martes, 2 de septiembre de 2025

Reinventarse después del adiós

Por dura que haya sido la experiencia, por costoso que haya resultado el error, siempre es posible volver a empezar. (Jorge Bucay)

Una ruptura no es solo una pérdida, también es una oportunidad para redescubrirse, para darse la bienvenida a uno mismo

¿Qué pasa luego de una ruptura afectiva?

Sin duda que dependerá de la magnitud y calidad de vinculo que se haya tenido con la pareja, y puede haber un impacto psicológico después del adiós.

A nivel del cerebro, ocurre que las emociones luego de la ruptura, se activan zonas cerebrales similares al dolor físico.

Además, hay reacciones comunes como la tristeza, ansiedad, el insomnio, la pérdida de apetito, la desmotivación.

Puede presentarse el “síndrome de abstinencia emocional, es decir que la mente busca al ex como una adicción.

Revisemos y recordemos que el proceso de duelo presenta fases:Negación: hay un shock ante el término de la relación, una reacción inicial donde se puede expresar en la frase “No puedo creer que se acabó”.

2.        Ira o resentimiento: Acá la persona puede sentirse irritable, mostrar enfado, a veces hacia sí misma o hacia otras personas en forma de autorreproches o búsqueda de culpables. 

3.       Negociación: En esta etapa, la persona busca encontrar formas de revertir la pérdida o minimizar su impacto. Se pueden hacer promesas, buscar soluciones alternativas o negociar con un poder superior. 

4.        Dolor y tristeza profunda: que conlleva a apatía y falta de ilusión por la vida. La persona puede sentirse aislada, experimentar cambios en el sueño o el apetito, y tener dificultad para adaptarse a la nueva situación. 

5.        Aceptación y apertura a lo nuevo: Finalmente, la persona acepta la pérdida y comienza a adaptarse a una nueva realidad sin la persona que ya no está en su vida. Se establece un nuevo orden en la vida, se forman nuevos vínculos y se recupera la ilusión por el futuro. 

¿Cuánto dura un duelo por separación?

La duración del duelo es muy variable y depende de factores individuales, como la intensidad del vínculo, la duración de la relación y la personalidad de cada persona. En general, se considera que un proceso de duelo saludable puede durar entre seis meses y un año y medio, según la Asociación Norteamericana de Psicología. Este período es variable y depende de cada persona y las circunstancias de la relación.

En este proceso existen Creencias y trampas mentales que frenan la recuperación

Mito 1: “Nunca voy a encontrar a alguien como él/ella.”
→ Replanteando esta creencia podemos pensar que hay otras personas que pueden sumarme a mi vida en el tiempo.

Mito 2: “Estar sola es un fracaso.”
→ Esto es una idea social y cultural de la pareja como requisito de valor personal que no es válida.

Mito 3: “Tengo que rehacer mi vida rápido.”
→ La prisa no ayuda al proceso de la sanación. Todo tiene su tiempo.

 

¿Y Cómo terminar una relación de forma respetuosa?

Si se decide terminar una relación, es importante hacerlo de manera honesta, asertiva y respetuosa.

A continuación, algunos consejos son: 

1-       Comunicarlo en persona: es mejor hablar con la pareja cara a cara, evitando los mensajes de texto o correo electrónico.

2-       Ser claro y sincero: Explicar las razones de la ruptura de forma sincera, clara y respetuosa, sin ser hiriente ni agresivo.

3-       Dar espacio: Después de la ruptura, es importante darse un tiempo y espacio para procesar la situación.

4-       No prometer quedar como amigos si se siente poco sincero o se ve difícil o forzado: es mejor no prometerla solo para suavizar la ruptura o quedar bien.

 

En resumen, terminar una relación es un proceso doloroso, pero es posible superarlo y seguir adelante con crecimiento personal.

Dar tiempo al duelo, buscar apoyo y cuidar de uno mismo son claves para sanar y encontrar la felicidad de nuevo. 

Lo que continua es el proceso de reinventarse y esto es a través de:

A. Reconectar con uno mismo, a través de actividades que se dejaron de lado. También es oportuno la práctica de la introspección y autoconocimiento. Explorar nuevas actividades, hobbies o aprendizajes.

B. Cuidar el cuerpo y la mente: a través de la práctica de ejercicio físico como regulador emocional.  Cuidar nuestra alimentación consciente y buscar terapia psicológica como acompañamiento.

C. Redefinir tu identidad. Darse la oportunidad en una nueva hoja, de escribir tu historia personal: ¿quién eres sin esa relación?  También es oportuno crear nuevos hábitos, y metas.

 Algunos ejercicios prácticos que pueden ayudar en este proceso son:

  • Tener un Diario del Renacer: donde cada noche se puede escribir una cosa aprendida de la ruptura y una acción para ti.
  • La Carta de cierre: donde se pueda escribir (sin enviar) una carta al ex para soltar lo pendiente.
  • El Mapa de posibilidades: donde puedas escribir una lista de cosas que siempre quisiste hacer y que ahora puedes iniciar.


Por último, cuando uno cierra una puerta, no es para quedarse en la oscuridad, es para abrir las ventanas y dejar que entre la luz.

Ps. Rocxana Croce P.

La adicción a la pornografía: una mirada psicológica.

Andrea:

“Yo me enteré casi por accidente de que Julián veía pornografía todos los días. Al principio pensé que era algo normal… no quise hacer un lio. Pero después empecé a notar que se alejaba de mí. No me buscaba tanto, y cuando estábamos juntos, era como si no estuviera del todo presente. Yo Sentía que competía con algo que no podía alcanzar. Y me empecé a preguntar: ¿no soy suficiente? ¿no le gusto? Me sentí rechazada, sola en la relación.”

Julián:

“Este tema Para mí no era algo contra ella. Sinceramente no era que no me atrajera mi pareja. era ya algo como automático…y lo hacía para relajarme, para escapar del estrés de mis actividades, de mis propias inseguridades. Recibía placer rápido y sin complicaciones. Pero no veía el daño que estaba causando a mi pareja. Sin embargo, ella noto esto en mí y me lo dijo con preocupación y lágrimas.  

ahí caí en la cuenta de que la estaba afectando a ella y alejándola de mí. Le pedí que vayamos a terapia, que me ayude a buscar ayuda. Felizmente fue comprensiva y tuvo paciencia…y en eso estamos.”


Laura:

“No fue fácil. Yo tenía mucha bronca, mucha tristeza. Me sentía traicionada, aunque no hubiera una infidelidad concreta. Pero fuimos a terapia de pareja. Y ahí entendí que esto no era algo que él hacía contra mí, sino algo que él no sabía cómo manejar solo.”

Andrés:

“Trabajamos mucho en la comunicación, en poner límites, en recuperar el contacto real. Aprendí a hablar de lo que siento en vez de huir. Y ella… bueno, ella tuvo una paciencia que todavía me conmueve. No se trata solo de dejar el porno. Se trata de reconstruir la intimidad, con honestidad y ternura.”


La pornografía como analgésico emocional

Mucha gente no consume pornografía solo por placer. La usa para calmar la ansiedad, el aburrimiento, la tristeza, la soledad.

Es como un analgésico emocional. Una vía rápida para no sentir.

En psicología lo llamamos “conductas evitativas”: acciones que usamos para no conectar con emociones dolorosas.

El problema no es el porno en sí. Es que muchas veces lo usamos como sustituto de algo que nos falta: conexión, calma interna, afecto, reconocimiento.


¿Qué pasa a nivel del cerebro?

La pornografía sobreestimula el sistema de recompensa del cerebro.

Cada clic genera dopamina. El cerebro se acostumbra, pide más, y lo que antes excitaba ahora ya no basta. Como con cualquier adicción.

Y no es solo física. Es emocional. Porque no solo buscamos excitación…sino también buscamos consuelo.

