Cuando estar enamorada significa sufrir,
estamos amando demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras
conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus
ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con
"él...", estamos amando demasiado.
Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter,
su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y
tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando leemos un libro de autoayuda y
subrayamos todos los pasajes que lo ayudarían a él, estamos amando demasiado.
Cuando no nos gustan muchas de sus
conductas, valores y características básicas, pero las soportamos con la idea
de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él
querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.
Cuando nuestra relación perjudica nuestro
bienestar emocional e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física, sin
duda estamos amando demasiado.
Características emocionales:
-Esperan que él reaccione, conservan la
esperanza y se esfuerzan para que él cambie.
-Aceptan más del 50 % de la
responsabilidad de lo que no funciona en la pareja.
-Su amor propio es bajo, por ello
“quedan pegadas” a lo que no funciona ni las hace felices.
-Necesitan controlar a sus hombres y sus
relaciones pero lo disimulan bajo la apariencia de ser “útiles”.
-Están mucho más en contacto con sus
sueños que con su realidad.
-No hay atajos para salir del patrón de
amar demasiado.
-Cada mujer que ama demasiado, se
autoengaña, se dice que su problema no es tan grave. Darse cuenta de que son
víctimas, empezar a buscar lo que es bueno para ellas, recorrer el camino hacia
la recuperación es todo un desafío. Porque si bien es difícil la vida para toda
mujer que “ama demasiado”, más aún lo es el tomar conciencia de su
“enfermedad”.
Pasos para la recuperación:
1. Busca ayuda
2. Haz que tu recuperación sea la prioridad absoluta en
tu vida.
3. Busca un grupo de apoyo en tu comunidad integrado por
pares que te entiendan.
4. Desarrolla su lado espiritual mediante la práctica
diaria.
5. Deja de manejar y controlar a los demás.
6. Aprende a no engancharte en los juegos.
7. Enfrenta con coraje tus propios problemas y defectos.
8. Cultiva lo que necesites desarrollar en ti misma.
9. Vuélvete “egoísta”
Comparte con otros lo que has experimentado y
aprendido
Robin Norwood