jueves, 14 de noviembre de 2024

El adulto autista


 “El mundo necesita todo tipo de mentes” Temple Grandin.

Imagen:Camila y yo.

Ps. Rocxana Croce P.

Las personas adultas con TEA se enfrentan a desafíos muy complejos en su día a día, tanto a nivel social, laboral como psicológico.

Los adultos con autismo presentan dificultades en la comunicación y la interacción social, hay presencia de comportamientos repetitivos o estereotipados, y dificultad para adaptarse a cambios en el entorno.

Aunque estas sean las características más típicas de los adultos con autismo, el TEA puede presentarse de formas muy diversas y por lo tanto estas características pueden variar notablemente entre las personas.

Pero el autismo también estar asociado coexistir con otras dificultades o trastornos como problemas en el sueño, trastornos en la alimentación, trastornos de ansiedad, depresión, o discapacidad intelectual.

Así pues, los síntomas del autismo pueden ser muy variados y es por este motivo que es importante conocer el autismo en todo su espectro clínico.

Los síntomas también pueden ir variando a lo largo de la vida de la persona y pueden ser más o menos evidentes en las distintas etapas de la vida.

 

Veamos los síntomas más habituales en los adultos con autismo:

Dificultad para iniciar y mantener una conversación

Evitación del contacto visual

Dificultad para expresar necesidades y deseos

Necesidad de mantener una rutina clara y estructurada

Preferencia en mantener siempre un orden claro y lógico para él o ella

Dificultad para comprender las emociones y las intenciones de los demás

Dificultades para generar y mantener las amistades

Suelen tener unos intereses y gustos muy restringidos y repetitivos

Se pueden pasar largas horas realizando la misma actividad

Dificultad para comprender las normas sociales y el lenguaje no verbal

Les puede costar comprender las bromas, la ironía y los sarcasmos.

Si no siguen tratamiento psicológico suelen desarrollar cuadros de ansiedad, depresión o estrés

 

¿Cómo detectar el autismo en adultos?

El autismo en adultos se detecta a través de una evaluación realizada por un equipo de profesionales de la salud mental como psiquiatras o psicólogos que estén especializados en el autismo y en la administración de las pruebas y test para el diagnóstico del autismo.

La evaluación del autismo en adultos incluirá:

-Entrevistas con el paciente y familiares para recopilar información sobre el historial de desarrollo, la conducta y los síntomas actuales.

-Administración de test específicos para la detección del autismo en adultos como el ADI-R o el ADOS-2.

-Pruebas neuropsicológicas para medir la capacidad cognitiva, la memoria y la atención.

-Pruebas de habilidades sociales y comunicativas para evaluar la capacidad del paciente para establecer relaciones sociales, comunicarse y comprender el lenguaje no verbal.

-Observación de la conducta en diferentes entornos, como en casa, en el centro de estudios, en el trabajo.

Si un adulto sospecha que puede tener autismo, es importante que busque atención para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento y soportes apropiados.

 

¿Para qué el diagnostico en la edad adulta?

Para una comprensión de las necesidades y habilidades únicas de cada individuo.

Para entender y manejar los conflictos sociales

Para hallar una explicación a las dificultades de la conexión social, a pesar seguramente, de los constantes intentos a lo largo de la vida.

Para ser más conscientes de los procesos implicados en la socialización, en cómo manejar las inflexibilidades, en la toma de decisiones y mejorar las competencias de comprensión y ajuste social.

Para manejar mejor la presencia de algunas comorbilidades como depresión, ansiedad, ira,

Para profundizar el autoconcepto.

Para una comprensión de las necesidades y habilidades de cada individuo, sobre todo de su entorno y la sociedad.

En suma, se trata de mejorar su calidad de vida.

 

El tratamiento del autismo en adultos:

Debe ser individualizado a las características y necesidades de la persona en el momento concreto de su vida.

Por lo general el tratamiento dirigido a los adultos con autismo incluye terapia psicoeducativa, del comportamiento y del lenguaje y la comunicación.

Esta intervención suele contener programas de habilidades sociales y también programas de integración laboral o aprendizaje de oficios.

En los adultos con autismo también es importante trabajar el autoconocimiento con el objetivo de que la persona comprenda sus características y necesidades personales para que así sea cada vez más capaz de adaptarse a las situaciones sociales y del día a día que va afrontando.

También es importante fomentar, en la etapa de la adultez, siempre que las posibilidades de la persona lo permitan, la adquisición de un empleo y el desarrollo de las habilidades de autonomía.

En el caso de las personas con autismo severo con discapacidad intelectual se pondrá el foco en mejorar su calidad de vida ya sea a través de los apoyos en el hogar o en la inclusión de la persona en centros residenciales de calidad.

 

Menciones a algunos Adultos con autismo famosos

Muchos adultos con autismo pueden llegar a ser destacadas dentro de sus campos laborales, académicos, profesionales.

De hecho, existen muchas personas adultas con autismo que han sido determinantes y muy destacados en campos como la ciencia, el arte, el activismo o el deporte.

