, si tiene frecuentes arrebatos explosivos o cambia de emociones rápidamente, es decir, pasa de la felicidad a la rabia, ello muestra una falta de capacidad para regular sus emociones de una manera saludable y es desagradable e incluso preocupante, estar cerca de alguien así.

5.  Consumo de sustancias, drogas o alcohol

El consumo de sustancias como drogas nunca lleva a nada sano ni bueno, ello sin duda le impide a la persona formar lazos de compromiso y responsabilidad.  Quien ingerir ese tipo de sustancias no solo le daña a sí mismo, sino también a su entorno más próximo, por ello es mejor alejarse o hacer que busque ayuda.

6.  El ‘ghosting’ y el gaslighting.

El Ghosting es cuando una persona desaparece de la noche a la mañana. Cuando deja de contestar a tus mensajes, deja de comunicarse contigo de la nada y en muchos casos intenta volver a contactarse contigo luego de un periodo de tiempo.

El gaslighting, es una forma de manipulación y abuso psicológico en la cual una persona intenta que la otra cuestione su propia percepción, cordura o memoria.   Y esto no es exclusivo de las parejas, puede presentarse también en otro tipo de vínculos como familiares, sociales.

7.  Antecedentes de infidelidad

Las relaciones en sí misma, requieren de confianza para tener éxito. De este modo, si tu pareja tiene antecedentes de infidelidad, es importante que sepas el por qué sucedió y lo tengas en cuenta antes de ir a más en la relación. Incluso si tu pareja ha demostrado un cambio, debes preguntarte si te sientes cómodo/a dentro de una relación sabiendo que alguien ya ha sido infiel.

8.  Problemas de salud mental no tratados

 Las personas que tienen un problema de salud mental y no los abordan siendo conscientes de ello, también son una red flag para tener en cuenta. Esto no implica que las personas con un trastorno psicológico no puedan tener relaciones saludables, sino que cuando estas condiciones no se tratan pueden comportar muchos problemas dentro del vínculo.

9.  Complejo de superioridad

Cuando una persona te hace sentir constantemente menos que él o ella, esto te acabará afectando a la larga. Por lo tanto, se trata de una red flag que debemos tener en cuenta, ya que puede acabar generando un problema de autoestima.

10. No tener los mismos objetivos dentro de la relación

 Cuando las metas dentro de una relación no son las mismas, esto podría ser una red flag. Aunque esto no se trata de una señal de alerta en el sentido de que no es un problema personal en el que se debería trabajar, la realidad es que no tener el mismo compromiso en una relación puede acabar afectando la salud mental de ambas partes.

Estas son algunas de la red flags que deberíamos tener en cuenta dentro de una relación. Aun así, es importante considerar que muchas de estas señales se pueden solucionar con un trabajo interior y en la relación.

Si detectas estas banderas rojas, es recomendable acudir a un psicólogo.

 Por último, es importante tener en cuenta que:

Todos estamos pasando por procesos de aprendizaje interno, juzgar o criticar no te hace superior a los demás, tu intuición y tu consciencia son poderosas guías ante una relación desfavorable.


Tambien puedes escuchar este tema en Spotify:

https://open.spotify.com/episode/0rcQ5j7aPL2AXY8ACywXlP?si=zyMWBXG5SrC0mzQul2jn1w

Ps. Rocxana Croce P.

miércoles, 28 de febrero de 2024

Duelo, un proceso emocional y personal

Sobrellevar la pérdida de un ser querido puede ser uno de los mayores retos a los que el ser humano se enfrenta. La forma cómo cada persona lo asume y acepta es única.

Ps. Rocxana Croce P.

Los procesos de duelo son los cambios psicológicos que se dan delante de una pérdida.

Es un proceso individual y personal, en el que cada uno lo transita en tiempos y formas diferentes.

Este proceso es algo completamente emocional y el cómo elaborarlo está en nosotros asumirlo, teniendo presente que no acaba, porque la pérdida es para siempre, uno va a seguir recordando y amando al ser querido toda la vida, lo que no es para toda la vida son el dolor, el sufrimiento y las emociones, alrededor de ello. Pero esto dependerá de cada uno, de cómo lo vive y va procesando su duelo a lo largo del tiempo.

