Se habla mucho de los aspectos positivos del amor. Nosotros, como sociedad, minimizamos el peligro, la ansiedad y la decepción. Romantizamos el romance.
Helen Fisher
Las red flags son señales de alerta que normalmente se relacionan con el peligro, advierten un escenario peligroso para evidenciar actitudes y comportamientos que podrían llegar a tener las personas como señales de prevención.
Pueden indicar que algo no anda bien con una persona, por
ejemplo, si vives una relación difícil, complicada y quieres visibilizarlo, es
momento de usar la red flag.
Existe el opuesto de este término, las green flags o banderas verdes que son más bien
comportamientos o señales positivas.
En las relaciones sentimentales, las red flags muestran que la persona
probablemente no se encuentra en una relación afectiva sana y seguir adelante
sería peligroso. En algunas ocasiones esas banderas pueden ser menos extremas
que otras, pero siempre se debe tener en cuenta las señales de alerta.
Por otro lado, también una red flag puede
evidenciar comportamientos machistas, racistas, homofóbicos.
¿En qué situaciones puedes identificar una
red flag?
De alguna manera si quieres visibilizar algunas
advertencias de que no estás en una relación sana, puedes identificarlas si
tienen alguna forma de abuso verbal, emocional, psicológico y físico.
Si comienza a tener celos y desconfianzas, si tus amigos
comienzan a decir que no les agrada tu pareja, es porque ciertamente vieron
algo que tú no has notado.
Todos los escenarios son diferentes y siempre hay espacio
para cambiar, pero una red flag indica un problema que la otra
persona debe abordar para tener una relación saludable contigo, con ella o
él mismo y con los demás.
Y ¿cuándo aparece en una relación?
Es posible que no aparezca esa 'red flag' cuando se está
comenzando una relación, y si suceda cuando está ya está un poco más
consolidada la relación. Pero no hay que asustarse. Lo importante, sobre todo
es detectar la red flag, no dejarlo pasar, abordarlo asertivamente y cuidando
la comunicación.
Otra de esas diferencias que pueden aparecer en una
pareja e ir mostrando banderas rojas, son las que tiene que ver con el proyecto
de vida. Si una de las partes quiere ir a vivir juntos, casarse y tener hijos y
la otra no, y ambas tienen muy clara su posición, es probable que la relación
no pueda mantenerse.
Cuando las cosas no son tan extremas hay que comunicarse.
Es esencial dentro de una pareja o vínculo afectivo, conocerse un poco más,
adaptarse mutuamente y negociar dentro de la relación.
Diez situaciones que representan señales de
alerta o red flags más comunes:
1. Comportamientos
agresivos y de abuso
La conducta agresiva no solo se refleja a través de los
golpes o agresiones físicas, sino en los comentarios, frases o actitudes
que tienen los familiares o las personas con las que nos
vinculamos. Incluso estas conductas pueden llegar a normalizarse debido a
que la persona se acostumbra a que se les trate mal porque muchas veces piensa
que si se les pega es por su bien, porque aquello a su vez, es probable
que se lo enseñaron sus padres para justificar sus maltratos físicos y poco
control emocional.
2. Control
excesivo y celos
Otra señal son los celos, el control y la desconfianza
sobre alguien que puede desembocar en un problema en la relación, ya que la
parte afectada puede sentirse muy vigilada en algunos aspectos.
Una pareja que ejerce control sobre otra, probablemente
tiene problemas personales profundos en los que debe trabajar. Si la
pareja trata de controlar a quién ve, con quién habla, a dónde va, en qué y
cómo gastas tu dinero, qué hace en línea, qué ropa usa, qué escucha o incluso
qué come.
En un inició pueden hacerlo de forma sutil, pero es
importante estar atento a si hace comentarios negativos sobre los
aspectos descritos, debido a que puede ser una señal de alguien que busca
controlar, un rasgo que se hará más intenso con el tiempo.
A veces, incluso quién controla puede hacer que lo elijas
sobre otras personas importantes en tu vida (familiares o amigos) como una
expresión de «amor».