Esto es un claro ejemplo de que las características de las personas con autismo, depende del entorno y contexto en el que se encuentren, y pueden dejar de ser dificultades para ser ventajas o grandes habilidades.

Algunos de los adultos con autismo más famosos son los siguientes:

Elon Musk, empresario e inversor de origen sudafricano conocido por ser el fundador de empresas tecnológicas como PayPal, Tesla, SpaceX, reveló en el 2021 estar dentro del espectro autista.

Greta Thunberg, es una activista medioambiental y ambientalista sueca, de chica fue diagnosticada con síndrome de Asperger o autismo nivel uno.

Temple Grandin, Es zoóloga, etóloga y profesora en la Universidad de Colorado y activista de las personas TEA

Susan Boyle, cantante escocesa que a los 47 años triunfo como ganadora en un programa, un fenómeno musical.

El hecho de que existan personas con autismo famosas y exitosas ayuda a desmentir el mito de que las personas con autismo no son capaces de llevar una vida llena y que no pueden triunfar en sus campos profesionales y personales.

Es muy esperanzador ver que gracias a los avances que se están dando en la comprensión de las características del autismo cada vez hay más personas con TEA que triunfan y que son determinantes en la evolución de la sociedad.

 

CONCLUSIONES

El autismo en adultos se manifiesta a través de dificultades en la comunicación, las relaciones sociales y la adaptación al entorno.

Pero como el autismo es un espectro, estas características pueden variar mucho entre las personas con TEA.

Los adultos con autismo enfrentan, debido a su autismo, desafíos en su vida diaria, tanto en el ámbito social como laboral y psicológico.

Algunos tienen dificultades para iniciar conversaciones o mirar a los ojos, y pueden tener comportamientos repetitivos.

Para diagnosticar el autismo en adultos, se necesita una evaluación realizada por profesionales capacitados, utilizando pruebas específicas como el ADOS-2 o el ADI-R.

Para ayudar a los adultos con autismo, es necesario brindarles un apoyo personalizado, que puede incluir terapias educativas, del comportamiento y del lenguaje. También es fundamental ayudarles a encontrar empleo y desarrollar habilidades para ser más independientes.

Aunque en la actualidad se detecta más el autismo en la infancia, todavía hay adultos con autismo que no han sido diagnosticados.

Es importante crear conciencia y ofrecer diagnósticos precisos para estas personas y que pueden alcanzar su máximo potencial y llevar vidas significativas y exitosas.

 


miércoles, 9 de octubre de 2024

El Poliamor


 Porque para quererte no necesito tenerte, te quiero libre; conmigo o sin mí. Te ofrezco mis brazos para estar juntos, o te doy mis alas para dejarte volar. Tú decides…

Jaime Sabines.

El término “poliamor” proviene de la combinación de las palabras griegas “poli”, que significa muchos, y “amor”, referente al afecto. El poliamor se define como la práctica, deseo o aceptación de tener más de una relación íntima y amorosa a la vez con el pleno conocimiento y consentimiento de todos los involucrados.

El concepto de poliamor, aunque parece moderno, tiene raíces históricas. Desde tiempos antiguos, diferentes culturas y sociedades han practicado formas de relaciones no monógamas. Sin embargo, el poliamor como se conoce hoy comenzó a tomar forma en la década de 1960, con el movimiento de liberación sexual y los cambios en la percepción social del amor y las relaciones.

El poliamor es una forma de relacionarse afectivamente y/o sexualmente con más de una persona al mismo tiempo, de manera consensuada, honesta y ética entre todos los involucrados. A diferencia de la monogamia, que presupone exclusividad amorosa y sexual con una sola pareja, el poliamor reconoce la capacidad de amar a varias personas simultáneamente y busca gestionar estas relaciones bajo principios de comunicación abierta, igualdad y respeto.

El poliamor desafía los modelos convencionales de relaciones y requiere una comunicación excepcional, manejo de los celos, y una comprensión profunda de los límites y necesidades propias y de los demás.

 

Características de un poliamor

Algunas de las características principales del poliamor según testimonios de personas que han ejercido esta práctica se enfocan en los siguientes puntos:

1.Comunicación y honestidad: La comunicación abierta y honesta es señalada como un pilar fundamental en las relaciones poliamorosas. La capacidad para dialogar sobre sentimientos, necesidades y límites es esencial para el mantenimiento de relaciones saludables y respetuosas. Esta transparencia ayuda a prevenir malentendidos y fomenta un ambiente de confianza y respeto mutuo.

2.Consentimiento y acuerdos: El consentimiento es otro pilar del poliamor. Todas las partes deben estar de acuerdo con la naturaleza de la relación y respetar los límites establecidos. Los acuerdos pueden variar de una relación a otra y pueden incluir aspectos como la intimidad, el tiempo compartido y las responsabilidades emocionales.

3. El manejo de los celos es un tema recurrente en las discusiones sobre poliamor. A través de la introspección y la comunicación, muchas personas encuentran formas de comprender y gestionar los celos, viéndolos como oportunidades para el crecimiento personal y la fortaleza de las relaciones.

4.Diversidad de relaciones: El poliamor permite explorar diferentes tipos de conexiones y relaciones, lo que puede enriquecer la vida emocional de los individuos. Esta diversidad se ve reflejada en la variedad de estructuras relacionales que eligen, desde relaciones jerárquicas hasta la anarquía relacional.

5. Desafíos socioculturales: A pesar de los avances, quienes practican el poliamor, enfrentan desafíos relacionados con el estigma, la incomprensión y la falta de marcos legales que reconozcan la pluralidad de las relaciones. Estos desafíos pueden impactar su bienestar emocional y la dinámica de sus relaciones.

 

Algunas relaciones poliamorosas más frecuentes que otras:

Poliamor jerárquico: En la cual hay una relación principal y otras secundarias o periféricas. De entre los diferentes tipos de poliamor, este es el que más se parece a las relaciones de pareja tradicionales en los países occidentales.

Polifidelidad: En este caso las relaciones íntimas están restringidas a un grupo de personas determinado en el que fuera de este círculo de personas, el contacto sexual no está permitido.

Anarquía relacional: Aquí las personas involucradas no tienen ningún tipo de restricción, aunque siempre se basa en el consenso y requiere de un grado de compromiso, estas no se fundamentan en la creación de expectativas a partir de los roles tradicionales de género.

 

¿El poliamor es lo mismo que la infidelidad?

No, el poliamor no es infidelidad. A diferencia de la infidelidad, que implica engaño y falta de consentimiento, el poliamor se basa en la honestidad, la comunicación abierta y el acuerdo mutuo entre todas las partes involucradas.

Que el amor no siempre es eterno y que acepta que el amor podría acabar, transformarse o estar ausente durante el vínculo donde implica la total desnudez emocional y comunicativa para hablar sobre lo que se espera, se quiere, se desea.

 

 Pros y contras de una relación poliamorosa:

No todas las personas están preparadas para este tipo de relación.

Una de las ventajas de este tipo de relaciones es la renuncia a la exclusividad, no hay miedo a una posible infidelidad, propio de las relaciones monógamas, por lo que hay más confianza. No tienes que renunciar a compartir afecto y sexo con quien te apetezca.

Sin embargo, aun estando supuestamente todos los términos claros, en muchas ocasiones resulta complicado deshacernos totalmente de los celos.

También pueden aparecer prejuicios, ya que no todo el mundo va a entender el poliamor, en nuestra cultura unas relaciones amorosas diferentes a lo establecido socialmente se miran con recelo.

Este tipo de relaciones suelen ser inestables, ya que los límites de la pareja están difusos, pues están entrando y saliendo parejas continuamente. Es decir, siempre hay personas interesadas en este tipo de relaciones.

Otra de las desventajas que se presenta es la planificación del día a día, ya que tienes que contar con varias personas a la vez.

No debemos de obviar la influencia que la sociedad y cultura ejercen sobre nuestro sentir. Hay otras formas de ver y sentir el mundo, ni mejores ni peores, solo diferentes.

 Se trata de que cada persona tenga la capacidad de escoger libremente la forma en la que desea relacionarse con las demás, para lo cual es imprescindible tener conocimiento de todas las opciones posibles.


Ps. Rocxana Croce P.

domingo, 25 de agosto de 2024

Síndrome del Impostor

Ps. Rocxana Croce P.
 

David Bowie contaba en sus entrevistas que solía despertarse con frecuencia pensando que era un fraude. Sus éxitos, en su mente, se debían solo a la casualidad. 

Lo mismo le sucede a Lady Gaga que, de vez en cuando, se percibe aún como esa adolescente que, víctima del bullying, dudaba de sus valías.


El síndrome del impostor es una sensación generalizada de inseguridad e incompetencia que afecta a personas capaces.

Es como una sombra que opaca todo talento.

Hay que señalar que no conforma ninguna entidad clínica por sí misma en el DSM-V. Como bien señalan en la revista "Psichoterapy", constituye una realidad psicológica en la cual, asumes que tus éxitos se deben a factores externos como la suerte o la ayuda de otras personas.

Fue descrito por primera vez en un artículo en 1978 por las doctoras Pauline Clance y Suzanne Imes. Las psicólogas habían notado una tendencia de muchas mujeres a expresar con dudas y temores sus grandes logros académicos y profesionales.

Hoy en día se ha aceptado que el síndrome del impostor afecta tanto a las mujeres como a los hombres y que no hace falta haber conseguido grandes éxitos en la vida laboral para sufrirlo. Sin embargo, algo que los psicólogos destacan en las personas que lo padecen es la presencia de una baja autoestima, un historial académico poco relevante, numerosas críticas durante la infancia o adolescencia, falta de seguridad personal, así como una pérdida de confianza en uno mismo.

El síndrome del impostor nos hace sentirnos equivocadamente indignos de los éxitos que logramos, movidos por la creencia de que no estamos a la altura de las circunstancias o de que lo que conseguimos sucede más por azar que por méritos propios. Un fenómeno que se presenta en hombre y mujeres suele afectar más a estas por la inequidad que, aún en la actualidad, se presenta en el mundo laboral.

Vivir en una sociedad como la actual, donde se magnifica el concepto de éxito y se penaliza el fracaso, puede también contribuir a generar un pensamiento infundado de que no somos lo suficientemente buenos.

El contexto social, familiar y profesional juega por eso un papel muy relevante en la aparición del síndrome del impostor, ya que las mujeres tienen, en general, que hacer frente a una mayor presión laboral que menoscaba su seguridad.

Aunque el síndrome del impostor (o impostora) se da prácticamente en cualquier ámbito laboral, los expertos consultados señalan con mayor énfasis a aquellos puestos de responsabilidad y dirección, principalmente de empresas tecnológicas, donde las mujeres están infrarrepresentadas; en contextos de emprendimiento y entornos académicos.

A menudo, las personas con Síndrome del Impostor sienten que no merecen el éxito que han obtenido y temen que se descubra que son un "farsante".

El síndrome del impostor puede ser muy debilitante y difícil de superar, pero hay muchas formas en que se puede afrontar. 

 

Signos y síntomas del Síndrome del Impostor

1ro-Constante sentimiento de inferioridad frente a los demás.

2do-Una sensación repetida de no merecer el éxito conseguido. La persona piensa que sus logros se deben a la suerte o a la ayuda recibida por sus compañeros.

3ro-Un temor a que se descubra “la verdad”, es decir, que la persona no se merece estar donde está en su vida laboral o que no es tan competente como los demás pensaban.

4to-Las constantes expectativas de fracaso, incluso en situaciones en las que normalmente consigue el objetivo marcado, dudas de sus capacidades.

5to-Una desconfianza hacia sus propias capacidades personales y/o baja autoestima.

6to-Ser demasiado crítico con uno mismo y perfeccionista.

 

Causas del Síndrome del Impostor

El síndrome del impostor es un fenómeno que se caracteriza por una sensación persistente de inadecuación y un profundo miedo a ser descubierto como un "fraudulento".

A menudo, las personas que sufren el síndrome del impostor son exitosas, pero nunca se sienten merecedoras de sus logros.

En lugar de atribuir el éxito a su propio talento o esfuerzo, culpan a la suerte o al azar.

 

Consejos prácticos para frente al Síndrome del Impostor

1-Acepta que todos tienen momentos de duda: Es normal sentirse como un impostor de vez en cuando. Lo importante es reconocer estos momentos y no permitir que se apoderen de ti.

2-Haz una lista de tus logros: Toma un papel y enumera todas las cosas en las que has logrado éxito. Esto te ayudará a recordar todo lo que has logrado y te hará ver tu progreso.

3-Identifica tus miedos: ¿Qué es lo que realmente te preocupa? ¿Te sientes inseguro porque no eres bueno en todos los aspectos de tu vida? Una vez que identifiques tus miedos, podrás trabajar en ellos.  

4-Acepta que todos cometen errores: No eres el único que ha cometido un error. Todos lo hacemos. Lo importante es aprender de los errores y evitar cometerlos en el futuro.

5-Pide ayuda: No tienes porqué saberlo todo, y es normal preguntar cuando no entiendes algo. Esto puede ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva diferente y puede que te sientas más seguro al saber que estás recibiendo apoyo.

6-Toma descansos regulares: cuando nos sobre exigimos y no descansamos lo suficiente podemos, caer en el síndrome del impostor más fácilmente. Tomate un tiempo para relajarte y descansar, es importante para mantener tu nivel de energía alto y evitar sentirte agobiado.

7-Aprende a decir "no": Esto te ayudará a sentirse más seguro de tu trabajo y evitará que te sientas abrumado por tareas demasiado grandes.

8-Acude a un especialista de la salud mental: Si te sientes muy agobiado y cansado, quizás la mejor forma de abordar el problema es hablar con un especialista de la salud mental.  
 

9-Aprender a confiar en uno mismo es un trabajo que conlleva tiempo, esfuerzo y paciencia. En ese sentido, adquirir nuevos conocimientos y prepárate constantemente es una buena forma de forjar la confianza.

Al abordar el síndrome del impostor, lo central es trabajar en tus cogniciones y creencias. En aquello que piensas de ti y en las narrativas que has integrado de tu entorno y de la propia sociedad.

 

Veamos alguno enfoques y estrategias:

Autoconciencia: si luchas con esta condición, es imprescindible que identifiques los pensamientos y emociones que refuerzan la idea sesgada de que eres un fraude. Es necesario que analices tus diálogos internos y los mensajes que te han hecho creer en tu familia desde la infancia.

Desarrollo de la autoestima: trabajar tu autoestima y tu autovaloración es fundamental con el fin de potenciar tu autoaceptación y autoconfianza.

Terapia basada en la lógica (LBT): este modelo, creado por Elliot D. Cohen en los 80, parte de la terapia racional-emotiva de Albert Ellis. Es muy útil para tratar la baja autoestima y la percepción de ser un fraude gracias a sus herramientas.

Reestructuración cognitiva: La Terapia Cognitivo Conductual es la más recomendada a la hora de identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y distorsionados que contribuyen a esta condición psicológica. El objetivo es reemplazar tales cogniciones por un enfoque mental más positivo.

Celebra tus logros: serás más feliz si valoras tus éxitos y competencias por pequeños que estos sean. Reconocer tus capacidades es defender tu espacio en la sociedad y entender, a su vez, que eres digno para conquistar tus sueños.

 

Por último, recuerda que eres un ser humano que debe valorarse, quererse y respetarse más. Mírate a ti mismo y aprecia lo que has conseguido, sigue avanzando porque crecer implica, a su vez, sortear los miedos e inseguridades para hacer realidad tus deseos.

martes, 30 de julio de 2024

Afirmaciones positivas


 


Recuerda que una afirmación es un traje a medida y sólo funciona si la practicas continuamente.

Ps. Rocxana Croce P.

¿Qué son las afirmaciones positivas?

Son frases que decimos en voz alta, o también en voz baja o hacia dentro, afirmando lo que queremos sentir, lo que sí queremos experimentar, lo que anhelamos y lo que deseamos decretar y concretar en nuestras vidas. 

¿Qué necesitamos hacer para que funcionen?

Partir de tu realidad tal y como es.

Creer que lo que estás diciendo es verdad.

Sentir cada palabra en tu mente y en tu cuerpo.

Afirmar de manera positiva lo que sí queremos experimentar.

Visualizar en nuestro interior los efectos de lo que estamos diciendo.

Actuar en función a eso que estás diciendo.

Abrir tu percepción.

La función de las afirmaciones positivas es que a partir de tu realidad tal y como es, encuentres una nueva forma de verla y de convertirla en algo positivo.

De nada serviría decir “mi cuerpo está sano y fuerte”, y al segundo después maltratarlo, comer alimentos de poca calidad y criticar cada cosa que sentimos de él.

Se trata de darle valor a la información positiva que viene tanto de tu interior como de tu exterior.

Al decirlas, necesitas sentirlas.

La idea es que cuando digas la afirmación, la repitas cuantas veces sean necesarias hasta que sientas que esa información es verdad en tu interior, el poder real de las afirmaciones está en el sentir, pues cuando lo sientes de verdad eres capaz de empezar a generarlo por ti mismo. El concepto detrás de creer es crear, o de que con tus pensamientos creas tu realidad. Tener la certeza de que mente, cuerpo y acción, unidos bajo una misma intención, empiezan a colaborar para crear la realidad que si quieres experimentar.

Por eso, empieza por tener claro en tu mente qué es lo que quieres generar, después, siéntelo como una verdad en tu cuerpo, en tus emociones, y finalmente, pasa a la acción, abriendo tu percepción al mismo tiempo, confirmando que esa afirmación es verdad, o al menos, que cada día lo es más.

 

 La repetición es importante, debatir las mentiras un poco mas

Sí es importante que repitas las afirmaciones hasta que dejes de dudar de ellas o hasta que sientas que son verdad para ti, pero a la par, es muy importante que hagas un trabajo cognitivo de desmentir la información contrario a esa afirmación, por ejemplo, si mi afirmación es:

 “atraigo cosas buenas a mi vida”, necesito ubicar cuales son mis creencias profundas que van en contra a esa información, como “nada me agrada”, “la gente es egoísta” y entonces, desmentir y debatir esas creencias.

Al hacer esto, la repetición cada vez toma más fuerza y tu afirmación cada vez se convierte más en una verdad.

¿Qué no funciona de las afirmaciones?

Lo que no funciona es decir las afirmaciones como si fuéramos un loro, hablando por hablar, pensando que sólo con decirlo va a funcionar.  No es magia, es reprogramación neurolingüística que tiene el poder de mandar ciertos mensajes a nuestro cuerpo para que éste empiece a generar un cambio interior…y entonces sí, funciona como magia.

Tampoco funciona decirte en afirmaciones positivas algo que sea mentira por sí mismo, por ejemplo, si yo no gusto de música clásica, no serviría decir “soy un experto en todos los géneros musicales”, pues… me estaría mintiendo a mí mismo.

La idea es que partas de tu realidad y en función a ésta, digas tus afirmaciones.

Por último, no funciona decir afirmaciones de lo que no quieres sentir, por ejemplo:

no quiero seguir sintiéndome mal

no quiero que la paciencia me abandone

Pues en estos casos, tan sólo estarías reforzando el malestar, tu atención estaría puesta en lo que no quieres experimentar, y la idea es abrir tu atención y percepción hacia lo que sí quieres vivir.