El duelo aparece delante de una situación de pérdida, por ejemplo: frente a separaciones, la inmigración, una enfermedad, las propias etapas de la vida o la inexorable muerte de un ser querido.


 ¿Y cómo se puede elaborar un duelo?

La elaboración del duelo son los procesos psicológicos que se dan desde el comienzo del impacto afectivo y cognitivo de la pérdida, hasta la aceptación de la nueva realidad interna y externa de la persona.

El duelo tiene como particularidad, que es universal, personal, íntimo es un proceso que tarde o temprano se vive, por lo que se debe procesar, ya que si no se elabora adecuadamente vienen los duelos complicados, que son los que llevan a la depresión, a la ansiedad generalizada y, a veces, hasta el suicidio

En los momentos iniciales de un duelo hay una conmoción e incluso incredulidad, una sensación de que el mundo se detiene junto con una turbulencia afectiva de culpa, ira, desesperanza, tristeza y ansiedad.

En la resolución del duelo influyen el tipo de pérdida y los aspectos personales de quien lo sufre y de cómo ha elaborado otros duelos en su vida, la experiencia previa.

No hay un tiempo establecido para el dolor. Todo el proceso puede durar entre 6 meses y de uno a dos años aproximadamente. Después de este periodo de tiempo la persona en duelo puede sentir que es más fácil levantarse por la mañana o sentir que tiene más energía. Este será el momento en el que se empezará a reorganizar la vida alrededor de la pérdida o sin el ser querido. Durante este tiempo, quizás sienta que atraviesa una serie de altibajos. Puede sentirse mejor un día, pero al siguiente día se sienta mal. Esto es normal.

 

¿Qué Aspectos debemos de tener en cuenta en este proceso?

Aunque es normal sentirse triste después de una pérdida, los sentimientos asociados con el dolor deben ser temporales. A veces los sentimientos duran más tiempo o ser diferentes en su intensidad, o se puede tener problemas para lidiar con las emociones asociadas.

Cuando esto sucede, el duelo puede convertirse en depresión. Los síntomas del duelo y la depresión son similares.


Las señales de que se podria estar sufriendo de depresión incluyen:

1. No se empieza a sentir mejor a medida que pasa el tiempo.

2. Tiene dificultad constante para comer o dormir.

3. Sus sentimientos comienzan a afectar su vida diaria.

4. Depende de medicación, drogas o alcohol para hacer frente a la situación.

5. Empieza a pensar en hacerse daño a sí mismo o a otros.

Por ello, si una persona siente que el duelo ya le sobrepasa, si esas emociones le empiezan a incapacitar, si ya la tristeza se transforma en depresión, si la persona no logra gestionar su vida normalmente, o experimenta dificultades significativas para afrontar la pérdida, si el duelo le está afectando negativamente su vida diaria durante un período prolongado, es necesario buscar ayuda profesional, lo cual no  significa que esta "fallando" en el proceso de duelo, sino que está buscando un apoyo adicional para atravesar esta experiencia.

Encontrar al profesional adecuado puede proporcionarle un espacio seguro para expresar sus sentimientos y las emociones. Donde es válido y permitido llorar, hablar…expresar. Esta es una forma de gestionar el duelo, recordando que cada persona tiene su propia manera de expresarlo y vivirlo y no hay una forma “correcta" o "incorrecta" de hacerlo. 

La clave en un proceso de duelo está en la aceptación: aceptar cómo pasaron las cosas, que así sucedieron, que así como hay cosas que pasan por algo, también hay cosas que no pasan por algo; es asimilar la realidad actual para empezar a rehacer la vida, lo que no implica que la persona contemple pasivamente lo sucedido y se resigne, sino que aprenda a vivir sin su ser querido. 

Terminamos con una frase de la reconocida psiquiatra suiza Elisabeth Kübler Ross, pionera en estudios sobre la muerte y el duelo: “Nuestro duelo es tan propio como nuestra vida”.

 

Reinventarse después del adiós

Por dura que haya sido la experiencia, por costoso que haya resultado el error, siempre es posible volver a empezar. (Jorge Bucay) Una ruptu...