Hay frases de desconfianza que advierten posibles red
flags como, por ejemplo:
“Solo quiero cuidarte, hay muchos peligros en la calle”
“amor, tienes que contármelo todo, para protegerte y
ayudarte”
“El No me controla, él se preocupa por mí”
Es importante tener en cuenta dónde se encuentra el
límite en una relación.
3. Autoestima
sobrevalorada
Uno de los mayores pilares para tener una buena relación
es disculparse, perdonar y comprometerse el uno con el otro.
Si una de las partes de la pareja no es capaz de
reconocer sus errores o disculparse, puede ser que nos encontremos ante una
señal de alerta.
Estas señales se pueden manifestar mediante frases como
“Yo nunca me equivoco” o “Siempre tengo la razón”.
Una persona con autoestima sobrevalorada busca tapar
sus errores haciéndo sentir culpable a su pareja. Si no asume sus responsabilidades y errores,
seguramente no esté preparado para tener una relación, aún se encuentra en una
etapa de inmadurez que le impide dar y recibir amor de una forma plena.
4. Impulsividad
La falta de control emocional es una señal evidente de
alerta, si la persona reacciona de una forma desmedida, no se debe pasarlo
por alto.
Observa la ira en tu pareja. Si la persona se enfada con
facilidad, si tiene frecuentes arrebatos explosivos o cambia de emociones
rápidamente, es decir, pasa de la felicidad a la rabia, ello muestra una falta
de capacidad para regular sus emociones de una manera saludable y es
desagradable e incluso preocupante, estar cerca de alguien así.
5. Consumo
de sustancias, drogas o alcohol
El consumo de sustancias como drogas nunca lleva a nada
sano ni bueno, ello sin duda le impide a la persona formar lazos de compromiso
y responsabilidad. Quien ingerir ese
tipo de sustancias no solo le daña a sí mismo, sino también a su entorno más próximo,
por ello es mejor alejarse o hacer que busque ayuda.
6. El
‘ghosting’ y el gaslighting.
El Ghosting es cuando una persona desaparece de la
noche a la mañana. Cuando deja de contestar a tus mensajes, deja de
comunicarse contigo de la nada y en muchos casos intenta volver a contactarse
contigo luego de un periodo de tiempo.
El gaslighting, es una forma de manipulación y
abuso psicológico en la cual una persona intenta que la otra cuestione su
propia percepción, cordura o memoria. Y
esto no es exclusivo de las parejas,
puede presentarse también en otro tipo de vínculos como familiares, sociales.
7. Antecedentes
de infidelidad
Las relaciones en sí misma, requieren de confianza para
tener éxito. De este modo, si tu pareja tiene antecedentes de infidelidad, es
importante que sepas el por qué sucedió y lo tengas en cuenta antes de ir a más
en la relación. Incluso si tu pareja ha demostrado un cambio, debes preguntarte
si te sientes cómodo/a dentro de una relación sabiendo que alguien ya ha sido
infiel.
8. Problemas
de salud mental no tratados
Las personas que tienen un problema de salud mental
y no los abordan siendo conscientes de ello, también son una red
flag para tener en cuenta. Esto no implica que las personas con un
trastorno psicológico no puedan tener relaciones saludables, sino que cuando
estas condiciones no se tratan pueden comportar muchos problemas dentro del
vínculo.
9. Complejo
de superioridad
Cuando una persona te hace sentir constantemente menos que él o ella, esto te acabará afectando a la larga. Por lo tanto, se trata de una red flag que debemos tener en cuenta, ya que puede acabar generando un problema de autoestima.
10. No tener los mismos objetivos dentro de la relación
Cuando las metas dentro de una relación no son las
mismas, esto podría ser una red flag. Aunque esto no se trata de una señal
de alerta en el sentido de que no es un problema personal en el que se debería
trabajar, la realidad es que no tener el mismo compromiso en una relación puede
acabar afectando la salud mental de ambas partes.
Estas son algunas de la red flags que deberíamos tener en cuenta dentro de una relación. Aun así, es importante considerar que muchas de estas señales se pueden solucionar con un trabajo interior y en la relación.
Si detectas estas banderas rojas, es recomendable acudir
a un psicólogo.
Por último, es importante tener en cuenta que: