martes, 20 de mayo de 2025

La importancia de poner los límites

 

«Es que no sé cómo ponerle un pare”, «No me sale», «Siempre termino por ceder”, “Me siento una tonta y me quedo callada», «Sólo si me enfado me sale»

Ps. Rocxana Croce P.


En la consulta es bastante frecuente escuchar a muchas personas estas frases cuando describen lo difícil que les cuesta poner límites.

Aprender a poner límites es imprescindible para construir nuestra autoestima con base firme.

Los límites son las expectativas y necesidades que nos ayudan a sentirnos seguras y cómodas en nuestras relaciones interpersonales.

Es decir, en una relación las expectativas te van a ayudar a mantenerte en un estado mental y emocional sano. Aprender a decir “no” y cuándo decir “sí” son una parte esencial para que puedas sentirte cómoda en el momento en el que interactúas con los otros.

Establecer límites saludables te va a proporcionar seguridad en ti misma, te vas a sentir tranquila, respetada y serena.


¿Por qué te cuesta poner límites?

Existen infinidad de motivos. A modo resumen enumero las dificultades que más solemos ver en consulta:

1.Miedo al conflicto: la persona evita entrar en conflicto al sentirse incapaz de defender sus propias opiniones y el desacuerdo con el otro.

2.No tener claras las propias necesidades: la escasa diferenciación entre una mismo y los demás, provoca que no se sepa con certeza dónde empiezan las propias necesidades y las del otro.

3. Sentirte sin derecho a defender las propias necesidades inhibe la presentación de estas. Por ello, la persona al sentirse sin este reconocimiento llega a considerar que sus necesidades no son tan importantes como las de los demás.

4.Miedo al rechazo. La necesidad de ser aceptados o queridos lleva a la persona a permitir conductas que le incomodan o incluso hacen daño. las personas con este miedo pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables y confiar en sí mismas y en los demás.

5.Falta de asertividad: la persona tiene dificultades para comunicar sus límites provocando que evite hablar de ellos. De esta manera, refuerza y mantiene esta situación.

5.Bloqueo emocional ante el enfado de otra persona, esto hace que la otra persona se muestra sin capacidad de pensamiento y de reacción

6.Dificultades para manejar la frustración o rabia: la persona siente que no puede manejar estas emociones. Por este motivo decide “evitarlas” provocando así que el hecho que las ha provocado (la necesidad de poner un límite) no sea tenido en cuenta, y finalmente acaba por priorizar la demanda del otro.

 

Cuando ponemos límites ocurre que estamos poniendo en acción esa parte de nosotros que toma decisiones, que en base a hechos va adquiriendo experiencias sanas, porque puso a prueba sus creencias y confrontó la realidad.

Convertirse en adultos tiene que ver con ser capaz de ver las situaciones con más que una perspectiva. Ser capaces de imaginar que las cosas pueden ser de manera diferente. Poner límites es también cuidar el tiempo que tenemos para realizar las acciones que para nosotros son importantes.

Tenemos que aprender a preguntarnos qué queremos y qué no para comunicarlo de manera clara.

Evidentemente, cuando aprendemos a poner límites podemos ser un poco torpes o los ponemos a destiempo. Pero no importa.

Más vale ser consecuentes con nuestro pensar y sentir para ser coherentes al persistir en la práctica el establecimiento de los límites, porque es la manera de que, con el tiempo, lo ejercitemos de manera natural y no nos lleve tanta energía y dificultad como al comienzo.

Se trata de dedicarnos tiempo para el autoconocimiento, para tratarnos con la misma flexibilidad con la que tratamos a los otros, dedicarnos el mismo tiempo que le dedicamos a los otros…ir encontrando una relación con uno mismo que nos permita conocernos más y aprender a decir que no cuando queramos decir que no sin sentirnos mal después.

Para que una relación funcione es necesario que mantenga ciertos límites, considerando la individualidad de cada persona, sus experiencias y las expectativas de vida, la educación y los valores recibidos, su grado de autoestima, sus propios límites, etc.

