“Trate de no perderse al compararse con los demás. ¡Descubre tus dones y déjalos brillar!.
Jennie Finch
La comparación es un comportamiento humano casi inevitable. En Algunos más, otros menos, ya sea por la manera en que nos vemos o vestimos, por nuestras características físicas, por nuestros bienes, por nuestros comportamientos o características de personalidad, por nuestros logros académicos o profesionales, por nuestras relaciones de pareja, familiares o sociales.
Si bien comparar a veces puede resultar motivador o inspirador, también puede ser perjudicial para la salud mental y el bienestar. Puede provocar sentimientos de insuficiencia, celos y baja autoestima.
En los hogares es una situación frecuente que, al referirse a los hijos, los padres señalan que, a pesar de ser hermanos, son muy diferentes. No se refieren solo al físico, sino a los rasgos del carácter y de la personalidad en formación.
Muchas veces los comentarios vienen cargados de ciertos significados: uno de los hermanos es más inteligente o hábil, o más fácil para la crianza.
Sin quererlo los padres muchas veces exteriorizan estas características, los comparten con amigos y familiares, incluso en presencia de los propios hijos.
Con frecuencia se escucha decir: “las comparaciones no son buenas”. Y en realidad no hacen daño, si al compararlos se realzan los rasgos positivos de cada hijo. De hecho, pueden servirnos para mostrar que cada persona es diferente y al mismo tiempo, todos somos únicos y valiosos.
Los motivos por los que nos comparamos con otras personas hablan de aquellas cosas o logros que quisiéramos tener o de cómo quisiéramos vernos, ser o actuar.
Es importante ser conscientes de estas comparaciones y evitar que las mismas nos afecten de manera negativa y nos lleven a dejar de sentirnos bien con nosotros mismos, a sentirnos incomodos o que no somos lo suficientemente buenos o competitivos.
¿Y cuáles son los riesgos de compararnos constantemente con otros?
1-
No nos permitimos la posibilidad de observar nuestros propios logros o valorar
qué y cómo somos.
2- Con facilidad podemos ver como inadecuadas o minimizar las cosas que hacemos, poseemos o hemos logrado; poniéndonos nosotros mismos en una situación de desventaja ante otras personas.
3- Otro riesgo es que, si tenemos una tendencia a ver mejores a los demás, lo que son, lo que tienen o lo que logran, nos puede llevar a perseguir una meta de perfección que rara vez es realista.
4-
Compararnos constantemente aumenta significativamente nuestro nivel de estrés y
tensión interna, lo que nos atrapa en un ciclo de insatisfacción y frustración
constante.
5- La comparación con otros puede generar malestar y dañar fuertemente nuestra autoestima.
Sin duda que es muy raro que las comparaciones nos ayuden a mejorar, por el contrario, con regularidad intensifica aquellas situaciones o características con las que no estamos satisfechos poniéndonos en una situación de debilidad o inferioridad ante otros e incrementando el rechazo e insatisfacción de nosotros mismos.
Además, al focalizarnos solo en las fortalezas de otra persona no reconocemos aquellas características, aptitudes o logros personales, es decir con facilidad se corre el riesgo de dejar de verse a uno mismo de manera objetiva y realista.
Entonces,
al ser un comportamiento tan natural y en ocasiones inevitable porque todos nos
comparamos con otras personas de vez en cuando, no debemos sentirnos mal por
hacerlo, pero sí debemos ser conscientes de los momentos o situaciones ante las
que nos comparamos con otros y buscar la manera de convertir los riesgos de
esta comparación en oportunidades de mejora y crecimiento.
Algunas preguntas que pueden ayudarte a observar qué te lleva a la comparación y a cambio generar consciencia pueden ser:
¿Cuándo te comparas más?
¿Compararte te lleva a aprender otras cosas o mejorar?
¿Eres capaz de observar lo que has logrado por ti mismo?
¿Ves lo que te gustaría lograr o tener en otras personas, pero eres capaz de integrar también lo que te gusta o admiras de ti mismo?
¿La comparación la vives como competencia?
Si hacemos este autoanálisis cuidadosa y honestamente, podríamos disminuir el malestar que nos genera la comparación.
Veamos algunas importantes recomendaciones:
1- Mejorar como personas trabajando en nuestras inseguridades o complejos, aumentando la confianza en nosotros mismos viendo que si otros pueden alcanzar metas específicas nosotros también podemos.
2-Identifica tus fortalezas y debilidades, es muy efectivo escribir una breve lista. De esta manera, podrás enfocarte en tus propios logros y metas. Piensa en lo que eres bueno y en lo que necesitas mejorar, y trabaja en ello día a día.
3- Conoce lo que sí funciona, de pronto las buenas acciones; así como aprender de los errores de otros nos puede ayudar a no cometerlos, también el ver las cosas que sí funcionan nos puede dar una idea del camino a seguir para obtener mejores resultados.
4- Busca fuentes de inspiración. Esto puede incluir libros, películas, personas o cualquier cosa que te motive y te inspire ser cada vez una mejor versión de ti mismo.
5- Celebra tus logros. No importa lo pequeños que sean, cada logro cuenta y debes estar orgulloso de ti mismo. Siempre que logres algo que te haya costado esfuerzo, tómate un momento para celebrarlo.
6-
Rodéate de personas positivas: Las personas con las que uno se rodea tienen un
gran impacto en nuestra vida. Si quieres dejar de compararte con los demás,
rodéate de personas que te apoyen y te animen en tus logros y metas, o que te digan
sinceramente cuando estás fallando en algo. La gente negativa o tóxica te puede
hacer sentir inferior y desanimado, así que evítalas en la medida de lo
posible.
7- Practica la gratitud. Porque en lugar de enfocarte en lo que no tienes o en
lo que te falta, enfócate en todo lo que tienes y en todo lo que has logrado
hasta ahora. Practica la gratitud diariamente, mira a tu alrededor y de seguro
conseguirás motivos para agradecer por las cosas buenas que tienes en tu vida.
1. Soy único y valioso en mi propia forma.
2. No necesito compararme con los demás para demostrar mi valor.
3. Cada persona tiene su propio camino y tiempos.
4. Me enfoco en mis propias metas y objetivos.
5. Acepto el fracaso como un maestro que me ayuda a crecer.
Entonces, como vemos, la comparación con otros será inevitable, pero debería ocurrir principalmente con nosotros mismos en una constante búsqueda de mejora personal.
Ps. Rocxana Croce P.