Por ejemplo:

Supongamos que existe una persona que en este momento de su vida se encuentra experimentando mucha tristeza, depresión y soledad, se siente aislada del mundo, sin amigos y sin pareja, se siente desanimada pues cree que difícilmente encontrará alguien con quien compartir su vida, pues se ve a sí misma poco atractiva y desagradable.

Si esta persona empezara a decir afirmaciones como “soy bella, encuentro a mi pareja ideal, mi vida se rodea de amistades”, quizás pueda funcionar, pero… lo que se recomienda es que se empiece desde donde se está, por ejemplo:

“acepto mi realidad tal y como es”, “disfruto de mi propia compañía”, “descubro qué aspectos de mí misma son agradables”, “aprendo a gustarme a mí misma”, “confío en que volveré a tener relaciones de afines” … y entonces así, son afirmaciones que trabajan con lo que necesitas transformar en tu interior.

 

Afirmaciones recomendables para sentirse mejor:

entiendo por qué me siento así

hago lo que está en mis manos para sentirme mejor

recupero la confianza en mí misma

acepto a mi cuerpo tal y como es

encuentro la información y personas necesarias para mi recuperación

me dejo llevar por el proceso interior de transformación

agradezco por todo lo que estoy experimentando ahora

descubro los momentos de paz

me abro a sentir las sensaciones positivas en mi interior

llevo clara mi mente y calmado mi corazón

Cada una de estas afirmaciones positivas, necesitas decirlas sintiéndolas, repitiéndolas hasta que sientas esa información en tu interior.

 

Las afirmaciones positivas pueden modificar tus patrones mentales aprendidos

Los patrones mentales aprendidos son repetidos una y otra vez, los cuales hacen que te digas a ti mismo mensajes sobre incapacidad, carencia o vulnerabilidad. Y la idea es que, con las afirmaciones positivas, te repitas a ti mismo una y otra vez una nueva verdad, enfocada en abundancia, confianza y posibilidades.

Necesitas hacerlo con una base que te permita creerlo, con información previa que realmente te ayude a decir “lo que estoy diciendo es verdad para mí”.

 

En conclusión

Las herramientas que contamos para nuestra sanación y recuperación son eso, herramientas, y hay que aprender a usarlas, saber cuándo y de qué forma, porque la herramienta por sí misma no es curativa, sino lo que logres encender en tu interior cuando la aplicas.

 

Creer es crear, pero también hay que crear para creer.


domingo, 7 de julio de 2024

IMPULSIVIDAD

 


Piensa siempre en lo que harás antes de actuar. No permitas que la impulsividad te domine o tu camino estará lleno de oscuridad.

Ps. Rocxana Croce P.

Algo que nos diferencia a los humanos de cualquier otra especie animal, es que tenemos la capacidad de razonar sobre nuestros impulsos, podemos “pensar antes de actuar”.

Sin embargo, no siempre actuamos de manera racional, ya que muchas veces nos dejamos llevar por nuestros instintos primitivos.

La impulsividad es un rasgo de la personalidad. 

Las personas impulsivas se caracterizan por una tendencia a emitir una conducta sin tener en cuenta las consecuencias. No evalúan si sus actos o palabras pueden ocasionar malestar, tanto para sí mismos como para los demás. Es decir, que actúan siguiendo un impulso y no pensando o analizando las variables.

La impulsividad y la agresividad constituyen rasgos de la personalidad estrechamente relacionados.  La impulsividad, en ocasiones, puede dar lugar a conductas agresivas, considerándose la impulsividad como uno de los predictores más significativos de la agresividad.

La conducta impulsiva en los seres humanos se expresa con características como la impaciencia, la búsqueda del riesgo y el placer, la necesidad de recompensa inmediata, la dificultad para analizar las consecuencias de los propios actos, y la agresividad, así como con la falta de habilidad para detenerse, la dificultad para inhibir conductas motoras, el escaso juicio, las dificultades en la planificación, la anticipación de resultados desfavorables y la falta de autocontrol.

 

Podríamos distinguir entre una conducta impulsiva necesaria o funcional y una conducta impulsiva disfuncional.  La primera estaría presente en personas muy aventureras, activas y rápidas en el procesamiento de la información. 

La segunda se expresa y está asociada a respuestas poco reflexivas que tienen consecuencias negativas para la persona. 

También existe una conducta impulsiva disfuncional patológica presente en determinados trastornos psicológicos y psiquiátricos tales como los trastornos alimenticios, abuso de sustancias, trastorno por déficil de atención, el trastorno bipolar o algunos trastornos de personalidad, como el límite o el antisocial, en la ludopatía, donde se tiene un deseo incontrolable de apostar.

Existen 6 facetas en donde se hace visible la impulsividad:

 

1. Dificultad para demorar la recompensa y búsqueda de la inmediatez.

La impulsividad se caracteriza por los problemas a la hora de detener los impulsos, es decir, de frenar ciertas conductas, aunque se sepa que va a existir una consecuencia negativa. Estas personas tienden a buscar la inmediatez en diferentes aspectos de la vida, y en muchas ocasiones esto es causa de violencia interpersonal.