Muchos entran en un ciclo:

Estrés – pornografía – alivio momentáneo – culpa – más estrés – más pornografía.

Es un ciclo cerrado. Y el problema no es el contenido, sino lo que representa para la persona.

 

¿Me estoy excitando, o estoy intentando no sentir?

Detrás del consumo excesivo de porno hay muchas veces heridas emocionales tales como:

  • Dificultad para conectar emocionalmente con otros.
  • Miedo a la intimidad.
  • Autoestima baja.
  • Vergüenza del propio deseo.
    El porno se vuelve entonces un lugar seguro… pero también un lugar solitario.


La solución no está en prohibirse. Está en comprender.

En preguntarse:

¿Qué necesito realmente cuando entro a ver porno? ¿Qué estoy evitando sentir? ¿De qué me estoy escapando?

Cuando dejamos de pelear con el síntoma, podemos empezar a escuchar lo que hay debajo.

Y ahí, empieza la verdadera libertad.

 

Causas psicológicas comunes de la adicción a la pornografía

  1. Regulación emocional deficiente
    Muchas personas usan la pornografía para manejar emociones difíciles como ansiedad, tristeza, aburrimiento o soledad.
    Es una forma de automedicación emocional.
  2. Falta de conexión afectiva real
    la pornografía ofrece una ilusión de intimidad sin riesgo. Cuando hay miedo a la cercanía o experiencias de abandono, puede parecer más seguro recurrir a lo virtual.
  3. Refuerzo de dopamina y hábitos cerebrales
    El consumo frecuente sobreestimula el sistema de recompensa. El cerebro aprende que cada clic es placer rápido, y pide más.
  4. Modelos aprendidos desde la adolescencia
    Muchas personas comenzaron a ver la pornografía desde muy jóvenes, cuando el cerebro todavía estaba desarrollando sus patrones de apego y excitación.
    Esto puede crear asociaciones rígidas entre excitación y ciertos tipos de estímulos.
  5. Autoestima baja o vergüenza del deseo
    la pornografía puede ser un refugio cuando hay conflictos con la propia sexualidad, miedo al rechazo o sensación de “no ser suficiente”.

 

Tratamientos psicológicos más eficaces

  1. Psicoterapia individual, en especial el enfoque cognitivo-conductual o psicodinámico)

    • Trabaja los pensamientos automáticos relacionados con el deseo, la culpa y el cuerpo.
    • Ayuda a identificar emociones evitadas que se están canalizando en la pornografía.
    • Explora heridas emocionales que pueden estar en la raíz del problema (abandono, vergüenza, trauma, etc.).
  2. Terapia basada en la regulación emocional

    • Enseña al paciente a identificar y sostener emociones difíciles sin tener que anestesiarlas.
    • Se enfoca en desarrollar tolerancia al malestar, una habilidad clave.
  3. Grupos de apoyo

    • Espacios donde hablar del problema sin ser juzgado.
    • Ayudan a romper el aislamiento y la vergüenza.
    • Refuerzan el sentido de comunidad y responsabilidad compartida.
  4. Mindfulness y meditación

    • Aumentan la conciencia del impulso antes de actuar.
    • Fortalecen el “espacio entre estímulo y respuesta”.
    • Fomentan la autocompasión.

 

  1. Intervenciones conductuales

    • Establecer bloqueos o filtros en dispositivos.
    • Crear rutinas saludables que disminuyan el tiempo ocioso y los disparadores.
    • Llevar un diario del impulso: ¿cuándo aparece? ¿qué lo detona?

Reflexión final:

“Cuando hay amor y compromiso, es posible transformar incluso lo que parece una crisis insalvable. A veces, el primer paso es dejar de esconderse… y empezar a hablar.”

 

Reinventarse después del adiós

Por dura que haya sido la experiencia, por costoso que haya resultado el error, siempre es posible volver a empezar. (Jorge Bucay) Una ruptu...