El enfado es un mecanismo de defensa. Si estas a la defensiva es porque tienes miedo. Louise Hay.
Estar a la defensiva en determinadas situaciones,
ante algunas frases y frente a ciertas personas nos hace comportarnos de
manera defensiva, reaccionamos como si fuera una amenaza y saltamos en
automático poniendo nuestra alerta máxima a funcionar, una especie de aviso de
que acecha un peligro.
¿Cuáles son las razones?
- Experiencias negativas anteriores ya sea decepciones, malos tratos,
agresiones
-Una mala relación con determinadas personas en el pasado, posiblemente humillaciones, burlas, abusos, etc. constituyen aspectos que
determinan la respuesta defensiva.
-Cuando estamos atravesando una etapa de estrés, donde el
agotamiento y cansancio nos invaden y no toleramos la más mínima provocación.
-Inadecuado manejo de nuestras propias emociones.
-Inadecuado manejo de nuestras propias emociones.
-Porque no queremos que invadan nuestra intimidad, cuidamos nuestro
espacio personal con mucho celo.
Si bien estas son razones que explican nuestra conducta, no justifican el
mantenimiento de dicho proceder. Además se bloquean los canales de la comunicación, nos podemos
volver obstinados en el pensamiento y no consideramos las ideas o criterios
de la otra persona.
El peligro es que esta forma de conducta la generalicemos y
se convierta como una forma de respuesta en muchos contextos y con varias
personas, que a futuro afectara nuestra relaciones interpersonales.
Se debe analizar la conducta y manejarla racionalmente, confiando en nuestras capacidades, aprender a gestionar nuestras emociones para reducir los niveles de tensión y desgaste a la que nos sometemos con esta actitud.
Se debe analizar la conducta y manejarla racionalmente, confiando en nuestras capacidades, aprender a gestionar nuestras emociones para reducir los niveles de tensión y desgaste a la que nos sometemos con esta actitud.
¿Cómo podemos darnos cuenta que estamos a la defensiva?
-Cuando constantemente usamos los "pero" más de lo necesario
-Cuando se sacan conclusiones apresuradas sin analizar o pedir explicaciones
-Cuando la relación termina siendo una batalla sin tregua y se quiere
ganar sea como sea
-Cuando se recurre al sarcasmo como instrumento de defensa ante la idea
de que somos atacados
-Cuando sostenemos argumentos falsos o engañosos para no ceder ni
un milímetro frente al posible adversario, cerrándonos al dialogo
¿Cómo dejar de estar a la defensiva?
1. Preguntar cuando no entendemos
algo: que la persona nos explique lo que nos ha querido decir para no
basarnos solo en suposiciones. Incluso aceptar el hecho de que podemos no estar
de acuerdo.
2. Entender que la otra persona no es
nuestro adversario, que las relaciones interpersonales no son una
lucha donde alguien gana y otro pierde. Tener una mente más tolerante y abierta
a otras opiniones.
3. Manejar nuestras emociones, ello
implica autocontrol, poner más cerebro para evitar responder incluso con
el hígado. Ayudará trabajar estilos de respuestas asertivas.
4. Enriquecer nuestra autoestima para
fortalecernos como personas capaces, que no necesariamente estamos
siendo pisoteados o agredidos; reforzando nuestra seguridad personal para ser
más receptivos.
5. Trabajemos la confianza, porque no
todas las personas son malas, aprendamos a confiar en los demás, escuchémoslas, no nos cerremos de antemano.
6. Aprendamos a relajarnos, dejemos
que la actitud impulsiva vaya cediendo el paso a una actitud más serena y
reflexiva. Es beneficioso aprender técnicas de relajación y de mindfulness (atención
y conciencia plena).
Indudablemente todo ellos toma
tiempo, implica analizarnos a nosotros mismos, aprender a controlar nuestras
emociones, adoptando una actitud de apertura y diálogo que nos traerán más
ventajas de las que ignoramos.
R.C.