2. No consideran los riesgos y hay ausencia de planificación.

La impulsividad se orienta únicamente hacia el momento presente, por lo que la persona no tiene en mente las consecuencias de los actos sobre el futuro. Enfrentan todas las situaciones mientras se van presentando, se les complica demasiado elaborar planes a futuro. 

3. Urgencia por actuar.

La impulsividad también se expresa como respuesta al estrés, de manera que pareciera imposible sostener la tensión que se acumula en el caso de inhibir la acción. Todos los trastornos del control de impulsos tienen en común esta urgencia por actuar, de esta manera, la tensión que siente la persona sólo se resolvería cuando realiza la conducta impulsiva.

4.Búsqueda de sensaciones

Otro rasgo que se asocia a la impulsividad es la necesidad de estímulos nuevos, lo que se expresa en la búsqueda de experiencias que incluso pueden poner en riesgo la integridad física o emocional de la persona, como lo puede ser abuso de sustancias, actividades sexuales riesgosas, y todas aquellas experiencias en donde predomina el placer antes que cualquier consecuencia negativa que esto pueda traer.

5. Escasa perseverancia.

Ante cualquier error resultante de la conducta impulsiva, la persona se sienta incapaz de continuar esforzándose para darle la vuelta a la situación. Presenta dificultad para tolerar la frustración, causando que la persona abandone tareas lo cual es otro acto impulsivo.

6.Problemas de regulación emocional.

La impulsividad también se manifiesta como la dificultad para regular las emociones. La regulación emocional requiere de espacios internos para observar en detalle lo que ocurre en el interior (insight), para que, de esta forma, se puedan desarrollar conductas más adaptativas.

 

¿Qué factores influyen en la aparición de la impulsividad y la agresividad?

Entran en juego variables biológicas, psicológicas y sociales.

Por otro lado, es importante valorar si el comportamiento impulsivo es transitorio o se trata de un estado permanente de la persona.  Se observan numerosas propuestas que enfatizan en el aprendizaje medioambiental de este comportamiento, estableciendo que la conducta impulsiva aparece como resultado de la observación y la imitación de un modelo agresivo.

 

¿La educación influye en la impulsividad?

La impulsividad en niños y adolescentes tiene mucho que ver con los factores sociales relacionados con el entorno el principal que es la familia. Existe evidencia de que la manera de criar puede influir en el modo en el que la persona aprende a regular lo que siente.

Las situaciones de abuso físico, psicológico y sexual aumentan el riesgo de que los niños y los adolescentes desarrollen a lo largo de los años conductas impulsivas. 

Todo esto es de suma importancia ya que la impulsividad puede llegar a tener consecuencias negativas para la vida de la persona tanto a corto como a largo plazo, como lo pueden ser el consumo de drogas, más riesgo a contraer enfermedades de transmisión sexual, e incluso más riesgo de caer en conductas delictivas.

 

Bases neurológicas de la impulsiv¡dad.

​​La impulsividad no puede ser entendida, como una conducta aislada, más bien se trata de una tendencia a actuar de forma rápida y sin meditación alguna, con el objetivo de resolver una situación o manejar una emoción. 

Todo esto se explica mejor al investigar qué partes del cerebro y qué estructuras se asocian a la impulsividad. 

Una de las zonas del cerebro más relacionadas con la impulsividad es la corteza prefrontal, esta se encarga de que nosotros seamos capaces de razonar sobre nuestros actos, así como también se encarga de la planificación y de la capacidad para inhibir conductas o pensamientos no deseados, por lo que un daño en esta zona implicaría cambios de personalidad e incluso, problemas de impulsividad. 

En nosotros, se encuentran dos neurotransmisores muy importantes encargados de establecer ciertas conexiones en el cerebro, estos son la serotonina y la dopamina. Se ha observado que un nivel bajo de serotonina se asocia a mayor impulsividad, lo que provoca en la mayoría de las veces la participación en actividades de riesgo. La dopamina, se relaciona con la impulsividad en su exceso; puesto que el aumento de esta provoca una sensación placentera, la cual la persona va a seguir buscando.


Cómo reconocer los comportamientos impulsivos.

La impulsividad consiste en la necesidad urgente de satisfacer un deseo; es una necesidad de gratificación inmediata que provoca cierta tensión emocional y que pone en marcha comportamientos de forma casi automática con el fin de evitar el malestar. La urgencia y el automatismo impiden que podamos reflexionar sobre sus consecuencias a mediano y largo plazo.

Así, la impulsividad se caracteriza por una dificultad en el control de la conducta, una incapacidad de resistir el impulso.

El resultado son reacciones exageradas, impaciencia, exigencia, ira, dificultades y conflictos en las relaciones con los demás, poca tolerancia a la frustración y el aburrimiento, tendencia a la agresividad, adicciones. Esto puede provocar desde pequeños accidentes hasta conductas de riesgo.