En nombre del amor también se han cometido muchos daños, muchos excesos. Y es ahí donde justamente debemos de tener en cuenta que en una relación hay conductas que no deberíamos dejar pasar, aquellas que traspasan lo permitido porque van en contra de nuestros principios y convicciones.

Establecer límites claros en una relación es necesario, pero no siempre se conversa de antemano. 

Las personas a veces sienten temor de exponer sus límites por las consecuencias supuestamente desfavorables que estas puedan tener, piensan que si se manifiestan con honestidad y dicen lo que piensan a la otra persona, ello puede ser motivo de discordia, molestia o incluso que se termine una relación.

Puede ser además que se haya desarrollado un vínculo de apego con la otra persona, la dependencia emocional que mantiene comportamientos poco sanos como aguantar o soportar malos tratos, mentiras, etc.

En algunas situaciones y vínculos, existe el temor a perder o romper la relación, incluso con justificaciones como “ya va a cambiar porque me quiere”,  “ya le pasará, seguro está cansado”, etc.

Y si aún establecidos nuestros límites la persona los traspasa, los vulnera, hace daño y no los respeta de manera consecutiva, estamos en la necesaria obligación de salvaguardar nuestra salud emocional y ser responsables con uno mismo, de cuidarnos y mostramos cuanto nos estimamos.

Para ello debemos haber desarrollado una buena autoestima, que dé cuenta de la autovaloración, si uno mismo es capaz de decir las cosas como las piensa y siente, incluso con la posibilidad de ser capaz de estar solo.

Teniendo claro ello, será posible no bajar la cabeza, no someternos o dejar que se vulneren nuestros derechos, en una palabra, que no se nos maltrate.

Otro detalle, es importante gestionar la posible culpa que pueda aparecer en un inicio, para no ceder una vez más y empezar a tenernos primero en cuenta a nosotros mismos.

Para ello, resulta efectivo utilizar las autoafirmaciones para recordarte y decirte a ti mismo/a “me respeto y me acompaño, se cuidarme”. Ser consciente de que decir que no en algunas ocasiones es algo bueno para uno mismo, física y emocionalmente.

 Y esta es una actitud coherente con nuestros principios y valores y en armonía con las otras personas porque permitirá desarrollar una relación madura, sana y donde el respeto será la variable que se imponga sin necesidad de estarla pidiendo.

 

Beneficios de poner límites saludables:

ü  Vas a poder dejar claros tus principios, valores, criterios, opiniones, etc.

ü  Vas a darle valor y escuchar tu propia opinión.

ü  Vas a compartir con los otros de manera asertiva.

ü  Vas a permitirte mostrar tu propia vulnerabilidad con tu circulo de confianza.

ü  Vas a poder decir “No” sin sentir incomodidad.

ü  Vas a recibir un “No” como respuesta sin que te genere inseguridad o sentirlo como algo personal.

 

Porque, así como otras habilidades, el decir “no” es una habilidad que se tiene que entrenar. Debe ser practicada en numerosas ocasiones, para finalmente sentirnos cómodos con ella.

La menopausia


La menopausia no es un declive, sino un proceso natural que forma parte del cambio.

El climaterio consiste en un periodo de transición entre la edad adulta y la vejez, dentro del cual está comprendida la etapa de la menopausia.

Esto supone el término de la función reproductiva en la mujer debido a la edad. Como consecuencia de ello, aparecen los síntomas menopáusicos y algunas alteraciones en la salud.

 

¿Climaterio o menopausia?

El climaterio es una etapa en la vida de la mujer en la que pasa de un estado reproductivo a uno no reproductivo. Durante este tiempo, los ovarios comienzan a fallar en la maduración de óvulos y se produce un agotamiento ovárico, lo cual también está asociado con la disminución de estrógenos.

El climaterio suele confundirse con la menopausia. Sin embargo, la menopausia solamente hace referencia a la última menstruación de la mujer, hecho que ocurre dentro del climaterio.

Mientras que el climaterio es un proceso transitorio que ocupa varios años, la menopausia es un hecho puntual.

Normalmente, el climaterio empieza unos 5 años antes de la menopausia y se alarga hasta los 70 años, momento en el que empieza la etapa conocida como senilidad.

