EL ARTE DE SABER ESPERAR
Las cosas no siempre suceden a la velocidad que nos
gustaría. No podemos siempre acelerar las situaciones y obtener los resultados
que queramos; esto sería vivir presionarnos, con tensión y finalmente invadidos
por el estrés.
Tener paciencia es aceptar el hecho de que el tiempo
avanza a la velocidad del tiempo y no a la de nuestras expectativas. No podemos
controlar todo lo que nos sucede.
El sabio rey Salomón escribió: "El que corre
más rápido no siempre gana la carrera; el ejército más poderoso no siempre gana
la batalla; el más sabio no siempre consigue dejar de ser pobre; el más astuto
no siempre consigue hacerse rico y una persona educada no siempre recibe la
recompensa que merece. Todos tienen sus buenos y malos tiempos. Nadie sabe qué
le irá a pasar".
Es necesario proveernos de paciencia sobre todo
frente a las circunstancias que no se pueden controlar o no está en nuestras
manos.
Entonces ¿qué hacer?
Bajemos el ritmo, centrémonos en el presente,
pensemos en qué factores sí podemos controlar, seamos creativos para encontrar
alternativas y sino no hay más que hacer, hay que esperar con serenidad, con
actitud positiva, finalmente es proveernos de paciencia.
Porque nada dura para siempre.
Dejemos de cultivar la impaciencia.
Rocxana Croce P.