Como es de esperar, también provoca mucho sufrimiento, vergüenza, culpa y remordimientos por sentir que no se tiene el control de la propia vida. Las explosiones, la tensión, el estrés y la ansiedad tienen un impacto importante sobre la autoestima y el autoconcepto.

 

¿Cómo es la intervención psicológica en el tratamiento de la impulsividad y la agresividad?

Los profesionales de la psicología podemos facilitar recursos que permitan mejorar la autoestima, la asertividad, las habilidades sociales o el autocontrol emocional, así como el entrenamiento en técnicas de relajación.

La intervención psicológica se realiza a varios niveles:

Cognitivo.

Incidiendo sobre los pensamientos de la persona podremos observar cambios conductuales significativos. Ayudando al paciente a identificar y corregir creencias disfuncionales o pensamientos irracionales, facilitaremos la generación de respuestas alternativas en la resolución de conflictos.

Conductual.

A este nivel se facilitan técnicas con el fin de disminuir la conducta, como por ejemplo la técnica del “tiempo fuera”, retirando a la persona del medio que ha propiciado la conducta no deseada, alejándola así del contexto que refuerza el comportamiento que queremos evitar.

Emocional.

Finalmente, a este nivel se identifican los indicadores emocionales que preceden la aparición de la conducta violenta.  Reconocer dichos indicadores servirá al individuo para anticiparse y evitar la pérdida de control.  Además, no hay que olvidar el trabajo para mejorar la expresión emocional, proporcionando recursos con el objetivo de conocer los propios sentimientos para así poder manejarlos adecuadamente.

 

¿Es necesario combinar la psicoterapia con un tratamiento farmacológico?

Considerando que, con cierta frecuencia, la conducta impulsiva se encuentra asociada al trastorno bipolar, los trastornos psicóticos, el abuso de sustancias, el juego patológico o los trastornos de la conducta alimentaria, es preciso considerar la necesidad de un tratamiento farmacológico y por ello, las intervenciones terapéuticas coordinadas con psiquiatría.

 

Algunos consejos generales para contrarrestar los patrones de conducta impulsivos.

1. Identificar el origen.

Identificar en todo momento el detonante de nuestra impulsividad, anotarlos en un papel, ello nos permitirá evitar cualquier situación crítica o bien trabajar para superar dicho problema.

2. Aprender mecanismos de relajación.

Algunos de los mecanismos de relajación más habituales que podemos aprender son el Mindfulness o técnica de la atención plena, el yoga o la relajación muscular progresiva.

3. Realizar respiraciones profundas.

Aprender a realizar respiraciones profundas y conscientes en momentos determinados es una de las mejores formas de relajarnos y tomar el control de la situación en casi cualquier momento. Inhalar, sostener, exhalar.

La respiración propia del Mindfulness nos ayuda a reducir las pulsaciones y mantenernos suficientemente calmados para reaccionar de manera adaptativa a cualquier situación.

4. Crear pautas de conducta claras y estructuradas.

Estas pautas son un conjunto de acciones que debemos memorizar y poner en práctica en caso de atravesar por un episodio de impulsividad; así sabremos en todo momento qué hacer si esto ocurre y con el tiempo interiorizamos cada una de dichas acciones hasta que se conviertan en una respuesta natural.

5. Poner en práctica hábitos de vida saludables

Unos hábitos de vida saludables puestos en práctica diariamente nos ayudarán a tener una vida más relajada y controlada, con la que podremos evitar con mayor seguridad, cualquier tipo de impulsividad en el día a día. Esto se debe a que cuanto mejor estemos físicamente, menos vulnerables seremos al estrés y a la ansiedad.

Estos hábitos de vida son muy diversos e incluyen dormir un número adecuado de horas para descansar correctamente, levantarnos y acostarnos a la misma hora todos los días, tener una dieta equilibrada y realizar actividad física frecuentemente.

6. Evitar situaciones estresantes innecesarias.

Una vez sepamos qué situaciones nos hacen perder el control y cuáles son los detonantes principales de nuestra impulsividad, debemos evitar diariamente todas aquellas situaciones que nos hagan sentir estrés.

Esto puede lograrse también manteniendo un horario de tareas diarias o semanales organizado que nos permita completar con éxito todas nuestras obligaciones sin prisa, pero sin pausa, y sin ceder o abandonar las metas a muy corto plazo que afectarán las metas a mediano y largo plazo.

7. Tener un diario emocional.

Como se ha indicado, apuntar diariamente las situaciones o detonantes que nos empujan a ser impulsivos puede ser una buena forma de conocernos a nosotros mismos y de empezar a superar nuestro problema.

Esta estrategia es conocida como "diario emocional" y consiste en detallar por escrito los sentimientos negativos y positivos que podemos sentir durante los períodos emocionalmente intensos, para reconocerlos y aprender a comprenderlos y/o superarlos.

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