Por otra parte, la menopausia puede aparecer a una edad comprendida entre los 45 y los 55 años y, en este preciso momento, los ovarios de la mujer dejan de funcionar. La edad media de la menopausia está en los 51 años.

 

Fases del climaterio

El climaterio es un proceso fisiológico y normal en la vida de la mujer.

Puesto que la función ovárica va disminuyendo de manera lenta y progresiva, es posible diferenciar 3 fases dentro del climaterio:

- La Perimenopausia

comienza unos 2-3 años antes de la menopausia y finaliza un año después de haber tenido la última menstruación. En este periodo es cuando se alteran los ciclos menstruales y aparecen los primeros síntomas de la menopausia.

- La Menopausia

Consiste en el cese total de la menstruación una vez la mujer ha acumulado más de 12 meses sin sangrado menstrual. Esto representa el final de la vida reproductiva.

-La Postmenopausia

 Es la etapa posterior a la menopausia y tiene una duración más larga, de 10 a 20 años. Durante este tiempo, pueden aparecer alteraciones cardiovasculares, endocrinas y patologías como la osteoporosis.

Cabe destacar que las experiencias de cada mujer en estas fases del climaterio pueden ser distintas. Por ello, la duración, intensidad y síntomas del climaterio puede variar de una mujer a otra.

 

¿A qué edad empieza la menopausia?

Pese a que no hay edad establecida ni fija a la cual todas las mujeres les llega la menopausia, lo más habitual es que aparezca entre los 45 y los 55 años aproximadamente.

Aquellas mujeres que presentan la menopausia antes de los 45 años, se considera menopausia precoz. En cambio, si la menopausia aparecer después de los 55 años, se trataría de una menopausia tardía.

En definitiva, se calcula que la edad media de aparición de la menopausia es alrededor de los 51 años.

 

¿Qué síntomas causa la menopausia?

Existen muchos síntomas previos a la menopausia y durante el climaterio que vamos a comentar a continuación.

Alteraciones en la menstruación

Hay cambios en el sangrado y en la duración que se deben al aumento de la hormona FSH, la hormona folículo estimulante secretada por la hipófisis y a la disminución del estradiol y la progesterona producidos por el ovario.

Sofocos

Consisten en una ola de calor en la cara y el tronco que dura unos 2-4 minutos. Es el síntoma más común de la menopausia y se debe a la falta de estrógenos, lo cual afecta a la regulación del termostato corporal.

Sudoración nocturna

Son los sofocos que aparecen durante el sueño. La consecuencia de esto es la aparición de fatiga, irritabilidad, pérdida de concentración y cambios de humor en la mujer.

Sequedad vaginal y atrofia de la vejiga

También se deben a la falta de estrógenos. Además, aparecen los síntomas de picazón vaginal, dolor durante las relaciones sexuales e incontinencia urinaria. Por otra parte, el riesgo de sufrir una infección urinaria también aumenta.

Cambios en el estado de ánimo

Las mujeres que entran en la menopausia pueden sentir tristeza, depresión, dificultad de concentración, etc.

Sequedad de la piel

La falta de colágenos hace que la piel se vuelva más seca. Pierde su elasticidad y juventud características de años anteriores.

Dolores articulares

Las alteraciones hormonales hacen que las articulaciones, tendones, ligamentos y músculos de la mujer también sufran con la llegada de la menopausia. Además, estos síntomas suelen no desaparecer en el climaterio.

Aumento de peso

Porque la disminución de estrógenos también afecta al metabolismo de la mujer y la forma de distribuir la grasa en el cuerpo.

Otros síntomas

Son la presencia de migraña, pérdida del cabello, debilidad en las uñas, disminución del deseo sexual, aparición de vello facial, palpitaciones, pérdida de memoria, etc.

Pese a que no todas las mujeres presentan las mismas molestias durante la premenopausia, también hay el 10 % de las mujeres menopáusicas afirman no haber padecido ninguno.

Cuando los síntomas de la menopausia empiezan a aparecer, es recomendable visitar al ginecólogo para hacer una revisión y, en caso de ser necesario, aplicar una terapia hormonal sustitutiva que ayude a mejorar la calidad de vida de la mujer durante los próximos años.

 

Riesgos para la salud

A pesar de que no se trata de una enfermedad, la entrada en la menopausia puede provocar complicaciones en la salud física y mental de la mujer debido a la carencia hormonal.

Algunos de los riesgos para la salud durante el climaterio son los siguientes:

-Enfermedades cardiovasculares

Debido al aumento del colesterol, la arterioesclerosis, la hipertensión arterial o la obesidad son factores de riesgo que pueden desencadenar un ictus o cardiopatía coronaria.

-Enfermedades óseas

En relación con la osteoporosis que supone un deterioro y disminución de la masa ósea, lo cual aumenta el riesgo de sufrir fracturas en la cadera, columna vertebral, muñecas, etc.

-Aparición de cáncer de mama

Sobre todo, en las mujeres menopáusicas con sobrepeso. Por tanto, es importante hacer una mamografía cada 2 años aproximadamente para su prevención y diagnóstico temprano.

 -Las Alteraciones psicológicas

Algunas mujeres llegan a tener serios problemas emocionales con la llegada de la menopausia. La pérdida del atractivo, las imposiciones sociales en la manera de vestir o comportarse y el hecho de no aceptar que hemos envejecido son algunas de las causas que llevan a UNA POSIBLE depresión.

No es cierto que todas las mujeres a esa edad se vuelvan insoportables e intratables. Eso depende de la personalidad y de las experiencias previas. Puede haber cambios de humor, pero estos no son determinantes. Lo decisivo es la forma como evalúes lo que has vivido.

 

Tratamiento

En función de los síntomas y la edad a la que aparezca la menopausia, el ginecólogo puede prescribir una terapia de reemplazo hormonal que consiste en la administración de estrógenos y progesterona exógenos para intentar reducir los síntomas asociados a la menopausia. No obstante, algunos especialistas consideran que la terapia hormonal sustitutiva presenta algunos inconvenientes, como el riesgo de sufrir cáncer de endometrio o cáncer de mama.

Por otra parte, existen terapias naturales para aliviar los síntomas sin necesidad de recurrir a las hormonas. Por ejemplo, se recomienda cuidar la alimentación: seguir una dieta equilibrada y, además, tomar aportes nutricionales con isoflavonas de soja y lúpulo.

La soja y el lúpulo contienen flavonoides, unos fitoestrógenos muy potentes que aportan múltiples beneficios a las mujeres con la menopausia. Entre todas sus propiedades, disminuyen los sofocos, la ansiedad, el insomnio, etc. Además, los fitoestrógenos colaboran en el mantenimiento de la salud ósea.

 

Consejos para mejorar los síntomas

Aparte de lo ya comentado, existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a calmar los síntomas de la menopausia y mejorar la vida de estas mujeres

Hacer ejercicio moderado y mantenerse activa, ya que ayuda a prevenir la depresión y tener los músculos fuertes.

Mantener la temperatura ambiente fresca y evitar las bebidas muy calientes.

Tener unos buenos hábitos del sueño como, por ejemplo, levantarse y acostarse todos los días a la misma hora.

Evitar el tabaco, el alcohol y la cafeína.

No renunciar a la vida sexual y empezar a utilizar lubricantes e hidratantes vaginales.

Reducir el consumo de grasas y azúcares para evitar la tendencia a aumentar de peso.

No abusar de la sal, ya que aumenta la tensión arterial.

Tomar calcio es muy importante para evitar la osteoporosis. Por tanto, es recomendable el consumo de lácteos y vitamina D, la cual favorece la absorción del calcio.

Además de todas las recomendaciones anteriormente mencionadas, buscar apoyo en otras mujeres que se encuentren en esta misma etapa, también ayuda a mejorar el estado de ánimo.

 

Lo más importante EN ESTE PROCESO DE LA MENOPAUSIA es que aceptes este nuevo cambio y que veas en él una etapa natural de la vida que, como todas las etapas, viene con nuevos aprendizajes y crecimientos.

Los Celos, cuando el amor se mezcla con el miedo.

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